Óptica
Socialista
Opinión
Decadencia del progresismo y de las
transformaciones mediatizadas
El cuadro de nuestra América ya no
luce tan favorable para las izquierdas y fuerzas transformadoras como al inicio
de este siglo.
EEUU y las derechas han retomado la
ofensiva y han logrado entronizarse con diversos medios y variadas modalidades
en los gobiernos y Estados de Honduras, Paraguay, Perú y Argentina, países
Inicialmente situados en el campo del progresismo.
Además, aprovechando las limitaciones
y deformaciones en cada proceso, están logrando cambiar a su favor la
correlación de fuerza en Venezuela, creando a la vez mejores condiciones para
el retroceso.
A eso se agrega que han podido
erosionar gravemente al moderado y debilitado régimen del PT en Brasil, apuntando
también contra los gobiernos transformadores de Ecuador y Bolivia con
estrategias de desgastes limitadamente exitosas.
FACTORES ADVERSOS Y FALLAS
El fin de las ventajas económicas
derivadas de los altos precios del petróleo, la reducción de las exportaciones
suramericanas a China, India y otras potencia emergentes; el repunte de la
corrupción estatal-gubernamental (con sus especificidades en cada caso), la
reproducción de métodos propios de la política tradicional, la larga
coexistencia traumática con las estructuras del gran capital que alimenta a las
agresivas derechas continentales, se han combinado al interior de esos procesos
esperanzadores para abrirle cancha a la reversión contra-reformista y
contra-revolucionaria.
A esa amalgama de factores y de fallas
se le suma la peor de todas las limitaciones: la ausencia en sus instancias
conductoras de la necesaria determinación de pasar de las reformas más o menos
avanzadas a la revolución con una fuerte impronta anticapitalista y
socializante del poder y de la economía. Siempre se ha dicho –y ahora vuelve a
confirmarse- que proceso de cambio que NO se profundiza se estanca, se debilita
y termina retrocediendo.
Consumada recientemente la
restauración neoliberal en Argentina, el vórtice de la contraofensiva
reaccionaria se ha concentrado en Brasil, logrando primero más concesiones
voluntarias del Gobierno de Dilma Roussett dentro la lógica neoliberal,
erosionando más la popularidad del PT y aprovechando al máximo la implosión de
la gran corrupción (PETROBRAS-ODEBRECH-GUTIÉRREZ ANDRADE Y BNDB), en la que
evidentemente están envueltos altos dirigentes petistas, incluyendo la
presidenta y el propio Lula.
Esa gran corrupción, mezclada con la
política exterior del Estado brasileño y del PT, con el cartel de la construcción
ODEBRECH a la cabeza y acompañada de eficaces asesorías electorales y no
electorales del mercadólogo JOAO SANTANA, hoy en prisión, se ha expandido a
otros gobiernos de continente, entre ellos, el de Mauricio Funes en EL
Salvador, y a los actuales regímenes de República Dominicana y Panamá,
evidenciándose fuertes las complicidades en obras sobrevaluadas. En Venezuela y
en Cuba, donde también ha operado ODEBRECH, no se han presentado señales de
escándalos.
Cuando los actores del desplazamiento
y de la insubordinación contra los viejos y decadentes regímenes neoliberales y
contra las podridas democracias representativas, no se deciden por las
revoluciones, por la negación de los métodos de la derecha, la corrupción y
privilegios estatales-gubernamentales; por la impugnación del capitalismo en
crisis y la socialización progresiva en todos los órdenes, finalmente quedan
entrampados en sus redes y opciones, las cuales comienzan a operar
introduciendo un neoliberalismo blando dentro de la social-democratización que
termina facilitando la restauración de un neoliberalismo duro.
CASOS Y CASOS DE ESTANCAMIENTOS, GIROS
Y RETROCESOS
Esto es urgentemente válido de tener
en cuenta para Venezuela, referente clave del proceso continental.
El caso de Argentina, sometida de
nuevo a los bombardeos neoliberales, es sencillamente dramático.
El de Brasil – pendiente todavía de
desenlace- tiende a serlo también, con el agravante de que Lula viene de las
izquierdas socialistas-revolucionarias y ha sido un símbolo de la resistencia
obrera y popular que ha devenido, junto a una parte de la cúpula de su también
emblemático PT, en un administrador del orden capitalista con una mejor
distribución del ingreso nacional a favor de los pobres en época de bonanzas,
acompañada de ganancias records en favor del capital financiero brasileño, y
–lo peor- en un líder altamente vulnerable a las acusaciones de corrupción,
inmerso en escándalos sobrecogedores que ensucian los gobiernos del PT.
La proyección de esa deplorable
situación de Lula y el PT le hacen un daño enorme a las fuerzas auténticamente
revolucionarias del continente. Golpea la subjetividad de los pueblos, promueve
la desconfianza y facilita el accionar de las derechas retrógradas, siempre
opuestas a cualquier cambio fuera de su control.
En Brasil operan además las pugnas
soterradas entre los intereses de los consorcios imperialistas brasileños y los
estadounidense, los primeros próximos a Lula, los otros no. Eso explica el caso
ODEBRECH y el de PETROBRAS, empresas en expansión arrolladora a contra
corriente de todo escrúpulo.
