Óptica
Socialista
Opinión
Si el trinomio,
pueblo-gobierno-partidos revolucionarios, no asume en conjunto las tareas
revolucionarias necesarias para consolidar una patria soberana y plena de
justicia social que reivindique al ciudadano venezolano, jamás podremos
considerarnos un pueblo soberano, que reside en una república soberana. Es así
de sencillo, porque hasta ahora, como país no encajamos en ninguna categoría de
Estado, pues solo somos un territorio lleno de recursos naturales importantes y
apetecidos por la elite del poder mundial, y, poblado por una importante
cantidad de personas, que cumplen dócilmente con las dos tareas, que nos asigna
el imperio las cuales son: ser mano de obra barata y consumidor necesario, a pesar
que estamos en tránsito hacia el
socialismo.
Todo el esfuerzo
que hasta ahora ha estado haciendo la revolución bolivariana en estos últimos
17 años, con la carga pedagógica que ello genera, no ha sido internalizado por
el pueblo, ni la gran mayoría de funcionarios elegidos y designados para
ejercer la guiatura del proceso revolucionario, en el seno de los partidos del
polo patriótico, el gobierno y los líderes cívico-militares.
Debemos interactuar
en el mercado internacional de manera independiente, sin permitir que nos
afecte la tendencia de la comunidad económica internacional, de regirse por los
parámetros signados por el capitalismo. Para ello, es necesario que nuestro
pueblo tenga bien definidos sus propósitos en le vida, enmarcados en su
independencia y soberanía. Es solo de esa manera que un pueblo puede desarrollarse
teniendo a la humanidad como eje de su devenir en la cultura socialista, que no establece clases
en su población. ¿Cómo podemos lograr eso en nuestra patria?. Ello solo es
posible si la gran mayoría de nuestro
pueblo está centrado en una sola forma de vivir que no es otra que la cultura
socialista y bolivariana. Es muy difícil lograr esto, más no es imposible, por
ahora, tenemos un escollo que no hemos
resuelto y que últimamente, nos ha hecho mucho daño, y es que no hemos logrado
ideologizar la población, y en el efecto pernicioso causado a nuestra
revolución, ha gravitado principalmente el hecho que nuestra revolución es
pacífica. Ello nos obliga a convivir con
la expresión capitalista más despótica, ofensiva e irrespetuosa de las leyes y
el marco constitucional, que se prodiga en agresiones contra el pueblo con
tanto fuerza, que al no poder hacerlos
entrar en cintura, se crea la percepción, que el gobierno revolucionario no
ejerce ningún poder para solucionar la guerra económica y la violencia que últimamente
se ha desatado con más fuerza que en épocas recientes.
Para quienes
creen, que La revolución puede ser eliminada como aspira la derecha, les
aconsejo que se bajen de esa nube, porque la revolución es irreversible. El desprecio
de la derecha fascista, contra la humanidad no podrá persistir, mucho menos
ahora, cuando el comandante Chávez ha demostrado que el capitalismo es derrotable, solo con evidenciar, que la civilización
puede sustraerse del canibalismo estructural del capitalismo, para sobrevivir,
siempre y cuando la equidad ocupe lugar preeminente en la interrelación de los
pueblos. Ahora se ha demostrado, que es posible la complementariedad, sin la
preeminencia de la compra-venta de lucro abusivo unilateral, y las relaciones de
dependencia de los desposeídos sujetos de ultraje y pillaje de los hegemónicos.
En un supuesto
que la derecha recuperase el poder en Venezuela, no pasaría mucho tiempo para
que el poder pueda ser recuperado por el pueblo, solamente con observar, como
los beneficios del pueblo y la
infraestructura del estado venezolano, construida por la revolución bolivariana,
son aprovechados por el capitalismo imperial depredador, será suficiente causa,
para que el pueblo retome la senda de la
independencia y soberanía, y luche con su demostrada capacidad para restaurar
su revolución. No será una guerra económica, basada en causas artificiales que podrá
doblegar a un pueblo, que ha despertado de un letargo de sumisión de siglos.
Gracias a la
revolución bolivariana y socialista, el pueblo venezolano ha descubierto el
buen vivir con justicia social, y comprobado que el poder verdaderamente
le pertenece, y su capacidad de
ejercerlo es infinita. No es, porque la revolución es pacífica, que no podrá ser
radical y contundente para imponerse, tomando en cuenta los motivos que la
impulsan. Es cuestión que las circunstancias duras y oprobiosas impuestas por
la derecha, en lugar de desanimarnos nos sirvan de aprendizaje, para nunca jamás
volver al infierno de la esclavitud. La semilla está implantada y, por las
futuras generaciones, el árbol de la libertad crecerá frondoso y alcanzara con
la sombra de su follaje a toda la humanidad. La vida de lo absurdo, ya toca a
su fin, ningún grupo humano prevalecerá sobre otros, por obra de sus caprichos,
y el aberrado deseo de querer poseer todo el hábitat de la humanidad. Somos tan
finitos los humanos, que la preeminencia del concepto propiedad sobre vidas, cosas
y territorios, es sencillamente ridículo.
Las
civilizaciones precolombinas de nuestros abuelos ancestrales no se equivocaron,
cuando establecieron, que un buen gobernante solo debía entrañar
en sí mismo, tres condiciones para ejercer el poder: No matar, no robar y no ser mentiroso, amén de colocar en la escala
de valores en primer lugar, la vida de la Pachamama. He ahí, la fuente donde
debemos abrevar, para vivir en plena justicia social y en perfecta y sana
convivencia con la Pachamama, única verdadera propietaria, porque siempre nos
sobrevivirá a todos.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!
¡CHÁVEZ VIVE!
¡LA PATRIA SIGUE!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
William Castillo Pérez
(el indio)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario