Óptica Socialista
Opinón
Nadie gritó, nadie grita “te queremos, Lorent”. El activista de “Operación Libertad” estaba preanunciado en el libro de Pedro Carmona Estanga, Mi testimonio ante la historia. El sino de ambos personajes se cumple en la fotografía en la que aparecen, más o menos sonreídos, en algún lugar de Colombia. De generaciones distintas y distantes, los une un mismo objetivo -el atajo anticonstitucional- y una misma fatalidad: los dos serían negados tres veces por sus “apóstoles”, o mejor, sus apostadores, antes de que cantara el gallo de la derrota.
El nombre de Gómez Saleh, borrado con prisa de las cuentas en Twitter de sus promotores de la víspera; los editoriales que ayer lo exaltaban y hoy lo omiten; las fotos comprometedoras y cómplices ahora banalizadas, son el eco de las líneas amargas donde Carmona Estanga encara a quienes lo negaron luego del apasionado grito de: ¡Te queremos, Pedro! En el amor y el olvido súbitos, Lorent el Precoz y Pedro el Breve son la misma mueca de la misma derecha.
El activista colombiano José Jaime Uscátegui, anfitrión en su país de Gómez Saleh, declaró que el venezolano lo usó como un “idiota útil”. Se habrían disgustado -eso nada más- por unas carpas que debían llegar a los campamentos levantados de la noche a la mañana en Venezuela. Lugares estos promocionados por los medios locales e internacionales como “nichos de libertad”, donde muchos padres y madres fanatizados permitieron que sus hijos e hijas adolescentes se convirtieran en lo que Uscátegui llama “idiotas útiles”.
Negado hoy por sus compañeros de la explosiva ruta C4 y por sus financistas, nadie parece conocer a Gómez Saleh, como nadie firmó el Decreto dictatorial de Carmona Estanga. Pero ellos no son, ni Carmona ni Saleh, “idiotas útiles”; sabían lo que hacían y lo hicieron con premeditación y alevosía. De tontos útiles fungieron aquellos padres de los muchachos que perdieron sus semestres y años escolares -en algunos casos, daño menor- en unas guarimbas planificadas y financiadas desde el exterior, con un espectacular y miserable apoyo mediático que canta como gallo, niega como Pedro y traiciona como Judas.
El nombre de Gómez Saleh, borrado con prisa de las cuentas en Twitter de sus promotores de la víspera; los editoriales que ayer lo exaltaban y hoy lo omiten; las fotos comprometedoras y cómplices ahora banalizadas, son el eco de las líneas amargas donde Carmona Estanga encara a quienes lo negaron luego del apasionado grito de: ¡Te queremos, Pedro! En el amor y el olvido súbitos, Lorent el Precoz y Pedro el Breve son la misma mueca de la misma derecha.
El activista colombiano José Jaime Uscátegui, anfitrión en su país de Gómez Saleh, declaró que el venezolano lo usó como un “idiota útil”. Se habrían disgustado -eso nada más- por unas carpas que debían llegar a los campamentos levantados de la noche a la mañana en Venezuela. Lugares estos promocionados por los medios locales e internacionales como “nichos de libertad”, donde muchos padres y madres fanatizados permitieron que sus hijos e hijas adolescentes se convirtieran en lo que Uscátegui llama “idiotas útiles”.
Negado hoy por sus compañeros de la explosiva ruta C4 y por sus financistas, nadie parece conocer a Gómez Saleh, como nadie firmó el Decreto dictatorial de Carmona Estanga. Pero ellos no son, ni Carmona ni Saleh, “idiotas útiles”; sabían lo que hacían y lo hicieron con premeditación y alevosía. De tontos útiles fungieron aquellos padres de los muchachos que perdieron sus semestres y años escolares -en algunos casos, daño menor- en unas guarimbas planificadas y financiadas desde el exterior, con un espectacular y miserable apoyo mediático que canta como gallo, niega como Pedro y traiciona como Judas.
P.S: Hoy presentamos en La Asunción, Nueva Esparta, el libro Cien veces Chávez.
earlejh@hotmail.com
Tomado de YVKE MUNDIAL/UN/Earle Herrera /21/10/14
No hay comentarios.:
Publicar un comentario