A esto hay que sumar los efectos
empobrecedores del paquete neoliberal de Dilma, respaldado por Lula y agregado
a los graves problemas acumulados en vertientes tan sensibles como salud
pública, educación, tenencia de la tierra y medio ambiente.
En El Salvador, el cambio de mando de
Funes a Sánchez Cerén, abrió una nueva oportunidad que parece estancada en el
orden de los cambios estructurales necesarios.
Nicaragua, que algo muy especial, luce
muy estable dentro sus límites por todo lo que implica el proyecto del canal
interoceánico en manos de China Popular.
Uruguay no ha sobrepasado el marco
socialdemócrata dentro de su capitalismo dependiente apto, por su escasa
población, para ofrecer cierto bienestar social a la clase trabajadora y al
pueblo en general con buenos parámetros de libertad y honestidad administrativa
En Cuba el giro dominante en lo
inmediato es hacia una combinación de estatismo y capitalismo privado en el
contexto de buenas relaciones con EEUU y amplia apertura al capital
transnacional, si no se altera ese factor por decisión imperial o cubana. Y ese
modelo, de no ser reemplazado, tiende sacar a esa nación de toda dinámica
revolucionaria anticapitalista y a embotar las perspectivas socialistas del
proceso.
Es claro, sin embargo, que ese nuevo
curso del proceso cubano está en fase inicial, tanto en lo que concierne al
escenario político propio como al estadounidense, donde los nuevos comicios
anuncian otras tormentas que precisamente no se llaman OBAMA; por lo que es
temprano para juicios tajantes.
SIGUE EL COMBATE
Pero la pelea sigue.
Y si el giro hacia la revolución no
surge de los liderazgos actuales de esos procesos, brotará de las entrañas del
pueblo trabajador y desde la conciencia y organización creada al calor de los
procesos fallidos.
El capitalismo no tiene todavía otras
respuestas a sus crisis que no sea finalmente más neoliberalismo, lo que vuelve
atizar las resistencias y contra-ofensiva populares.
Algo de mayor envergadura puede olerse
en Venezuela si se completa el asalto al poder por las derechas. En ambos
sentidos: en la dureza de las derechas y en la radicalidad del chavismo
revolucionario.
La radicalidad presente en las bases
populares de los procesos progresistas y transformadores entorpecidos no
necesariamente se revierte cambiando para peor los gobiernos; esto sin negar
las frustraciones, retrasos y confusiones que esas realidades podrían generar
según las circunstancias.
La ola de cambios puede declinar a
nivel del posicionamiento de los Estados, pero no necesariamente desde los
pueblos, sobre todo cuando la crisis de decadencia del capitalismo no cesa de
agudizarse, deteriorando y caotizando las sociedades cargando sobre la
traumática ofensiva neoliberal legitimada efímeramente por el estancamiento y
la degradación de los procesos de cambio, sin contar con una fuerza
revolucionaria de relevo
Las dificultades que implican esos
virajes a favor de EEUU y las derechas no debe ser minimizada.
Estos estancamientos, giros a la derecha
y retrocesos, junto a graves fallas éticas, le hacen un daño enorme a las
fuerzas auténticamente revolucionarias del continente. Golpea la subjetividad
de los pueblos, promueve la desconfianza y facilita el accionar de las derechas
retrógradas, siempre opuestas a cualquier cambio fuera de su control.
Precisan, por tanto, ser enfrentados
con firmeza y optimismo al compás de sus desgarradores efectos; detectando las
posibilidades de contra-ofensiva desde los pueblos y redoblando los esfuerzos
por construir nuevas vanguardias y liderazgos político- sociales consecuentes,
como garantía de avances sin retornos al pasado.
COLOMBIA EN TREN DE PAZ
Por otra parte, el avance de los
acuerdos para la paz en Colombia, otro escenario de la lucha de clase y de la
pelea por la soberanía, merece un seguimiento especial de nuestra parte.
Tal fenómeno ya ha provocado cambios
no despreciables en la dinámica de la política colombiana y tiende a crear
nuevas coyunturas y a generar nuevas exigencias e iniciativas que pueden
impactar la realidad continental y mundial en dirección positiva o negativa;
dependiendo del tipo de variaciones que produzca en las correlaciones de fuerza
y de poder en el periodo de transición hacia la paz.
Las FARC-EP -combinando con mucho
talento la firmeza estratégica y la flexibilidad táctica- procuran que la
modalidad de la transición sin confrontación armada preserve su acumulado
histórico y su capacidad de respuesta insurgente mientras no se consolide el
viraje democrático a escala nacional; para que posibilite a la vez ampliar su
influencia política e implantación social, garantizando avances ascendentes sin
retrocesos hacia una nueva Colombia en paz duradera, capaz de impactar
positivamente la región. La ampliación del plazo para arribar a acuerdos
sólidos y a sus formas de implementación favorece esos propósitos.
El tema venezolano y el colombiano
tienen una estrecha interacción, sin que todavía puedan hacerse predicciones
categóricas respecto a lo que pueda ocurrir en ambos lados de esa frontera
neurálgica en este mundo convulso.
20-03-16, Santo Domingo, RD.
Narciso Isa Conde
No hay comentarios.:
Publicar un comentario