lunes, 14 de marzo de 2016

Artículo de opinión. Chávez, el líder que llevó la Revolución Bolivariana a todo el mundo por Hernán Mena Cifuentes

Óptica Socialista
Noticias nacionales

“Los que mueren por la vida
no pueden llamarse muertos
y a partir de este momento
es prohibido llorarlos.”
No fue leve llovizna en época de sequía, ni torrencial aguacero de invierno, ni huracán del Caribe que inunda islas, sino un tsunami de inmensas olas generado por ese gigante integrador y libertario que envolvió, primero a Venezuela, luego a la Patria Grande, clamando “de cumbre en cumbre” cual profeta en el desierto, y finalmente al mundo, convertido guía de los pueblos oprimidos por el Imperio.
Ese fue y es Hugo Chávez, el líder revolucionario de quien este sábado se cumplen 3 años de su tránsito a la inmortalidad y la gloria, porque no murió ese 5 de marzo, porque vive eternamente en la memoria colectiva de los pueblos, porque como dice la canción de Älí Primera,”Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos/y a partir de este momento/ es prohibido llorarlos”…
Por eso es que ese y todos los días no lo llora el pueblo, sino que venera su recuerdo y defiende su legado de paz, amor y dignidad que le dejó como herencia y unido lo defiende contra las conjuras que desde hace 17 años desatan apátridas traidores en el marco del golpe de Estado continuado por orden de su amo a cambio de un puñado de dólares contra la Revolución Bolivariana, su magna obra.
Obra de un hombre de humildes raíces, como Sabaneta, su pueblo natal, pueblo llanero pobre y honesto como la mayoría de su gente, de polvorientas calles que recorría siendo niño, a quien llamaban “el arañero”, porque vendía los ricos dulces preparados por su abuela, la madre de uno de sus padres, 2 abnegados maestros que le inculcaron los principios y valores de igualdad, libertad y justicia.
Y un día, siendo bachiller, abandonó el pueblo para continuar sus estudios ya que en Sabaneta y en las ciudades cercanas no había universidades como las hay ahora gracias a él, que las construyó por decenas como lo hizo también construyendo escuelas y liceos a lo ancho y largo de Venezuela, porque sabía que en la educación descansa el progreso, desarrollo el futuro de los pueblos.
Con su carga de esperanzas y sueños, llegó a Caracas, la ciudad cuna de Bolívar, el Padre de la Patria, a quien desde pequeño admiraba, por la grandeza y nobleza de su gesta libertaria y siguiendo sus pasos ingresó en la Escuela Militar, donde se forman los soldados del “Ejército venezolano, Forjador de Libertades”, el que solo ha traspasado las fronteras patrias para liberar pueblos, jamás para oprimirlos.
Una vez egresado, siendo ya oficial, fue enviado a combatir a los guerrilleros, jóvenes en su mayoría, rebelados en la ciudad, en la selva y el llano contra el gobierno títere de un imperio como lo fueron todos los de la Cuarta República que oprimían al pueblo y lo hundía en hambre y pobreza.
Y el Chávez aquel, que de El Libertador aprendió que el soldado nunca debe usar el fusil para matar al pueblo, se rebeló en su interior y se hizo rebelde como ellos, y comenzó a planificar la forma de proseguir la lucha armada de esos héroes convertidos mártires porque fueron abatidos por el fuego de las armas que el Imperio les dio a los opresores para asesinarlos.
Y el 17 de diciembre de 1982, cuando se conmemoraban 178 años de la muerte de El Libertador, como lo hizo en el Monte Sacro el 15 de agosto de 1815 Bolívar, maestro y guía de su gesta revolucionaria y libertaria cuando, llegó hasta El Samán de Güere, junto con otros oficiales y bajo su sombra dijo:
“Juro por el Dios de mis padres, juro por mi patria, juro por mi honor, que no daré tranquilidad a mi alma ni descanso a mi brazo hasta no ver rotas las cadenas que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos. Elección popular, tierras y hombres libres, horror a la oligarquía.”
Aquel juramento daría nacimiento un año después, el 24 de junio de 1983, fecha en la que se conmemoraba los 200 años del natalicio del Patria de la Patria, al MBR-200, Génesis de la Revolución Bolivariana.
A partir de entonces, Chávez y aquellos jóvenes militares como él juraron no dar tranquilidad a sus almas y a sus brazos hasta no ver rotas las cadenas que oprimían al pueblo venezolano por voluntad de los poderosos de la oligarquía y de un imperio que era y sigue siendo su amo, dieron un paso al frente, convirtiendo en acción revolucionaria las palabras de un juramento el 4-F de 1992.
Lo hicieron, porque no soportaron más la tragedia que vivía el pueblo venezolano, victima durante 34 años de los jerarcas de la Cuarta República, los que traicionaron la gesta del 23 de enero, que asesinaron a sus líderes y sometían al pueblo al hambre, la pobreza, ignorancia, enfermedad y demás plagas sociales y que cuando este se rebeló el 27-F lo masacraron durante El Caracazo.
