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Esto preocupa a EEUU cada vez más. Washington no quiere que Moscú restaure completamente sus vínculos económicos con Teherán
Caracas, 24 de noviembre de 2015.- No cabe duda de que la
visita de Vladimir Putin a Irán el 23 de noviembre, la primera realizada
a ese país por el presidente ruso a ese país desde 2007, logró ya
diversos objetivos incluso antes de iniciarse.
Ciertamente, se trata de un acontecimiento estratégico que tiene
lugar dentro del marco de las conversaciones de Viena sobre Siria, donde
los dos países defienden a la Siria de Bashar al Assad.
Esta visita tiene también una clara visión comercial. Rusia espera
reforzar sus vínculos comerciales con Irán. El ministro de Energía ruso,
Alexander Novak, señaló que ambos países desean incrementar sus
relaciones económicas hasta los 10.000 millones de dólares al año frente
a los 1.600 millones de la actualidad.
Esto preocupa a EEUU cada vez más. Washington no quiere que Moscú
restaure completamente sus vínculos económicos con Teherán. Aunque EEUU
ya no ocupa un lugar predominante en la política de Oriente Medio, teme
una alianza entre Irán y Rusia porque ella transformaría las relaciones
internacionales, según el think tank norteamericano Brookings.
“EEUU, Rusia e Irán son los tres principales actores extranjeros en
Siria. Aunque sus intereses no son los mismos, existe una posibilidad de
cooperación y una alianza ruso-iraní es el escenario más probable en
este terreno”, afirma el experto de Brookings, Serguei Aleksashenko.
Él señaló que “hace falta prestar atención a la convergencia política
ruso-iraní y más especialmente a su interés en el mantenimiento del
presidente Bashar al Assad en el poder y la restricción de la influencia
de EEUU en Oriente Medio”.
Putin ha levantado ya la prohibición de exportación de equipos de
enriquecimiento de uranio a Irán, y Teherán ha señalado que recibirá el
sistema de defensa antiaéreo S-300 de Rusia antes de finales de año. La
venta de los misiles fue autorizada por Putin en abril, al estimar que
el acuerdo marco de Lausana sobre el programa nuclear iraní entre Irán y
el Grupo 5+1 lo permitía.
Los diplomáticos rusos mostraron también su oposición a las sanciones impuestas a Irán por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante las negociaciones nucleares Rusia ejerció de intermediario
entre los países occidentales e Irán y redactó la mayor parte de los
acuerdos sobre el programa nuclear iraní.
Rusia aprecia también el papel estabilizador que juega Irán en la
región del Cáucaso, en Asia Central y en Oriente Medio, lo cual
contribuye a la estabilidad de la frontera sur de Rusia, dijo Vladimir
Novikov, analista del Instituto ruso de Estudios Estratégicos, a Alter
Info.
El viaje de Putin tiene además una indudable vertiente económica.
Rusia quiere adelantarse y no esperar a que EEUU y la UE levanten las
sanciones iraníes, porque, en tal caso, sus rivales occidentales
tratarían de lograr la mayor parte de los jugosos contratos con Teherán.
Irán necesita dinero, mercancías y tecnologías y Moscú posee la
capacidad de satisfacer sus necesidades.
Las compañías de Rusia, un país que no se sumó a las sanciones
económicas contra Irán, esperan ahora que ocuparán un papel predominante
en la obtención de los contratos económicos y podrán obtener la parte
principal de los relativos al petróleo, gas y otros sectores que se
esperan para los próximos meses./ CLAA.
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