lunes, 8 de febrero de 2016

Artículo de opinión. Fetichismo político en la AN. Por William Castillo Pérez





Óptica Socialista
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Aun cuando no somos muy afectos a darle mucha exposición a los adversarios políticos de la revolución bolivariana, vamos a dedicar un breve tiempo al aberrado político, Presidente de la asamblea nacional, que tal vez por designio de la providencia nos ha tocado  en suerte en ese cargo, por no haber internalizado el axioma cristiano, “Conoce la verdad y serás libre”. Pareciera que por ignorancia supina, permitimos que este fetichista de la política  y sus numerosos pares se entronizaran en la AN. Aun cuando este señor ha sido considerado un político  de amplia trayectoria, más o  menos casi 40 años, él no alcanza llenar el concepto de político, ya que la política como totalidad según Enrique Dussel, se corrompe cuando su función esencial queda distorsionada, destruida en su origen, en su fuente. Según el mismo  Enrique Dussel la corrupción originaria de lo político esta evidenciada, por el fetichismo del poder, y es en este proceder, donde se destaca la condición de aberrado político del nefasto dinosaurio adeco que nos pretende atropellar desde la AN.

 Bien, este ciudadano quiere constituirse, él y la Asamblea nacional, como si encarnaren  la sede o la fuente del poder político y, que consecuencialmente los demás funcionarios y poderes, deben  subyugarse a su hegemonía. Este fetichismo lo demuestra, al imponer plazo de vida a las demás instituciones y al estado mismo. Esta característica que define al Presidente de la AN., es el reflejo de la corrupción y fetichismo político que  fue la marca de los gobiernos de la cuarta república, época caracterizada, por la violación de los derechos humanos del pueblo y la fijación en el imaginario, de  la aberrada percepción, que  esos gobiernos adeco-copeyanos eran los amos del poder, lección que  hemos olvidado o nunca supimos  entender.

 Si alguna vez existió un estado fetichista,  fue ese infierno que vivió el pueblo venezolano con estos políticos presidiendo esos cargos, cuando ellos  se asumieron como si la soberanía de la republica  estuviera imbricada en ellos. La referencia primera y última del poder y la soberanía -art 5 de la CNRBV-, esta ejercida por el poder popular. Por ello, es que la corrupción inherente al ejercicio (hasta ahora) del presidente de la AN y sus colegas mayoritarios contra el pueblo que lo eligió, es tristemente: un atraco a mano armada, con la diferencia que la mano que propicio la agresión es la de las mismas víctimas. 

Porque, ha sido la misma población quien ha colocado en mayoría en la AN., a ese grupo de facinerosos que ahora pretenden, engatusar al pueblo para robarles sus viviendas otorgadas por la GMVV, con una ley estafa;  dar impunidad  a los asesinos que quitaron la vida  y lesionaron  ciudadanos, durante actos perpetrados con la intención de  derrocar al Gobierno Constitucional de la República bolivariana de Venezuela. Objetivo que pretenden lograr, mediante la aprobación de una ilegal ley de amnistía; eliminar la ley del Proceso social del trabajo; desestabilizar la economía nacional afectando la política monetaria del país dolarizando todas las operaciones mercantiles.
 Ahora la aberrada bancada de la derecha parlamentaria ha presentado un anteproyecto de enmienda constitucional para acortar el periodo presidencial de seis a cuatro años. El objetivo, según han reiterado Ramos Allup y su banda de  diputados, es sacar a Nicolás Maduro de  presidencia de la República. Estos son algunos de los objetivos de esta fetichista oposición que se asume como única ama del poder legítimo, luego que circunstancialmente han conseguido esa mayoría en la AN.,  la cual han tomado por asalto,  con la aprobación y apoyo de sus electores, para hacer implotar al estado venezolano y entregarlo en bandeja de plata al imperio de la maldad y el despojo.

La actitud sádica que enmarca la proposición de leyes de la mayoría opositora en la AN., dirigidas a eliminar los beneficios del pueblo, es una clara violación de los derechos humanos del pueblo y una violación de la Constitución nacional de la república bolivariana. Claramente es una actitud que constituye un irrespeto al pueblo, pero, peor aún, es el desparpajo con el que perpetran estos nefastos fetichistas políticos, sus fechorías en la AN., que ha llegado hasta el extremo de abusar de sus electores, al ofenderlos hasta en sus símbolos patrios, tal vez justificando dicha actitud en el hecho, que logrado el fin principal del engaño al pueblo, que no era otro que defenestrar la revolución bolivariana, es precisamente ese hecho, lo que les importa y, el pueblo que solo sirvió de instrumento, pues “que se fuña”, como dijo el expresidente español Aznar, acerca de los pueblos del Caribe y Centroamérica, particularmente el pueblo de Haití, ante una pregunta que le hiciera el Presidente Chávez.

¡Independencia y Patria Socialista y Soberana!
¡Chávez vive!
¡La Patria sigue!
¡Viviremos y venceremos!

William Castillo Pérez (el indio)


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