Fue ese un estallido social, en respuesta a las medidas económicas decretadas poco antes por Carlos Andrés Pérez, uno de los mandatarios de la Cuarta, por mandato del FMI conocidas como “El Paquetazo” engendro que sumió aún más al pueblo en los abismo de las plagas sociales que ya sufría en ese tiempo y que víctima de la brutal represión del gobierno dejó mas de 4.000 muertos.
Fue después de 3 años de aquel genocidio, cuando amanecía el 4 de Febrero de 1992 que aquellos jóvenes y valientes militares comandados por Chávez, decidieron poner fin a más de 3 décadas de humillación impuesta por esos lacayos del Imperio que por orden de su amo saqueaban impunemente sus recursos naturales, recogiendo como recompensa las migajas que su amo les arrojaba .
Una acción militar sincronizada ejecutada en varias ciudades, que aunque fracasó por una delación traicionera, fue punto de partida, con el histórico “Por Ahora” del comandante, de un proceso libertario que se consolidaría 6 años después con su victoria electoral del 6-D de 1998 y asumir la presidencia el 2-F de 1999, 2 días antes de cumplirse 7 años del 4-F.
Ese día marcó un antes y un después en la historia de Venezuela, de la Patria Grande y del resto del mundo, porque Chávez, el eterno y supremo comandante cambio con su discurso y sus acciones el destino de muchos pueblos oprimidos, enfrentado al imperio mas poderoso de la historia, como cuenta el bíblico relato que habla de David que venció con una honda a Goliat, el gigante.
Comenzó distanciando a Venezuela del secular dominio económico, político y social impuesto por EEUU y denunciando el criminal accionar de sus guerras de conquista, como la foto que mostró de una madre Afgana con su hijo de meses en su regazo, asesinado por las bombas de los aviones yanquis, uno de los miles de crímenes que cometen por el mundo, y que cínicamente llaman “Daños colaterales.”
Su denuncia alcanzó al Estado sionista de Israel, gendarme del Imperio en Medio Oriente, que desde hace más de medio siglo adelanta un proceso de exterminio, una “solución final” al mejor estilo de Hitler, quien fuera su verdugo, cuyo modelo, copió y refinó con sádica saña para agredir al pueblo palestino, al que asesina diaria e impunemente ante la cómplice mirada de su amo.
Y su dedo acusador tampoco dio tregua a los mandatarios yanquis, a los que persiguió sin descanso como lo hizo con George W. Bush hasta alcanzarlo en su propio país, en Nueva York, en la sede la ONU, cuando al comenzar su discurso en el foro mundial en septiembre de 2006 lo acusó de ser el Diablo.
Después de saludar a los presentes, el mandatario manifestó: En primer lugar quiero invitarles con mucho respeto a quienes no hayan podido leer este libro a que lo leamos. Noam Chomsky, uno de los más prestigiosos intelectuales de esta América y del mundo, Chomsky, uno de sus más recientes trabajos: “Hegemonía o Supervivencia. La Estrategia Imperialista de EEUU.”
“Excelente trabajo para entender lo que ha pasado en el mundo del siglo XX, lo que hoy está pasando y la más grande amenaza que se cierne sobre nuestro planeta. La pretensión hegemónica del imperio norteamericano pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana. Seguimos alertando sobre ese peligro y haciendo un llamado al propio pueblo de los EEUU y al mundo, para detener esta amenaza que es como la propia espada de Damocles.”
Seguidamente y después de otras consideraciones alabando la obra, el Comandante, señaló con el dedo la mesa ubicada donde hablaba, se santiguó y con la mirada fija en ella , mirando el sitio donde el día anterior había hablado George W. Bush, dijo:
“Ayer vino el Diablo aquí. Ayer estuvo el Diablo aquí, en este mismo lugar. ¡Huele a azufre todavía en esta mesa donde me ha tocado hablar! Ayer, señoras, señores, desde esta misma tribuna el señor presidente de los EEUU, a quien yo llamo “El Diablo”, está en casa pues, el Diablo, el propio Diablo está en casa.”
“Un psiquiatra no estaría demás para analizar el discurso de ayer del presidente de los EEUU. Como vocero del Imperialismo vino a dar sus recetas para tratar de mantener el actual esquema de dominación, de explotación y de saqueo a los pueblos del mundo. Para una película de Alfred Hitchcok estaría bueno. Incluso, yo propondría un título: “La Receta del Diablo”.
Sus palabras fueron respondidas por una gran ovación mezclada con risas y no pocas carcajadas por parte del auditorio, y seguramente por muestras de disgusto por parte de la delegación estadounidense, o talvez no hubo tal reacción, pues lo más seguro es que no lo escucharon, ya que habría abandonado el recinto como muestra de protesta.
