viernes, 11 de enero de 2013

Artículo de opiniòn. El raro amor de la derecha por el Derecho Estas eminencias deberían reconocer su falta de legitimidad para hablar de Constitución Por Clodovaldo Hernández

Óptica Socialista
Opinión


La derecha tiene una auténtica pasión por el Derecho y especialmente por los formalismos jurídicos, salvo -desde luego- cuando arrebata. 

Tal vez sea una cosa pavloviana, pero cada vez que veo a los expertos más prestigiosos del Derecho de la derecha apelando a su enjundiosa sapiencia y ametrallándonos con ristras de alegatos legales salpicados de ab intestato, sine die, extra petitum, capitis deminutio, intuitu personae, condicio iuris y erga omnes, mi memoria se conecta directo con abril de 2002, cuando estos cultores de los fundamentos jurídicos y las solemnidades institucionales se pasaron la Constitución Nacional por el forro del ejusdem. 

Uno de esos lumínicos doctores dictamina (ellos no opinan, emiten dictámenes) que la gestión de Nicolás Maduro y el resto del gabinete a partir de ayer adolece de "falta de legitimidad de origen" porque Maduro no fue electo sino designado, razón por la cual anuncia -solemnemente, claro- que ante las cortes interamericanas e intergalácticas denunciará ipso facto a ese gobierno de facto. ¿Legitimidad de origen?, pienso, y no puedo evitar recordar su imagen de señor enamorado de sí mismo, dándose abrazos y besitos con el selecto grupo de adoradores del Derecho -en estado de arrebato- que concurrieron a Miraflores aquel 12 que luego tuvo su 13. Como soy lego y no conozco de latín, me asesoro con la politóloga Prodigio Pérez (que alguna vez estudió Derecho) y ella me instruye que diga que esas impresiones sobre el brillante letrado las tuvimos los venezolanos de visu et auditu, es decir, que las vimos y las oímos nosotros mismos, no nos las contaron. 

En mi humilde opinión de no-abogado, estas eminencias forenses deberían reconocer su propia falta de legitimidad de origen para hablar de respeto a la Constitución. 

Por ejemplo, el jurispérito Cipriano Heredia sentencia (ellos no opinan, dictan sentencias inapelables) que la interpretación de la Sala Constitucional retuerce la Constitución. Y califica a Nicolás Maduro de "usurpador". Por reflejo, rebobino mi cinta para refrescar que este personaje fue uno de los pocos que tuvo la velocidad de tecla suficiente como para hacerle llegar una carta a su pariente, Pedro Carmona Estanga, en el breve tiempo que éste pudo estar en Miraflores. En la carta, encabezada con el vocativo "estimado tío", Heredia le pedía unos cargos en aquel gobierno para varios amigos suyos. Y es el mismo caballero que se atreve a hablar de usurpadores. Vuelvo a consultar a Prodigio y me recomienda escribir: res ipsa loquitur, que en latín jurídico significa "la cosa habla por sí misma", pero en caraqueño actual bien podría -con justicia- traducirse como "¡qué cara e'tabla son estos loquitos!". 

clodoher@yahoo.com

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