Óptica Socialista
Opinión
16-11-16.-El politólogo
Noam Chomsky advirtió que tras la elección de Donald Trump como presidente de
Estados Unidos el Partido Republicano “es ahora la organización más peligrosa
que ha existido en toda la historia humana”.
El analista estadounidense, citado ayer por el diario The Independent, afirmó: “Literalmente. Sus políticas conducirán a la destrucción de la especie” debido a la negación del cambio climático por parte del presidente electo, Donald Trump, y otras figuras destacadas en este partido, aseveró.
Trump durante la campaña afirmó que lo del calentamiento global era un “mito creado por los chinos para hacer a EEUU menos competitivo”. Al respecto, Chomsky afirmó que el nuevo Mandatario acelerará el calentamiento global y la “carrera hacia el desastre”.
Mientras, The Washington Post publicó que “la Administración de Trump pondrá fin a los 100 años del liderazgo mundial de Estados Unidos, que comenzó en 1918”.
El columnista Jackson Diehl afrmó que muchos tienen miedo de que la política exterior de Trump “conduzca al mundo a un caos aún más profundo’ y que provoque ‘una guerra comercial global, o tal vez una guerra real’.
Cuando iniciaba en EEUU la segunda semana de protestas contra la elección del magnate, éste se reunía ayer con su vicepresidente Mike Pence para definir su nuevo gabinete.
El analista estadounidense, citado ayer por el diario The Independent, afirmó: “Literalmente. Sus políticas conducirán a la destrucción de la especie” debido a la negación del cambio climático por parte del presidente electo, Donald Trump, y otras figuras destacadas en este partido, aseveró.
Trump durante la campaña afirmó que lo del calentamiento global era un “mito creado por los chinos para hacer a EEUU menos competitivo”. Al respecto, Chomsky afirmó que el nuevo Mandatario acelerará el calentamiento global y la “carrera hacia el desastre”.
Mientras, The Washington Post publicó que “la Administración de Trump pondrá fin a los 100 años del liderazgo mundial de Estados Unidos, que comenzó en 1918”.
El columnista Jackson Diehl afrmó que muchos tienen miedo de que la política exterior de Trump “conduzca al mundo a un caos aún más profundo’ y que provoque ‘una guerra comercial global, o tal vez una guerra real’.
Cuando iniciaba en EEUU la segunda semana de protestas contra la elección del magnate, éste se reunía ayer con su vicepresidente Mike Pence para definir su nuevo gabinete.
Reflexiones no ortodoxas
sobre la victoria de Trump
Por Roberto Savio
CUZCO, Perú, nov 2016
(IPS) – Desde la ciudad peruana de Cuzco, donde la cultura Inca fue subyugada
por los españoles, viendo como el mundo lleva inexorablemente a una medida
diferente de la historia. Y ante la imposibilidad de escribir un análisis
completo, van algunas observaciones dispersas.
Pero antes es necesario hacer una
introducción. En cualquier país del mundo, Hillary Clinton habría ganado la
elección tras haber obtenido el mayor número de votos. Sin embargo, Estados
Unidos no tiene una Constitución democrática.
Y es que mientras que los
estadounidenses se consideran a sí mismos la “única democracia en el mundo”
(George W. Bush, discurso al Congreso en su toma de posesión), cabe señalar que
la Constitución de Estados Unidos es un vestigio del pasado. Vea por qué…
Cuando los
diferentes estados salieron victoriosos de la Guerra de la Independencia contra
Inglaterra y decidieron unirse en los Estados Unidos, los estados más pequeños
temieron ser sometidos a los más grandes. Así hubo que inventar un compromiso
de garantía para todos.
Y así, el Senado,
como órgano principal del sistema legal, se compone de dos senadores por cada
estado. De este modo Wyoming, que tiene 800.000 electores, cuenta con dos
senadores, igual que California que tiene 27 millones.
El presidente es elegido por “votos
electorales” que se dan a cada estado en base a consideraciones similares. De
este modo, Al Gore, que había ganado la mayoría de votos, perdió la elección
ante George W. Bush por votos electorales (ayudado por el Tribunal Supremo en
manos del Partido Republicano que dio Florida a Bush).
Esta vez ocurrió lo
mismo: los estados menos desarrollados votaron republicano (con la excepción de
Texas y poco más), pese a lo cual la mayoría del Senado se puede obtener
sumando los 26 estados con menos población y desarrollo, con lo que prevalecen
sobre la población de 24 estados mayoritarios e industrializados.