Debían acostumbrarse esos diplomáticos al rechazo que en el mundo generaba George Bush Jr. ya que era unánime la condena que su accionar de genocida generaba, no solo entre los pueblos víctimas de las guerras de conquista como Irak y Afganistán donde su soldadesca dejó y sigue dejando todavía miles de muertos, pues la guerra en esos naciones fue continuado por su sucesor, Barack Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra-
El rechazo partía también de destacados intelectuales como José Saramago, el Premio Nobel de Literatura quien escribió el prólogo de “La Biografía no autorizada de George W. Bush”, cuyo autor, James Hatfield fue encontrado muerto en la habitación de un hotel, “suicidado”, tras recibir amenazas de muerte cuando intentaba publicar prohibida obra, se pregunta:
“¿Cómo y por qué EEUU, un país en todo tan grande, ha tenido tantas veces tan pequeños presidentes?
“George W. Bush, es quizá el más pequeño de todos. Inteligencia mediocre, ignorancia abisal, expresión verbal confusa y permanentemente atraída por la irresistible tentación del disparate, este hombre se presenta ante la humanidad con la pose grotesca de un cowboy que hubiera heredado el mundo y lo confundiera con una manada de ganado. No sabemos lo que realmente piensa, no sabemos si piensa (en el sentido noble de la palabra)…”
Lo que sí es cierto, como dijo Chávez, es que es el mismo Diablo, incorporado en el cuerpo de un psicópata asesino en serie que mató a miles de inocentes durante el tiempo que fue presidente de Una nación, lo que hizo preguntarse a Saramago- “¿Cómo y por qué EEUU, en todo tan grande, ha tenido tantas veces tan pequeños presidentes”, moral y éticamente enanos como GWB y Barack Obama.
Y es que Chávez, después de haber visto en Nueva York al Diablo en Bush, volvió a verlo en Obama, años después durante la XV Cumbre sobre el Cambio Climático celebrada en Copenhague, cuando descubrió que el mandatario estadounidense pretendía firmar junto con sus cómplices, un acuerdo a espaldas de los pueblos del llamado Tercer Mundo.
El Comandante acusó a Obama de preparar durante la noche un Acuerdo Climático a espaldas de la mayoría, y como lo había hecho en Nueva York, exclamó ante la asombrada concurrencia, “Aquí huele a azufre” tras el paso del mandatario yanqui por la tribuna donde había hablado ese día.
Lo denunció durante el discurso que pronunció al día siguiente de la intervención de su homólogo estadounidense, diciendo que “Obama habló y salió por la puerta esa, por la puerta de atrás.”
“Es el Imperio -dijo- que llega a medianoche y en la oscuridad, a espaldas de la mayoría y de manera antidemocrática, pretende “cocinar” un documento”, al denunciar que Obama estaría preparando de forma secreta un acuerdo climático que favorece a los países desarrollados.
Una vez más, el comandante, se convertía en el enemigo público No.1 del Imperio yanqui y su proyecto de dominación mundial que pretende hacer realidad no solo con sus guerras de conquista, sino también a través de cumbres manipuladas para ejercer sobre la mayoría de los pueblos del planeta el secular dominio que imponía sobre ellos hasta que se hizo presente Chávez quien hizo fracasar sus planes siniestros en Copenhague.
Y es que de tanto andar de cumbre en las que al principio su mensaje de profeta clamando en el desierto, como el que lanzó en la II Cumbre de las Américas de Quebec en 2001 se los llevaba el viento, mas llegó el día en que sopló a su favor y junto con Kirchner, Lula y Duarte, 4 años más tarde hizo naufragar al ALCA de Bush bajo aguas del Mar del Plata al ALCA, como lo hizo 5 años después con el oculto plan de Obama en Copènhague.
Porque Chávez, el eterno y supremo comandante fue y siendo para el Imperio yanqui, desde allá de la inmortalidad y lo alto de la gloria donde se encuentra, su enemigo No. 1, el tsunami libertario cuyas inmensas olas cubrieron y siguen cubriendo a Venezuela, a la Patria Grande y al mundo entero con la fuerza de la paz, el amor y dignidad que del brotaba y hoy sigue brotando como ayer lo hiciera.
Y este 5 de marzo, como todos los 5 de marzo por venir, los pueblos amantes de la paz de todo el mundo seguirán guardando en su memoria colectiva su recuerdo, el del líder que dedicó su vida y se entregó por entero a la lucha por la dignidad de los oprimidos del planeta, de los que sueñan con la Utopía de ese mundo posible con el que Chávez soñó también el día en que hizo su histórico juramento bajo la sombra del Samán de Güere.
FIN/ABN/DEBATE/HMC
Hernán Mena Cifuentes 04/03/2016 11:11

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