Óptica Socialista
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Estoy boquiabierta. Siempre vengo para acá a hacer mercado y me mentalizo porque hago una cola de más de cuatro horas", expresó una usuaria.
Los usuarios que visitaban ayer el Abasto Bicentenario de Plaza Venezuela fueron sorprendidos al encontrarse con la puerta principal totalmente libre sin tener que hacer largas colas, incluyendo las varias horas de espera. De la misma manera pasaba con las familias que llegaban en carros particulares, pues su paso al estacionamiento era normal y sin restricciones de ningún tipo.
“Estoy boquiabierta. Siempre vengo para acá a hacer mercado y me mentalizo porque hago una cola de más de cuatro horas, y esa cola la hago por comprar a precios justos y porque aquí siempre hay de todo”, dijo la señora Luisa Estévez, quien con la expresión de su rostro reflejaba su asombro.
Dijo además: “Esto es impresionante. Entré sin hacer cola y más bien pensé que estaba cerrado, pero subí para salir de dudas y cuando me consigo que todo está normal, pero sin cola”.
Pues la puesta en marcha de 58 cajeros, contabilizados por el equipo de Ciudad CCS, evitaba que se formara la larga cola en las afueras del establecimiento y que el pago fuera más rápido.
La activación de casi todas la cajas se da después de que la Superintendencia de Precios Justos multara a este Abasto Bicentenario el pasado sábado por tener solo funcionando a 26 de las 60 cajas existentes.
La aplicación de un nuevo sistema de compra también formaba parte de la agilización el proceso.
El señor Diógenes González, residente de Kennedy, saludó la nueva forma de trabajo:
“Vi que el sistema de trabajo está como cambiado. De un lado se compraba los productos de la cesta básica y de otro el resto de los alimentos. Creo que es mucho mejor porque si un usuario viene a comprar artículos que no sean de la cesta no tiene por qué hacer esas grandes colotas”, expresó.
De la misma manera, la señora Ramona Mesa, de El Junquito, consideró que hoy notó más organización en el local comercial. “Ahora se compra más rápido y salimos hasta más rápido. No tuve que hacer nada de cola y compré de todo”, narró.
“Estoy abismada porque siempre dicen que esto es horrible. Pues yo entré a comprar azúcar y terminé comprando harina y otros alimentos. Vale la pena”, dijo Mirian Vásquez, proveniente de El Cementerio.
Otros usuarios no estuvieron conformes con el sistema de las dos colas: “Si yo voy a comprar productos de la cesta básica tengo que pagar y salir, y después volver a comprar los otros productos. Entonces a quién le dejo mis cosas afuera si vengo sola”, se preguntó la señora Ligia Báez, proveniente de la parroquia El Valle, a la vez que manifestó que como recompensa de su molestia fue “que no hice cola para entrar, pero para nada. Esa fue la parte buena”.
Consultando como usuaria a los trabajadores sobre el numeroso equipo de trabajo, ellos expresaron que desde la semana pasada el nuevo personal recibe cursos de formación para laborar como cajeros, incluyendo trabajadores de otras redes de alimentación. Este local tiene unos 700 trabajadores de distintos turnos, de los cuales 150 son del equipo de cajeros.
Por todos los pasillos estaban desplegados los trabajadores que llevaban puesta chemise roja e identificación del logotipo de la empresa. Estos hombres y mujeres ofrecían atención a los consumidores y organizaban la cola de pago en la parte interna. Igualmente, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) estaban atentos ante cualquier eventualidad.
Con el carrito de mercado repleto, una joven consideró que hubo despelote para agarrar los productos.
“Afortunadamente no hice cola afuera ni aquí abajo para poder entrar. Pero adentro es un despelote porque la gente se quiere llevar todo de una vez, y eso no es así”, dijo.
Otro personal de seguridad, ubicado al final de cada caja, se encargaba de revisar las facturas.
Un joven trabajador expuso que las personas que compran los principales rubros alimenticios son reflejados en el sistema y no podrán comprar el mismo artículo al siguiente día.
“Si una persona compra hoy cuatro harinas de maíz, mañana no puede volver a comprarlo porque es mentira que se consuma todo durante cuatro días”, que es el plazo que dan para la adquisición de los mismos artículos.
La mayoría de los usuarios consultados coincidieron en la aplicación de estrategias para no hacer largas colas, sobre todo desde la calle. Al parecer el nuevo sistema de trabajo, que se está implemento desde hace pocos días, está cumpliendo su cometido: evitar las horas de espera al usuario y garantizar compras con calidad.
Fuente: Ciudad CCS/19/08/14
“Estoy boquiabierta. Siempre vengo para acá a hacer mercado y me mentalizo porque hago una cola de más de cuatro horas, y esa cola la hago por comprar a precios justos y porque aquí siempre hay de todo”, dijo la señora Luisa Estévez, quien con la expresión de su rostro reflejaba su asombro.
Dijo además: “Esto es impresionante. Entré sin hacer cola y más bien pensé que estaba cerrado, pero subí para salir de dudas y cuando me consigo que todo está normal, pero sin cola”.
Pues la puesta en marcha de 58 cajeros, contabilizados por el equipo de Ciudad CCS, evitaba que se formara la larga cola en las afueras del establecimiento y que el pago fuera más rápido.
La activación de casi todas la cajas se da después de que la Superintendencia de Precios Justos multara a este Abasto Bicentenario el pasado sábado por tener solo funcionando a 26 de las 60 cajas existentes.
La aplicación de un nuevo sistema de compra también formaba parte de la agilización el proceso.
El señor Diógenes González, residente de Kennedy, saludó la nueva forma de trabajo:
“Vi que el sistema de trabajo está como cambiado. De un lado se compraba los productos de la cesta básica y de otro el resto de los alimentos. Creo que es mucho mejor porque si un usuario viene a comprar artículos que no sean de la cesta no tiene por qué hacer esas grandes colotas”, expresó.
De la misma manera, la señora Ramona Mesa, de El Junquito, consideró que hoy notó más organización en el local comercial. “Ahora se compra más rápido y salimos hasta más rápido. No tuve que hacer nada de cola y compré de todo”, narró.
“Estoy abismada porque siempre dicen que esto es horrible. Pues yo entré a comprar azúcar y terminé comprando harina y otros alimentos. Vale la pena”, dijo Mirian Vásquez, proveniente de El Cementerio.
Otros usuarios no estuvieron conformes con el sistema de las dos colas: “Si yo voy a comprar productos de la cesta básica tengo que pagar y salir, y después volver a comprar los otros productos. Entonces a quién le dejo mis cosas afuera si vengo sola”, se preguntó la señora Ligia Báez, proveniente de la parroquia El Valle, a la vez que manifestó que como recompensa de su molestia fue “que no hice cola para entrar, pero para nada. Esa fue la parte buena”.
Consultando como usuaria a los trabajadores sobre el numeroso equipo de trabajo, ellos expresaron que desde la semana pasada el nuevo personal recibe cursos de formación para laborar como cajeros, incluyendo trabajadores de otras redes de alimentación. Este local tiene unos 700 trabajadores de distintos turnos, de los cuales 150 son del equipo de cajeros.
Por todos los pasillos estaban desplegados los trabajadores que llevaban puesta chemise roja e identificación del logotipo de la empresa. Estos hombres y mujeres ofrecían atención a los consumidores y organizaban la cola de pago en la parte interna. Igualmente, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) estaban atentos ante cualquier eventualidad.
Con el carrito de mercado repleto, una joven consideró que hubo despelote para agarrar los productos.
“Afortunadamente no hice cola afuera ni aquí abajo para poder entrar. Pero adentro es un despelote porque la gente se quiere llevar todo de una vez, y eso no es así”, dijo.
Otro personal de seguridad, ubicado al final de cada caja, se encargaba de revisar las facturas.
Un joven trabajador expuso que las personas que compran los principales rubros alimenticios son reflejados en el sistema y no podrán comprar el mismo artículo al siguiente día.
“Si una persona compra hoy cuatro harinas de maíz, mañana no puede volver a comprarlo porque es mentira que se consuma todo durante cuatro días”, que es el plazo que dan para la adquisición de los mismos artículos.
La mayoría de los usuarios consultados coincidieron en la aplicación de estrategias para no hacer largas colas, sobre todo desde la calle. Al parecer el nuevo sistema de trabajo, que se está implemento desde hace pocos días, está cumpliendo su cometido: evitar las horas de espera al usuario y garantizar compras con calidad.
Fuente: Ciudad CCS/19/08/14
Compilador. William Castillo Pérez
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