Pero hay otras
normas antidemocráticas en la Constitución estadounidense, como el hecho de que
a la muerte de un senador es el gobernador quien nombra a su reemplazo. Así, un
gobernador republicano puede nombrar a un senador republicano, incluso si el
muerto era del Partido Demócrata.
Volvamos ahora a
las observaciones.
La primera es el
hecho de que prácticamente todos los observadores, las encuestas, los medios de
comunicación (con excepciones que se cuentan dedos de una mano) dieron a
Clinton por ganadora, da una medida de la separación existente entre el sistema
y la realidad.
Ocurrió lo mismo
con el Brexit, con las elecciones austríacas, las filipinas… La explicación es
sencilla: nosotros frecuentamos a nuestros amigos, la sociedad está hecha de
círculos concéntricos paralelos, y así creemos que la observación de un
profesor universitario tiene más valor que la de un trabajador en paro. Por lo
tanto, no tenemos una visión completa de la sociedad en la que vivimos.
La segunda: Las
víctimas del proceso económico y social creado por la visión de un capitalismo
autodestructivo que premia a muy pocos mientras frustra las esperanzas de
muchos, son mucho más numerosas de lo creen aquellos que no las frecuentan. Y
son víctimas que ven cada día ejemplos de corrupción, de despilfarro y riqueza,
que les llevan a tener pasiones, no opiniones.
Tras haber gastado
cuatro billones (millón de millones) de dólares (según los cálculos más
modestos) para salvar a los bancos (que aún tienen 800.000 millones de activos
tóxicos), la prioridad es seguir respaldando al sector financiero en lugar de a
los gastos sociales, que se consideran publicamente improductivos, algo que se
ve diferente por quienes están dentro y los que quedan afuera.
Tampoco se les
escapa el hecho de los bancos, en la crisis de 2008 (de la que todavía no hemos
salido) hayan pagado multas por valor 280.000 millones de dólares (sin contar
los 14,5 mil millones pendientes de la Deutsche Bank), ya no es un hecho
excepcional.
Y que el total de
subsidios para el empleo juvenil en los países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sea de poco más de 20.000
millones de dólares, cuando el Banco Central Europeo da 80.000 millones
mensuales al sistema bancario europeo (que no pasan al sistema productivo sino
que invierte en el sector financiero), ciertamente no ayuda a los jóvenes a
sentirse parte de Europa.
¿Quién ha oído, en el
debate político, los términos solidaridad, justicia social, participación,
equidad? ¿Existe en alguna parte de la política un debate sobre cómo aumentar
el empleo, que está amenazado por el uso de los robots, que constituirán 40 por
ciento de la producción industrial dentro de 20 años? ¿O sobre cómo la
corrupción es cada vez más percibida por los ciudadanos, y necesita urgentemente
ser abordada? ¿O sobre si pueden sentirse representados aquellos que votaron
por Brexit y por Trump?
Esto lleva a la
tercera observación: La política está ahora sujeta a las finanzas, carente de
visiones e ideales que fueron desechados con el fin de las ideologías, y se
dedica a temas puntuales y administrativos.
No debe pasarse por alto que el número
de ciudadanos que dicen que la izquierda y la derecha han desaparecido, ha
alcanzado porcentajes sin precedentes. La política, como reacción, se cierra
como una ostra y se vuelve cada vez más autorreferencial.
¿Quién es el
ciudadano que ve en un partido un espacio de participación y expresión, aparte
de aquellos que están dentro, como en los tiempos de la juventud de los
partidos? Esta disminución de la participación es un elemento grave de la
crisis de la democracia.
Al mismo tiempo,
está claro a los ojos de todos quiénes son los Le Pen, los Farage, los Salvini,
etc. Está claro para todos que vuelve el nacionalismo, el populismo y la
xenofobia. Estos son los indicadores clásicos de la crisis. Los años 30 del
siglo XX son un capítulo para recordar …
¿Tendrá la política
la capacidad de encontrar su camino, de ideales y de visiones, donde escuchar a
los ciudadanos sea parte de un diseño común? No es que quede mucho tiempo…
Y luego, la cuarta
observación: Ahora tenemos el presidente del líder mundial, Estados Unidos, que
dice claramente que no les interesa el mundo, excepto en la medida en que sirva
a los intereses estadounidenses.
El multilateralismo, desde la Unión
Europea hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está en una crisis
creciente desde que Ronald Reagan y Margaret Thatcher, en 1981, declararon que
no creen en la cooperación internacional y que cada país debía valerse por sí
mismo.
