Óptica
Socialista
Opinión
¿Cuál estado de derecho
existía en el Abya Yala antes de Octubre de 1492, cuando encontramos perdidos,
harapientos, hambrientos y raquíticos a
los tripulantes de la expedición de Cristóbal Colón? Estamos seguros que
existía un auténtico Estado de humanidad, practicado y compartido por todos los
originarios habitantes de nuestro continente abyayalo, y, si así no fuera, no tenían ningún derecho
los barbaros invasores de someternos a su Estado de derecho y su legalidad que
nada tenía que ver con nuestro devenir. Esto no requiere ninguna explicación,
porque la invasión a la cual fuimos sometidos desde 1492 no ha sido en nada
provechosa para nuestro pueblo originario y, a nosotros, sus descendientes.
Hacemos esta breve
introducción, para recordar a nuestro
gobierno, a nuestro pueblo revolucionario,
bolivariano, libertario y
justiciero, que nuestra revolución contempla entre sus metas producir un cambio
radical en nuestra forma de ser y de asumirnos, en síntesis adquirir una
autentica identidad, debemos ser nuevos ciudadanos. Esto pasa por ejercer a
plenitud nuestra soberanía sobre nuestra patria venezolana y, usufructuar y
disfrutar de nuestra propiedad.
Existen ejemplos de
invasores pobres en Venezuela, impulsados por la necesidad imperiosa de
procurarse un techo y un hábitat para ellos y su familia, Por ello, son
atacados por violar propiedad privada, cuando ellos –los pobres- son los auténticos
propietarios y los únicos que sufren la necesidad, ¿Por qué, entonces se impone
el lucro de pocos? ¿Dónde está el derecho de la humanidad. ¿Es acaso más
legítimo, el derecho de propiedad privada que “justifica” la invasiones del imperio
gringo a otros países y pueblos, más legítimo que nuestro derecho a la justicia social? ¿Por qué, entonces, la acción
de la revolución, se limita solo a
ejercer el derecho legal obviando el ejercicio de justicia social legítimo que
favorece al humilde pueblo venezolano? ¿Acaso eso no se puede llamar ofensa al
género humano? ¿Para qué tanta referencia a preceptos religiosos, que nos
inducen a ser generosos?
Tenemos ejemplos en Venezuela
de hermanos que están siendo humillados porque decidieron invadir terrenos y
edificaciones que estaban mal utilizados por los dueños quienes solo las poseen como inversión para lucrar
mientras los auténticos propietarios del
millón de kilómetros cuadrados que nuestra patria posee, sufre todo tipo de
vejaciones por tomar sus propias pertenencias para solventar su problema de
vivienda. Cierto es que existen algunos inescrupulosos, quienes promueven invasiones
para hacer negocios con la necesidad del pueblo y su incomoda circunstancia. Pero la gran mayoría de
estos invasores son ciudadanos a quienes los malos gobiernos y la injusta hegemonía
de la oligarquía y los poderosos, han sometido al oprobio de la exclusión y el hacinamiento.
Aun cuando la Constitución
Nacional de la República Bolivariana de Venezuela garantiza el derecho a la vivienda a todos los venezolanos, y el gobierno está
en la disposición de hacer cumplir dicha Constitución. Cuando suceden estas
invasiones, justificadas desde todo punto de vista humanista, porque ello, es
consecuencia del secular desplazamiento de los humildes de la patria, desde que
los barbaros conquistadores españoles arribaron a este territorio abya yalo,
para exterminar, desplazar y arrinconar a nuestras poblaciones originarias. Nuestros
hermanos camaradas, auténticos herederos de los abuelos originarios son
acosados por las leyes injustas que defienden la propiedad privada que no tiene
nada que ver con la justicia social para la especie humana, y además son sometidos
al escarnio, por el solo hecho de ser unos desposeídos o ciudadanos de segunda.
Nos preguntamos entonces,
¿Esto que le sucede a nuestros hermanos, quienes de paso requieren una acción rápida
de nuestro gobierno para solucionar definitivamente su problema habitacional y vivencial,
no puede ser solventado con la prontitud que marca la necesidad respectiva? Nos
respondemos: Ello no es posible, porque el entramado de leyes que regulan la propiedad privado en desmedro de
los desposeídos y en favor de los privilegiados, todavía, no ha sido desmontado
por la revolución. En consecuencia se hace necesario legislar en este aspecto para
reformar las leyes que sea pertinente y, crear las leyes que actúen en favor de la justicia social que se merece el pueblo,
autentico propietario de la patria.
Mientras no se resuelva
esta situación, con una acción valiente que privilegie la justicia social para
el pobre venezolano, y se permita que las leyes –aun no desmontadas- sean
aplicadas sin contemplaciones contra esos hermanos camaradas quienes deben ser
sujeto de justicia, esos hermanos estarán en el limbo y viviendo un situación
estresante que le propicia una gran cantidad de sufrimientos. Ello debe ser
solucionado lo antes posible, porque de lo contrario la revolución se perdería
y el capitalismo jamás podría ser derrotado. Nuestro gobierno está en la obligación
de realizar una acción correctiva
contundente a esta situación, para ello tenemos suficiente recursos para
negociar la solución mediante una simple operación de compra venta de los
inmuebles y terrenos objeto de la
invasión y ponerle punto final a la injusticia que opera sobre los humildes,
hagamos efectivo el axioma que nos dice que la ley debe favorecer al más débil.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA
SOCIALISTA Y SOBERANA!
¡CHÁVEZ VIVE!
¡LA PATRIA SIGUE!
¡VIVIREMOS Y
VENCEREMOS!
William Castillo Pérez
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