viernes, 26 de septiembre de 2014

Artículo de opinión. El capital vs la vida Por Julio Escalona

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Óptica Socialista
Opinión



El domingo pasado manifestaron en Nueva York más de 300.000 personas contra el cambio climático. Éste y sus efectos se han agudizado porque los ricos han venido vulnerando el Protocolo de Kioto que regulaba las emisiones de CO2. Finalmente, en la Conferencia sobre el Clima en Suráfrica, 2011, dicho protocolo fue dejado de lado. El presidente Chávez fue la estrella en la Conferencia sobre Cambio Climático en diciembre de 2009 en Copenhague. La suerte del planeta se estará decidiendo este diciembre en Lima y el año que viene en París.
“El cambio climático es... el problema ambiental más devastador del presente siglo: inundaciones, sequías, tormentas severas, huracanes, deshielos, ascenso del nivel del mar, acidificación de los océanos y olas de calor”.
Los 500 millones de personas más ricas del mundo, 7% de la población mundial, “son responsables de 50% de las emisiones contaminantes, mientras que el 50% más pobre es responsable de solo 7% de las emisiones contaminantes”.
“60% de los ecosistemas del planeta están dañados, 20% de la corteza terrestre está degradada. Hemos sido testigos impasibles de la deforestación, la conversión de tierras, la desertificación, las alteraciones de los sistemas de agua dulce, la sobreexplotación de los recursos marinos, la contaminación y la pérdida de la diversidad biológica”.
“El ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones de personas más pobres. Los 2.800 millones de personas que viven en la pobreza, con menos de dos dólares al día... 40% de la población global... obtiene solo 5% del ingreso mundial”.
De este cuadro resumido por el presidente Chávez, derivamos la conformación de un patrón de consumo y producción determinado por los ingresos de los ricos, pues son sus necesidades y caprichos los que pesan en la demanda mundial. Ellos satisfacen sus necesidades básicas y de ahí en adelante la producción se orienta a satisfacer sus antojos. Ese patrón de consumo se impone como ideología y modo de vida a la sociedad, incluso a los pobres.
La naturaleza es sobreexplotada para satisfacer necesidades no esenciales, consumo superfluo y sostener la acumulación de capital. Se concentran más los ingresos, crece la pobreza de la gente y de la naturaleza. Crecen también las guerras por la posesión de las riquezas naturales concentradas en el Sur.
 
Julio Escalona
 
julio.escalona99@yahoo.com

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