América Latina y el Caribe serán escenario en 2016, de la más grande ofensiva desestabilizadora de todas las lanzadas hasta ahora por EEUU y sus lacayos en el marco de la guerra económica, política, financiera y diplomática, componente de los golpes suaves que en la región adelantan contra los gobiernos progresistas y revolucionarios, siendo el de Venezuela su principal y primero de sus objetivos.
Y es que en el marco de sus muy alegres cálculos el Imperio piensa que una vez desaparecido el proceso revolucionario creado por Chávez y continuado por Maduro el resto de los procesos libertarios surgidos en la Patria Grande tras el ejemplo dado por la Revolución Bolivariana caerán como fichas arrastradas por el “Efecto Dominó” generado por su acción desestabilizadora y la de sus secuaces.
Los traidores y apátridas parlamentarios de la oposición fascista venezolana ocupan el puesto de avanzada de ese perverso accionar, quienes disfrazados de demócratas ganaron las elecciones parlamentarias del 6-D pero siguiendo el plan trazado por su amo imperial, en pleno acto de juramentación se despojaron de la máscara que cubría sus rostros de golpistas.
Y es que no pueden resistir la tentación del golpe pues la llevan en los genes de su miseria humana, accionar compulsivo que los hizo cometer durante décadas los más horrendos crímenes contra el pueblo venezolano y en los últimos 17 años, un golpe de Estado continuado contra el gobierno revolucionario que se dio ese mismo pueblo al que envenenaron y engañaron con calumnias y mentiras.
Un pueblo que está despertando del hipnótico poder del engaño a que fue sometido durante más de un año por el más brutal proceso de desabastecimiento que el país haya conocido, de acaparamiento y contrabando de todo tipo de alimentos, medicinas, ataque a la moneda, y una avalancha de falacias desatada por los medios mercenarios en la que prevaleció la tesis goebbeliana de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad,
Un pueblo que ha vuelto a reconocer su rostro de traidores tras descubrir el engaño a que fue sometido momentáneamente, viendo cómo una vez despojados de la máscara de demócratas que lo cubrió durante la guerra de Cuarta Generación que desataron contra él esos fascistas discípulos de Hitler, Reagan, Bush y Obama y demás Césares del imperio más poderoso de la historia.
Lo ven en las medidas que han adoptado y las que piensan adoptar esa horda de modernos Judas apenas asumieron el poder de la Asamblea Nacional en su demencial afán por destruir la Revolución Bolivariana, algo imposible de lograr porque está sembrada en el alma y corazón de un pueblo que goza del mayor grado de felicidad posible al que lo llevó Chávez y Maduro el sucesor de su legado.
De esos fósiles políticos como Ramos Allup que más de un paleontólogo describiría como el de un dinosaurio, criaturas que dominaron la tierra en el período Jurásico cuando aún no había aparecido el Homo sapiens y cuyo enorme cráneo albergaba un cerebro pequeño en relación a su tamaño, pues eran tan “cabeza hueca” que en su interior había más aire que masa cerebral.
Y es que RA, dando una muestra más de su enorme ignorancia, ordenó sacar del recinto legislativo los retratos de esos gigantes que son Bolívar y Chávez, cuyas imágenes son símbolos de dignidad y soberanía para los pueblos de Venezuela, de la Patria Grande y del resto del mundo, que guardan en su memoria colectiva el recuerdo de su imperecedero legado libertario.
Quien también ignora que “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la Primavera” y que “podrán matar al soñador, pero jamás al sueño”
No solo les será imposible, porque se le impide su escasa inteligencia y el grado de conciencia política y social que le inculcó Chávez al pueblo, sino también el amor a la paz de ese mismo pueblo que rechaza la violencia, destrucción y muerte que dejan las aventuras bélicas del Imperio y sus lacayos que viven de la guerra como la que hoy han desatado contra Venezuela blanco principal de su ofensiva.
Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Ecuador, Nicaragua son los otros objetivos escogidos como blancos de la nueva fase de la aventura golpista del Imperio y sus aliados, envalentonados por las victorias electorales presidenciales y parlamentarias conquistadas el año pasado respectivamente en las patrias de San Martín y de Bolívar.
