Óptica
Socialista
Opinión
El pueblo consciente, combativo y
rebelde como lo formó nuestro Comandante Supremo y Eterno, Hugo Chávez,
que se ha mantenido incólume ante las agresiones violentas, arremetidas
“pacíficas” y operaciones encubiertas “made in usa”, recibió
con mucha esperanza y entusiasmo el Decreto de Emergencia Económica
acordado colectivamente en un proceso de consultas del camarada
Presidente Nicolás Maduro, con los integrantes de su Gabinete y
dirigentes de otras instituciones. El Gobierno Revolucionario da
muestras que en el contexto de un estado de excepción, está firmemente
convencido que con el apoyo irrestricto de esa fuerza bolivariana de
seis millones de combatientes revolucionarios se podrá dinamizar de
forma gradual e integra todos los sectores productivos del país,
comenzando por aquellos que cumplen la función de generar alimentos y de
buscar divisas con su adecuada logística e infraestructura.
En eso radica el amplio espectro que
siempre se debe considerar, porque no es una simple “medida” sino
verdaderas y conscientes operaciones estructurantes de profundas
transformaciones revolucionarias, desde el petróleo como producto, no
solo básico, estratégico e imprescindible, sino como propiedad efectiva,
desde el 2003, del pueblo revolucionario y en beneficio de toda la
ciudadanía, hasta el mayor control estratégico y operativo de los
recursos financieros. En ese amplio espectro, el pueblo revolucionario
con su Gobierno Bolivariano, dinamizará como es lógico la petroquímica
aprovechando por un lado las excelentes capacidades para producir
intensamente una amplia variedad de productos y piezas plásticas, así
como los fertilizantes necesarios para enriquecer el amplio abanico de
posibilidades agroalimentarias, desde la producción animal y vegetal
directa hasta la producción agroindustrial con el impulso también de sus
necesarias redes de distribución y frío.
Considerando que las fuerzas productivas
de la Nación deben desarrollarse de forma integral y autosustentable,
el Gobierno Revolucionario se aboca a dinamizar la rica y potencial
minería venezolana mediante inversiones de capitales públicos,
nacionales privados e inversiones extranjeras, precisamente porque en la
realidad concreta, Venezuela no está en crisis ni mucho menos sino que
es víctima de esa guerra no convencional, muy asimétrica, direccionada
desde “el norte revuelto y brutal”, que combina medidas “legales”
violadoras de los principios del derecho internacional, como ese infame
Decreto Obama, con las llamadas “covert action” o acciones encubiertas
del cuarteto CIA-Pentágono-Usaid-Ned, las amenazas y agresiones
financieras, y todas esas acciones alimentadas y con contextos inducidos
por las redes sociales y de los medios de comunicación de las grandes
corporaciones y los laboratorios de guerra psicológica para afectar las
estructuras afectivas, motivadoras y ejecutoras de la personalidad
humana, tanto de la revolucionaria para neutralizarla, como de la
conservadora o la reaccionaria para alimentarla con odio.
Para cada sector social, después de
hacer estudios psicográficos mediante el espionaje de la NSA denunciado
por Edward Snowden, el imperio lanza campañas específicas y operaciones
valoradas en millones de dólares ya que en el imaginario imperial y en
sus archivos de las riquezas de Venezuela está el petróleo y el gas, y
también los minerales metálicos y no metálicos, los críticos, los
estratégicos y los minerales esenciales, tales como el oro, cobalto,
coltán, aluminio, hierro, manganeso, cromo, molibdano, venadium,
magnesio, plata, platino y hasta uranio, radium y quizás monocita.
Recuérdese que por minerales
estratégicos se consideran a aquellos minerales utilizados en la
industria por sus características particulares y que sus reservas o
rarezas son muy apetecidas por los gobiernos capitalistas del norte y
que pueden significar una gran ingreso por sus exportaciones o por su
uso en la fabricación de equipos de tecnología de avanzada o en
aleaciones necesarias para sectores industriales militares o del
desarrollo aeroespacial. Y en Venezuela abundan casi todos.
Por razones operacionales y
estratégicas, las transformaciones a llevar a cabo a partir del Decreto
de Emergencia Económica, deben tomar en cuenta el imprescindible
desarrollo de las telecomunicaciones y la informática, sectores por
donde el Complejo Militar-Financiero-Comunicacional del imperialismo
yanqui ataca recurrentemente con instancias del Cibercomando
implementado por Obama desde el 2010, ya que son también sectores
imprescindibles para el desarrollo integral y autosostenible.
En toda esta integralidad, el sector de
la construcción resulta esencial impulsarlo, junto a las
transformaciones de las industrias, la organización y la promoción del
turismo, el incremento de las exportaciones con la calidad debida y todo
el sector financiero venezolano que ha sido fuertemente agredido desde
diferentes vías y con diversos instrumentos.
Por tales razones y en defensa de la
Seguridad de la Nación, fundamentada en los principios constitucionales
(Art 326 de la CRBV) y definida como “la condición, estado o situación
(Art 2 de la LOSN) que garantiza el goce y ejercicio de los derechos y
garantías en los ámbitos económico, social, político, cultural,
geográfico, ambiental y militar, de los principios y valores
constitucionales por la población, las instituciones y cada una de las
personas que conforman el Estado y la sociedad, con proyección
generacional, dentro de un sistema democrático, participativo y
protagónico, libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberanía y a la
integridad de su territorio y demás espacios geográficos”, es que el
Presidente Nicolás Maduro actúa consecuentemente y ha decretado la
Emergencia Económica mediante un instrumento debidamente sustentado en
los Considerandos del decreto.
Once motores para impulsar
estratégicamente la economía productiva serán, a partir de la
presentación presidencial de este martes 19, estudiados por todo el
pueblo, analizados y valorados por quienes deben operarlos: la clase
trabajadoras, protagonista central de la sociedad en transformación.
Estos motores son: 1) Hidrocarburos: Petróleo y Gas, 2) Petroquímica, 3)
Agroalimentario, 4) Minería, 5) Telecomunicaciones e Informática, 6)
Construcción, 7) Industria, 8) Industrial Militar, 9) Turismo, 10)
Exportaciones y 11) Banca, seguros y mercado de valores.
@ProfeWong
Tomado de Barómetro Internacional
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