martes, 17 de noviembre de 2015

Se cumplieron 24 años del asesinato de Jimmy Hernández, otra víctima del régimen puntofijista

 
Óptica Socialista
Noticias nacionales

 
Caracas, 17 Nov. AVN.- El pasado sábado 14 de noviembre se cumplieron 24 años de la trágica muerte de Jimmy José Hernández Calderón, joven estudiante de 4° año de Ciencias en el Liceo Andrés Bello, quien fue asesinado mientras luchaba por sus derechos estudiantiles durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993).
Hernández, de 17 años, fue atropellado a las afueras del recinto donde estudiaba en 1991, cuando se disponía a movilizarse hacia una protesta en la Plaza Bolívar para exigir el cumplimiento del pasaje estudiantil. El liceísta fue embestido por el conductor de un colectivo quien, ante las peticiones de los estudiantes para que se detuviera, arremetió a máxima velocidad contra la multitud, ocasionándole la muerte instantánea a este líder juvenil.
No se trató de una muerte accidental, sino de un homicidio intencional. El asesinato de Hernández fue el trágico resultado de una conducta de desprecio de los choferes hacia la población estudiantil, motivada por las políticas ineficientes de transporte urbano impuestas por este régimen puntofijista que no garantizaba el pago del subsidio del pasaje escolar a los conductores.
El morral, los cuadernos y el uniforme escolar se convirtieron en la señal para que los transportistas se negaran a prestar sus servicios a quien los llevara y en una excusa más para la requisa obligatoria y el maltrato por parte de los cuerpos policiales.
La muerte de Jimmy fue el detonante de una ola de manifestaciones en las calles en distintas partes del país, por parte de los jóvenes que exigían el respeto a la vida, el reconocimiento de sus derechos estudiantiles y el fortalecimiento de un sistema educativo público y gratuito.
Como respuesta a estas demandas el gobierno recurrió a la violencia y dio la facultad a las fuerzas de orden policial de reprimir violentamente las protestas, ocasionando más muertes de liceístas como la de Darwin Capote Rondón, de 16 años, y José Gregorio Delgado, de 17, ambos ultimados por funcionarios de la Policía Metropolitana (PM) el 20 de noviembre de ese mismo año.
La orden "disparen primero y averigüen después", que dictó Rómulo Betancourt, ex presidente venezolano que gobernó entre 1959 y 1964, para dar luz verde al aparato represivo del Estado, fue cumplida al pie de la letra contra los estudiantes, no sólo por Carlos Andrés Pérez, sino también por todos los presidentes de la cuarta república: Raúl Leoni, Rafael Caldera, Jaime Lusinchi y Luis Herrera Campins.
Estos gobiernos se caracterizaron por la brutal opresión contra el movimiento estudiantil venezolano que luchó por liberar al país de las clases dominantes alineadas con el sistema liberal norteamericano.
Asesinatos, torturas, allanamientos, desapariciones, persecuciones políticas, son sólo parte de las múltiples violaciones a los derechos humanos, de las cuales fueron víctimas los jóvenes revolucionarios que alzaron sus voces en contra de las decisiones desacertadas de quienes gobernaron desde 1959 hasta 1999.
Sólo durante el inicio del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) 50 estudiantes fueron asesinados por participar en protestas que exigían reivindicaciones sociales.
A estas cifras se suman las más de tres mil muertes producto de la masacre conocida como el Caracazo, que tuvo lugar el 27 de enero de 1989, en donde el pueblo venezolano, principalmente de Caracas y Guarenas, expresaron su rechazo a las medidas económicas neoliberales que adoptó el Gobierno de Pérez, promovidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que profundizaron la pobreza y exclusión en el país.
Se trató de una época de impunidad total sin derechos humanos ni garantías constitucionales, en donde policías, soldados y agentes especiales arremetieron contra la población estudiantil sin ninguna sanción.
Tal como lo expresó el propio Jimmy durante una manifestación, frente al Liceo Fermín Toro, una semana antes de su muerte: "Vivir, vivir, es consigna estudiantil. Matar, matar, es la consigna policial".
Los cambios y reivindicaciones por las que Hernández y todos los jóvenes estudiantes batallaron durante estas décadas de opresión, sólo se hicieron realidad con la llegada del presidente Hugo Chávez al poder en 1998.
A partir de esa fecha, Venezuela cuenta con un sistema de acceso masivo y gratuito a la educación pública. Ahora los estudiantes son reconocidos como un pilar fundamental para los avances económicos, sociales y políticos de la revolución.
Fuente: AVN 17/11/2015 11:59
Compilador. William Castillo Pérez 

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