Óptica
Socialista
Opinión
Un
poco antes de la visita de Barack Obama a Cuba, la isla recibió al presidente
de Venezuela, Nicolás Maduro. Ambos fueron recibidos como lo que son: jefes de
Estado. De modo que internacional, política y diplomáticamente el mensaje es
claro: Maduro es tan presidente legítimo y en funciones como lo es Obama. Y
ambos mandatarios son igualmente clave en las relaciones internacionales del
gobierno cubano.
Con
la visita casi simultánea del estadounidense y del venezolano Cuba deja en
claro que, a pesar de la campaña de desestabilización contra el gobierno de
Nicolás Maduro a cargo de la derecha criolla y de la Casa Blanca, Venezuela
tiene un gobierno pleno, con pleno reconocimiento internacional. Ciertamente la
jugada cubano-venezolana ha sido magistral.
Este
evidente respaldo internacional en las mismísimas narices del jefe del imperio
contribuye a fortalecer a Maduro y, consecuentemente pero a la inversa, a
debilitar a la plutocracia venezolana en sus esfuerzos por derrocar al sucesor
de Hugo Chávez. Así, el golpe de Estado contra Maduro pierde fuerza y se aleja.
Es
cierto que en las conversaciones oficiales entre Obama y Raúl Castro no estuvo
el tema del proceso de desestabilización del gobierno de Venezuela. Pero
sí lo estuvo en la agenda política, diplomática e internacional de Estados
Unidos y de Cuba, aunque no lo haya estado expresamente. Palo dado ni dios Lo
quita. Y el palo dado a la derecha venezolana con la recepción de Maduro en La
Habana, horas antes de la llegada de Obama a la isla, tiene y tendrá efectos
favorables para el gobierno venezolano en su lucha contra los intentos de
derrocamiento de Maduro.
En
la lucha política en curso en Venezuela, la derecha criolla y Estados Unidos habían
puesto especial énfasis en la satanización y la condena internacionales del
gobierno bolivariano. Y puede decirse que derecha e imperialismo habían logrado
cierto e innegable éxito. Pero la recepción a Maduro en Cuba y el silencio de
Obama al respecto han puesto de nuevo la balanza en equilibrio. A los golpes
mediáticos de la derecha criolla e internacional contra Maduro, un poderoso
golpe mediático en su favor por cuenta del gobierno de Cuba en un momento
político en verdad crucial.
Un
escenario internacional desfavorable para Venezuela lubrica los esfuerzos de la
derecha y el imperialismo en pos del derrocamiento de Maduro. Por eso éste y su
gobierno tienen que dar la pelea en la arena internacional, como acaba de
hacerlo Maduro con su visita a Cuba en un momento estelar para Obama, con todos
los reflectores internacionales sobre esos sucesos habaneros.
Juzgado
sólo mediáticamente, Maduro podría parecer ya un presidente derrocado. Eso pasa
cuando los medios distorsionan interesadamente los hechos y sus contextos. Pero
los sucesos habaneros han demostrado que eso es sólo una aspiración de la
plutocracia venezolana y de la Casa Blanca. En Venezuela la lucha está en curso
y no hay indicios sólidos de una victoria de la derecha pro yanqui. La
artillería mediática lanzada sobre Maduro no puede lograr lo que no permiten
las condiciones internas venezolanas.
Y
contrarrestado el ataque mediático, las cosas habrán de resolverse según la
correlación de fuerzas internas y externas. En éstas, Maduro acaba de apuntarse
un éxito. Y por lo que toca a las condiciones internas, el escenario es
bastante más favorable para Maduro que el que pintan los medios ligados a la
derecha venezolana y a los países imperialistas, empezando por España y Estados
Unidos.
Miguél Ángel Ferrer
www.miguelangelferrer-mentor.com.mx
www.economiaypoliticahoy.wordpress.com
Enlace de la noticia:
http://www.telesurtv.net/bloggers/Venezuela-el-golpe-de-Estado-pierde-fuerza-20160324-0004.html.
Fuente:
www.teleSURtv.net/26/03/16
Compilador.
William Castillo Pérez
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