EEUU y sus aliados, parecen ignorar que fueron circunstanciales, favorecidas esa guerra de Cuarta Generación que son los “golpes suaves” apoyados entre otras acciones por las calumnias y mentiras de los medios mercenarios, que hicieron que el pueblo argentino y venezolano cayeran en la trampa tendida por el Imperio sus vasallos.
Piensan que con esos triunfos están dadas las condiciones para asestar lo que creen será el golpe de gracia contra las revoluciones que tantas lágrimas, sudo y sangre le han costado a los pueblos de la Patria Grande que se liberaron de las garras del imperio más poderoso de la historia y de sus cómplices las oligarquías criollas que como su amo se beneficiaron del saqueo de sus riquezas.
De allí que sueñen que podrán tender de nuevo el puente que conduzca al pasado de humillación y de oprobio que dejó en Argentina la “Década Pérdida”; en Venezuela, la Cuarta República; en Brasil y Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua las dictaduras militares impuestas por EEUU, hasta que de la mano de sus pueblos, Fidel, Chávez, Lula, Evo, Correa y Daniel las derrotaron
Es un sueño imposible, porque el pueblo argentino y el venezolano han despertado del letargo hipnótico que los sumió el “golpe suave” con su componente de la guerra económica, política, financiera y diplomática desatada contra sus gobiernos y sus pueblos, y junto con el resto de sus hermanos de Brasil, Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua ha cerrado filas para enfrentar unidos al enemigo.
Dispuestos están a defender hasta con sus vidas si fuese necesario, los logros alcanzados por la Patria Grande como ya lo demostraron en esa larga guerra de agresión de que han sido víctimas durante siglos, no por uno, sino por varios imperios a los que derrotaron, como habrán de derrotar una vez la nueva aventura bélica del imperio yanqui y sus secuaces
Son logros como el de Unasur, el Alba y la Celac, que hicieron renacer el sueño de integración de Bolívar, traicionado por la usura y ambición del Imperio y las oligarquías criollas, pero que renació de las cenizas como el Ave Fénix bajo el impulso e inspiración de Chávez el eterno comandante y la férrea voluntad de otros gobernantes como él, progresistas y revolucionarios
Son esos líderes y a sus pueblos a los que deberá enfrentar EEUU y sus secuaces en su demencial ofensiva orientada a volver reconquistar el feudo que un día perdieron y cuyos hijos se rebelaron y los vencieron recuperando la libertad, dignidad y soberanía perdidas a manos de quienes hoy pretenden volver a humillarlos con una guerra económica, política, financiera y diplomática, componente del “golpe suave”.
De ese engendro de los laboratorios de la guerra sucia del Imperio que han utilizado como arma en los últimos tiempos a lo largo y ancho del mundo con algunos éxitos, pero que ha perdido eficacia por el abuso de su uso, lo cual ha permitido a los pueblos y gobiernos que con ella agrede, descifrar las claves de sus perversos componentes permitiéndoles neutralizar sus efectos.
De allí que, como hace unas horas vaticinó Maduro, hijo político y heredero del legado de Chávez, se avecina una nueva oleada de procesos progresistas y revolucionarios en América Latina y el Caribe, llamada a frenar la ofensiva fascista que EEUU y sus lacayos se disponen a lanzar en su desvarío por destruir la obra libertaria soñada por Bolívar y hecha realidad bajo el impulso e inspiración del eterno y supremo Comandante.
No se hagan ilusiones el Imperio y sus lacayos con la idea de que están dadas las condiciones para destruir el sueño de unidad hecho realidad por los pueblos y gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe, ya que una vez lo enfrentarán y triunfarán como ya lo hicieron contra el más poderoso imperio de la historia y los demás imperios que una vez los agredieron.
Y mucho menos que podrán extinguir la Revolución Bolivariana, magna obra creación de Chávez continuada por Maduro, llama de amor y paz que está y seguirá encendida, defendida por un pueblo amante de la paz y por un “Ejército forjador de Libertades”, que a diferencia del US Army, invasor y conquistador de naciones libres, solo ha traspasado la frontera patria para liberar pueblos oprimidos
FIN/AVN/DEBATE/HMC
Hernán Mena Cifuentes
18/01/2016 09:30
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