Óptica Socialista
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Hay manchas de excremento en las paredes de los pasillos, el calor de San Francisco de Yare casi derrite los barrotes y los reos no paran de sudar en sus celdas de seis metros cuadrados. A 70 kilómetros de Caracas está el soldado rebelde, el pintor amoroso, el teniente coronel que toca cuatro y que también empuña armas.
En su aposento no faltan los malos olores producto de las pésimas condiciones carcelarias, pero tampoco están ausentes las pinturas y los libros. “Me dedico a estudiar, a leer sobre el desarrollo de la situación nacional”, dice mientras contempla un boceto de Simón Rodríguez.
Antes del 4 de febrero de 1992 ya había pintado El candelorio azul de Zamora. “Este candelorio azul aquí, en la cárcel de Yare, va a pasar a rodear también al maestro Simón Rodríguez”, comenta mientras recuerda la paz casera en medio de la cual desarrolló sus dotes artísticos.
No parece una persona privada de libertad: mantiene anhelos como un pajarillo que picotea una flor con la esperanza de obtener su néctar. “En realidad, la libertad que reclamamos los oficiales y suboficiales del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 no es nuestra libertad física. Lo que anhelamos, lo que reclamamos, lo que exigimos es la libertad para el pueblo de Venezuela, para los más de 20 millones que hoy claman por una nueva realidad”, ese era el deseo del militar que, según afirma, tiene una libertad sublime, una libertad absoluta de conciencia.
El teatro de operaciones del 4F incluyó acciones en Carabobo, Aragua, Guárico, Miranda y Distrito Capital. Todos los militares estuvieron bajo el mando de HugoChávez. Foto archivo.
Siete meses después de haber sido recluido, el teniente coronel no sabía cuál sería la forma bajo la que saldría de la cárcel de Yare; en cambio, tenía bien claro que en el momento en que eso ocurriera iría al encuentro con el pueblo venezolano y 20 meses después eso ocurrió.
Durante su reclusión en Yare veía a su familia los jueves y los fines de semana, condición prohibida durante los seis meses que estuvo en el Cuartel San Carlos, pero ya era libre debido a un sobreseimiento impulsado por Rafael Caldera. El mestizo impulsó sus energías interiores y también lo hizo el pueblo que se movilizó para recibirlo en Los Próceres.
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Lo que sí ocurre actualmente es que el sistema perdió no solamente su equilibrio estructural, sino también su capacidad de autorregulación sobre las alteraciones que lo afectan de manera sensible", reflexionó Chávez durante su estadía en Yare. Foto obtenida por Gladys Seara en la Hemeroteca Nacional. El Nacional 28/03/1994.
EL ALMA REGADA EN LOS CHAGUARAMOS
En el aire las pancartas alusivas al MBR-200 chocaban entre sí. Los niños vestían como él lo hizo aquel 4 de febrero a la 1 de la tarde cuando se presentó ante Venezuela: uniforme militar y boina roja. Las mujeres gritaban, la euforia se había desatado y ya no había marcha atrás.
“Venimos aquí para ver a nuestro comandante”, dijeron Omaira y Rosa, que viajaron desde Sucre para conocer personalmente al jefe del alzamiento militar. Era difícil controlar a las personas que se habían aglomerado para recibirlo, los efectivos militares forcejeaban mientras la gente vitoreaba consignas y tocaba cornetas.
En una camioneta blanca se veía al hombre vestido con liquiliqui beige, su sonrisa no se debilitaba con el intenso sol del mediodía y la muchedumbre agitada se aporreaba entre sí.
Para los venezolanos Chávez condujo un auténtico proceso de transformación. Foto obtenida por Gladys Seara en la Hemeroteca Nacional. El Universal 27/03/1994.
Después de haber acudido al Hospital Militar, el barinés llegó a la Academia Militar del Ejército venezolano para firmar su baja, condición para dejarlo libre. “Me despido de la Academia Militar de Venezuela, la casa de los sueños azules y de 20 años de recuerdos, y en esta despedida dejo el alma regada en los chaguaramos. Pero los viejos soldados nunca mueren, se desvanecen y quedan en el viento”, gritó mientras empuñaba su mano en dirección al cielo.
Tres horas duró ese encuentro con el pueblo, hasta él salió lastimado de un brazo por el bullir de los venezolanos: “Mañana acudiré al Panteón Nacional para poner una ofrenda floral al Libertador Simón Bolívar”, expresó el militar ya retirado en una rueda de prensa.
En Barinas se paralizó el tránsito debido a las caravanas que recorrieron la avenida Carabobo hasta llegar a la casa de los padres del comandante. Los fuegos artificiales comenzaron a sonar poco antes del amanecer de ese 26 de marzo y se escuchaba a las personas hablar de un “gran recibimiento”.
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En la cárcel Chávez suscribió un documento titulado Cómo salir del laberinto en el que planteó soluciones a la crisis que vivía el país debido a las medidas neoliberales de CAP. El pueblo rápidamente se identificó con sus propuestas. Foto obtenida por Gladys Seara en la Hemeroteca Nacional. El Nacional domingo27 de marzo de 1994.