Esta línea continuó
con altibajos, pero con una tendencia continua. No es ningún secreto que a la
hora de elegir al nuevo secretario general de la ONU, la pregunta del
presidente de Estados Unidos era: ¿cuál es el más débil de todos?
El presidente Barack Obama ha tratado
de detener esta tendencia. Pero su pueblo (más bien, una parte de este que
nadie había visto hasta ahora) no lo ve de esta manera.
No hay que olvidar
que igual batalla fue hecha por el demócrata Bernie Sanders, que ha obtenido 10
millones de votos. Si hubiera podido presentarse,
habríamos visto cómo los estadounidenses juzgaban dos caminos, uno de los
cuales al declararse socialista representa una novedad tan radical como la de
haber elegido Trump. En un país donde el término socialista es como declararse
un alieno a Estados Unidos, y peligroso.
Ahora tenemos el
país del líder totalmente heterogéneo con respecto a las relaciones
internacionales existentes. ¿Sabrá Europa encontrar su propia voz? También
porque si no lo hace ahora, no se ve cuando lo podrá hacer… ¿Se volverá a dar
espacio a la cooperación internacional, al multilateralismo, a los planes
de desarrollo?
La quinta
observación es una banalidad. Los chinos usan la palabra crisis también en el
sentido de oportunidad. Vamos a tener, por lo menos cuatro años (Putin, Grillo,
Le Pen…) de un gobierno por el momento impredecible. Trump es un político de
vísceras no de cerebro. Es la clásica encarnación de lo que se llama un
político impredecible.
Pero, sobre todo, no escucha
consejos. También es prisionero de su electorado particular. Ciertamente, el
sistema le pondrá las bridas que pueda. Pero ocuocurre que todas las cartas que
conocemos ahora están en el aire.
Esto también
significa que igualmente es posible hacer políticas innovadoras, que el marco
oxidado anterior no permitía. Así mismo porque sería difícil ver cuál es la
política común que pueda tener Trump con la primera ministra británica Theresa
May, con Farage o con la Alternativa para Alemania…
Los partidos
populistas nunca han sido capaces de crear una política común, por ejemplo, en
el Parlamento Europeo… solo tienen enemigos comunes, pero no planes
alternativos homogéneos… así que, ahora que las cartas están en el aire, existe
todo el espacio para inventar y construir…
Pero esto no se
puede hacer si no se reconoce que estamos en una crisis política y de
democrática, de sociedad y de perspectivas, que si no es asumida y metabolizada
por la clase política en el poder, verá un desmoronamiento sucesivo del
sistema, y que la crisis actual (que no se resolverá por el populismo y el
nacionalismo) va a terminar haciendo imposible cualquier gobernabilidad…
Y me siento
obligado a añadir una última consideración. Para aquellos que han trabajado
toda su vida para crear conciencia y participación, la sociedad civil fue la
fuerza que reequilibraba la crisis de valores y políticas (en inglés existe “la
política”, referida al proceso, y “la política” para las ideas políticas, esta
diferencia no existe en las lenguas latinas).
Si hay un tema que
la sociedad civil ha defendido desde su nacimiento, este es el de género. Una
diferencia entre una persona joven hoy y mi generación, es que el tema de las
mujeres no existía entonces, mientras que los jóvenes de ahora son plenamente
conscientes de ello.
Es un tema que está
presente en los medios de comunicación, en la política, en la cultura, en las
organizaciones, desde la industria a los negocios, desde las políticas hasta
administrativas y culturales.
Bueno, después de todo lo que Trump ha
dicho y hecho en el tema de la mujer, reactivando un “machismo” de cuartel que
ya se creía inaceptable… después de las declaraciones y manifestaciones de
todas las organizaciones de mujeres del mundo artístico, cultural y
económico…53 por ciento de las mujeres estadounidenses votó por Trump.
Este porcentaje no
está lejos del electorado masculino. Sucedió lo mismo en Italia con Silvio
Berlusconi, aquel organizador de fiestas con menores que habló abiertamente de
la mujer como un objeto de uso, tanto que lo abandonó su esposa.
Esta votación es un duro golpe a toda
la sociedad civil, y para todos aquellos que se comprometen porque están
convencidos de que creando conciencia es posible un mundo mejor… Hemos perdido
una batalla importante, y la guerra se hace ahora mucho más difícil…
----- Original Message -----
From: Iain
Keith - Avaaz
Sent: Tuesday, November 15, 2016
3:39 PM
Subject: Antes de que Trump
destruya el clima
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