Óptica
Socialista
Opinión
Pobre embajada gringa, que frustración tan grande no poder
negarme una Visa para visitarlos y admirar su preciosamente asqueroso American
Way Live y, de paso humillarme de todas las maneras posibles tomando en cuenta
mi desinflada cuenta bancaria y mi origen ancho y zanjón versión contraria al
origen anglo sajón. Pues, tendrán que seguir a la espera, por ahora, de todas
maneras, no tendrán ese “placer” porque nunca he obtenido un pasaporte para
salir de mis límites territoriales y, mucho menos tengo ganas de visitarlos.
Confieso, que si me gustaría ir a Cuba para conocer y
aprender de ellos, toda esa enjundia y dignidad con la que se enfrentan desde
hace más de medio siglo a ese brutal bloqueo que le impone el imperio gringo, o
ir tal vez a una conferencia en la
prestigiosa Universidad de la Habana. También me gustaría ir a la milenaria
China Socialista a asimilar conocimientos y abrevar en esa fuente del saber, lucha y actitud solidaria. Viajar igualmente
a conocer la sabiduría que guarda
protegida la revolución iraní, contra la depredación imperial gringa, o conocer
esa gran valentía y respeto con el cual el Vietnam defendió la soberanía de su
pueblo luchando incansablemente hasta derrotar a dos bárbaras potencias la
francesa y la gringa.
También llevar a esos ejemplares pueblos, nuestra
gloriosa historia y la alta calidad
civilista y libertaria del pueblo venezolano, contrario a la miseria inducida que
llevan los raspacupos cuando viajan a
esos pueblos a dilapidar las reservas en divisas de la patria, cual viles
traidores.
También me gustaría salir de mis fronteras a recorrer la ruta
libertaria de nuestro Gran Libertador Simón Bolívar, quien junto a nuestro
pueblo guerrero desarrolló la gesta
épica para dar libertad a pueblos hermanos del Abya Yala. Revivir la Historia,
recorrer y llenar mis sentidos con la
geografía y la toponimia indígena originaria con la que nuestros abuelos
designaban nuestros lugares y asentamientos, que han marcado auténticos y
exclusivos caracteres en el mapa genético
que los bárbaros
conquistadores imperiales no
lograron destruir con el genocidio perpetrado
contra nuestros hermanos originarios; desgraciada acción con la que
retribuyeron nuestra bondadosa y solidaria
hospitalidad ofrendada a ellos cuando los encontramos perdidos en el mar
caribe en 1492. Solo para eso saldríamos de nuestras gloriosas fronteras.
Me niego a salir de mi Patria para dilapidar las divisas de
mi pueblo y con ello hacerme cómplice de
los enemigos de nuestro pueblo que pretende destruir la revolución bolivariana
usando las débiles e ignaras conciencias de un deplorable sector de nuestro
pueblo convertido en raspacupos, consumista exacerbado, bachaqueros y ovejas
pastoreadas por lobos que las llevan resignadas al matadero. No seré yo cómo
esos que arriban a otros países, donde sus nacionales, cual hambrientos
cochinos se abalanzan sobre esos insensatos venezolanos con la avidez
característica de esos nobles animales, como si fueran detrás de una suculenta
pelota de caca.
Si consideran dura esta expresión, ella es poca, si
consideramos que el daño que estos conciudadanos le causan a nuestros hijos y nietos y a muchas futuras generaciones de
venezolanos.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!
¡CHÁVEZ VIVE!
¡LA PATRIA SIGUE!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
William Castillo Pérez
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