A LA CARGA
El mismo 26 de marzo de 1994 salió un grupo de 13 militares vinculado con el 4 de febrero y el 27 de noviembre. Su cabecilla no dudo en declarar: “El Movimiento Bolviariano Revolucionario 200 va a la calle, a la carga, a tomar el poder político en Venezuela. Vamos a organizar un gran frente nacional y le pedimos al pueblo que nos acompañe en la búsqueda de las transformaciones que requiere el país”.
Inmediatamente comenzó a recorrer el país. Al día siguiente de haber quedado en libertad cumplió la promesa de llevar una ofrenda a Bolívar, oró ante el Libertador y salió a recorrer los barrios caraqueños para sembrar sus ideales, su proyecto de transformación.
Cuando Chávez ganó la Presidencia impulsó un proceso constituyente que, aprobado por votación popular, es el que se mantiene vigente. Foto obtenida por Gladys Seara en la Hemeroteca Nacional. El Nacional domingo 27 de marzo de 1994.
“El 4 de febrero, ciertamente nosotros no pudimos romper definitivamente el esquema de dominación, pero sí lo fracturamos, sí lo resquebrajamos de manera muy evidente”, esas palabras se reflejaban en el pueblo que lo acompañaba a dos años de haberlas pronunciado.
Durante los sucesos de El Caracazo el pueblo no tuvo apoyo militar y durante el 4 de febrero los militares no tuvieron apoyo popular: “Por allí hay una expresión algebraica que se ha dejado correr, donde la sumatoria del 27F más el 4F, equivale a un 31F, para simbolizar una tercera opción, una tercera forma de salir de este juego trancado. Esta forma sería la combinación del elemento civil con el elemento militar para producir una insurrección cívico-militar”.
Entre los sublevados del 4F están el actual presidente de la AN, Diosdado Cabello, y el primer mandatario del Zulia, Francisco Arias Cárdenas. Foto obtenida por Gladys Seara en la Hemeroteca Nacional. El Nacional domingo 27 de marzo de 1994.
“¡UNIDAD Y MÁS UNIDAD!”
Casi 20 años después de haber salido de la cárcel ya no era el mismo: estaba fortalecido, lleno de amor, apoyado por millones de venezolanos que fueron visibilizados por él y con un nuevo sueño; soñaba ser libre.
“Venezuela ya no es hoy la misma de hace 20 años, de hace 40 años. ¡No! Tenemos un pueblo y una Fuerza Armada. Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance -diría un llanero por allá- es fortalecer la unidad nacional: la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros (...) Lo digo porque los adversarios, los enemigos del país, no descansan ni descansarán en la intriga, en tratar de dividir y, sobre todo, aprovechando circunstancias como estas, pues entonces ¿cuál es nuestra respuesta? ¡Unidad!. ¡Unidad y más unidad!”, dilucidó el 8 de diciembre de 2012. Ese fue el último día en que se dirigió a los venezolanos que lo habían mantenido en la Presidencia durante casi 14 años, los mismos que lo recibieron al salir de prisión, los hijos de quienes escucharon su 'por ahora'.
El comandante Chávez durante su última alocución pidió mantener unidad y votar por Nicolás Maduro ante una circunstancia sobrevenida.
Foto archivo.
La libertad anhelada por este venezolano no es la misma que sentía en la cárcel de Yare, ni la que experimentó al salir de allí. Este nuevo deseo era disiparse con el viento y lo reveló la última vez que visitó el llano:
“Yo le pido a Dios, si sigue siendo tan generoso con nosotros, le pido a Dios que me conceda el último sueño: el último sueño mío es liberarme. ¡Qué difícil!, ¿no? ¡Que difícil! Volver a ser libre como el viento. Aunque sea por unos días, por unos meses, por un año y libre de todo esto, después de haber hecho realidad el proyecto de la patria que soñamos, ojalá volver a recorrer con un arpa, un cuatro, unas maracas, unos compañeros, unas compañeras, estas calles adoradas de San Fernando, esta sabana de Apure, aquellas sabanas del Guárico, aquellas sabanas de Barinas, las sabanas de Venezuela.
Dios, si tu eres más generoso que generoso te pido ese voto, hago ese voto, si no fuera posible de todos modos gracias Dios mío, gracias pueblo mío por esta vida, por esta lucha y por esta nueva etapa que comienza el 7 de octubre con la batalla perfecta y la victoria perfecta”.
Ese mismo rebelde del 4 de febrero le cumplió al pueblo, el pueblo le cumplió a él y Dios también: hoy Hugo Chávez es libre, desvanecido en el viento recorre las sabanas, acaricia los chaguaramos de la casa de los sueños azules y roza los rostros de los millones de venezolanos que lo mantienen vivo en sus corazones, pensamientos y acciones.
Cuatro años después de llevar su mensaje político por Venezuela, Chávez fue candidato a la Presidencia de la República y ganó con 56,2% de los votos. Foto archivo.
- Rangel, José V (2012) De Yare a Miraflores, el mismo subversivo. Editorial Correo del Orinoco.
- El Nacional, domingo 27 de marzo de 1994.
- El Universal, domingo 27 de marzo de 1994.
- Locución del presidente Chávez en Apure durante la campaña presidencial de 2012.
- Locución del presidente Chávez en Miraflores 08/12/2012.
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