Óptica socialista
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Muchos son los expertos analistas y economistas del mundo que ven a México como una futura potencia global para finales de la próxima década. Pero, ¿qué obstáculos se interponen entre México y este objetivo?
Desde hace ya más de 13 años el mundo habla del grupo conocido como BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y más recientemente del término MINT, popularizado por el economista británico Jim O'Neill para referirse al grupo integrado por las nuevas promesas de la economía mundial: México, Indonesia, Nigeria y Turquía. Sin embargo, algunas personas ponen en duda que México pueda ocupar un lugar en este grupo, como el consejero nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivo y Finanzas (IMEF), Gustavo Rodarte, en un artículo publicado en la revista 'El Financiero'.
Desde su punto de vista, partiendo de la situación actual general del país, Rodarte considera que económicamente México "es incapaz de generar el desarrollo de mercado interno y manteniendo la independencia del mercado externo". De cara al exterior, "México carece de tecnología e infraestructuras eficientes que estén avaladas por todos los sectores de la economía nacional". Tampoco se olvida del modelo de competitividad mexicano, que se basa en "la precarización de los ingresos de los trabajadores en vez de enfatizar el buen gobierno, la salud, la educación y el trabajo productivo bien remunerado", añadiendo que en gran parte de esto influye la corrupción del país.
Por lo general, para convertirse en una poderosa potencia mundial, un país debe tener una buena base, que incluya a gente preparada, ejecutivos y técnicos capaces de enfrentarse a cualquier reto que le presenten los demás países que forman la élite económica del planeta. En el caso de México se han dado importantes avances legislativos para que esto ocurra, aunque también muchos pasos atrás que lo frenan. Esto se ve reflejado en la poca eficacia de la implantación de las reformas educativa, laboral y financiera frente a las reformas energética y de comunicaciones. Entre otros problemas contra los que México actualmente lucha se encuentran la corrupción, las leyes de transparencia, el código penal único, las deudas de estados y municipios y el fuero de los funcionarios.
Aunque el analista destaca el pronóstico optimista, aunque moderado, en el crecimiento del Banco de México y del PIB nacional, recuerda también que la aplicación de todas las reformas, que pretende llevar a cabo el gobierno de Peña Nieto, será determinante en lo que resta de década para lograr el posicionamiento que México pretende en el marco global.
Desde su punto de vista, partiendo de la situación actual general del país, Rodarte considera que económicamente México "es incapaz de generar el desarrollo de mercado interno y manteniendo la independencia del mercado externo". De cara al exterior, "México carece de tecnología e infraestructuras eficientes que estén avaladas por todos los sectores de la economía nacional". Tampoco se olvida del modelo de competitividad mexicano, que se basa en "la precarización de los ingresos de los trabajadores en vez de enfatizar el buen gobierno, la salud, la educación y el trabajo productivo bien remunerado", añadiendo que en gran parte de esto influye la corrupción del país.
Por lo general, para convertirse en una poderosa potencia mundial, un país debe tener una buena base, que incluya a gente preparada, ejecutivos y técnicos capaces de enfrentarse a cualquier reto que le presenten los demás países que forman la élite económica del planeta. En el caso de México se han dado importantes avances legislativos para que esto ocurra, aunque también muchos pasos atrás que lo frenan. Esto se ve reflejado en la poca eficacia de la implantación de las reformas educativa, laboral y financiera frente a las reformas energética y de comunicaciones. Entre otros problemas contra los que México actualmente lucha se encuentran la corrupción, las leyes de transparencia, el código penal único, las deudas de estados y municipios y el fuero de los funcionarios.
Aunque el analista destaca el pronóstico optimista, aunque moderado, en el crecimiento del Banco de México y del PIB nacional, recuerda también que la aplicación de todas las reformas, que pretende llevar a cabo el gobierno de Peña Nieto, será determinante en lo que resta de década para lograr el posicionamiento que México pretende en el marco global.
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