Óptica Socialista
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Estados Unidos ha basado su política
injerencista en la supuesta lucha por la libertad y democracia, mientras
que tiene unas 800 bases militares en todo el mundo.
La constante injerencia e
intervencionismo de Estados Unidos en el mundo obedece a una ideología impuesta
desde sus primeros días como nación, en los tiempos de la colonia y posguerra
de independencia; el Gobierno se basó en el pensamiento del "Destino
Manifiesto" para invadir y actuar contra otras naciones.
La filosofía del "Destino
Manifiesto" se basa en la convicción de que Dios eligió a Estados Unidos
para ser una potencia política y económica, una nación superior al resto del
mundo. La forma de demostrarlo era "extenderse por todo el continente”.
La expansión territorial y la
concepción imperialista de Estados Unidos se asienta en el siglo XIX. A lo
largo de ese período compran o pelean con otros países; en América del Norte
desplazan o exterminan a sus pueblos indígenas, esclavizan o guerrean entre
ellos, intervienen e invaden Puerto Rico, Cuba, Nicaragua, México, Panamá y
las Islas Vírgenes.
Para el periodista y analista político
colombiano, Jon Restpo la razón de la injerencia e intervencionismo de Estados
Unidos ha cambiado con el tiempo. “Para el siglo XIX se basó en la lucha
contra la piratería, posteriormente usaron la excusa de cuidar a los ciudadanos
e interés estadounidenses”.
"Tras la II Guerra Mundial,
Estados Unidos usó de enemigo al comunismo para intervenir en Latinoamérica y
en las naciones de Asia (Vietnam, Corea); posteriormente a mediados de los
años 80 y 90 el intervencionismo se escudó en la lucha contra el narcotráfico; por
último la guerra contra el terrorismo es la nueva excusa de EE.UU. para su
política injerencista", añadió el analista.
El intervencionismo de Estados Unidos
consta de tres puntos: el control político, la amenaza y chantaje económico y
la presencia de bases militares y soldados para mantener o derrocar gobiernos.
Para Restpo el papel de las embajadas
ha sido fundamental en la política injerencista e intervencionista de Estados
Unidos al conspirar y realizar operaciones contra los gobiernos de países
soberanos e independientes. Los embajadores, a su juicio, hacen el papel de
virreyes.
Estados Unidos en América Latina
En entrevista para el canal Venezolana
de Televisión (VTV), el analista internacional Roso
Grimau indicó que Estados Unidos ha perpetrado al menos 160 acciones
injerencistas contra gobiernos latinoamericanos y caribeños.
Grimau explicó que con la
llamada Doctrina Monroe "Estados Unidos estableció su falsa
moral para atribuirse ser el juez de los pueblos del mundo, hacer
intervenciones armadas y a través de ello lograr apoderarse de las riquezas de
otros países".
Desde principios del siglo XIX Estados
Unidos ha llevado a cabo acciones intervencionistas en la región. Las acciones
han variado y evolucionado con el paso de los años y han pasado de defender los
intereses económicos y políticos hasta el apoyo de dictaduras de derecha en la
región.
Entre 1970 y 1980 Estados Unidos
organizó y coordinó la llamada “Operación Cóndor” que fue un plan
represivo coordinado entre los servicios de inteligencia de las dictaduras que
gobernaban países del Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay,
Bolivia).
En la actualidad, Estados Unidos ha
cambiado nuevamente su manera de actuar en la región al promover e impulsar
planes desestabilizadores y llamar a la desobediencia civil, que es
manipulada por los medios de comunicación hegemónicos.
Un claro ejemplo de la injerencia la
observamos actualmente en Venezuela, Bolivia y Ecuador, gobiernos de corte
social y progresista que son víctimas de los planes de EE.UU.
Estados Unidos en el mundo
El analista internacional, Juan
Francisco Coloane, aseguró en entrevista exclusiva para teleSUR que Estados
Unidos "es el país desestabilizador en el mundo con el fin de lograr
una supremacía global ahora llamada imperialismo”.
El uso de las fuerzas de la
Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN por su sigla en inglés) por
parte de EE.UU. ha extendido su dominio e injerencia en los países del este de
Europa, como medida para imponer presión a Rusia.
Irak, Libia, Afganistán y Siria son
solo cuatro países en los que Estados Unidos ha intervenido para
apoderarse de los recursos naturales o mantener su dominio
militar. Washington ha usado a países aliados como Arabia Saudita,
Turquía, Israel y Qatar para extender su dominio en la región del medio
oriente.
La presencia de bases militares en
Filipinas, Japón, Corea del Sur como factor de provocación a Rusia y China,
situación que ha sido denunciado por los gobiernos rusos y chinos. Los ejercicios
navales de EE.UU. con sus aliados en el Pacífico han servido para crear
tensiones en la región.
Estados Unidos tiene unas 800 bases
militares en todo el mundo. La mayoría fueron instauradas en el período de la
Guerra Fría, que terminó hace unos 25 años, pero las bases aún permanecen.
Las bases están distribuidas por todo
el mundo en lugares que Estados Unidos considera estratégicos o
"peligrosos para su seguridad y pueden convertirse en punto de partida
para conflictos bélicos".
América Latina no es solo una región
rica en biodiversidad, sino también vital en cuanto a seguridad militara con la
frontera sur, su punto más vulnerable y también una plataforma fundamental para
la proyección de poder.
A organizaciones como la Federación
Internacional de Derechos Humanos (FIDH) le preocupa la militarización de
América Latina auspiciada por Estados Unidos, que consiste principalmente en el
cercado de la región.
Señalan que el objetivo de Occidente
es asegurar la zona para acuerdos económicos y el libre desarrollo de macro
proyectos a través de la consolidación "del que sería el bloque económico
más importante del mundo".
“A través de todas las bases que ellos
tienen en Centroamérica, Perú, Chile, Las Malvinas, y el intento en argentina
cerca completamente el continente porque controlan el acceso a los océanos”,
explicó para teleSUR Elsa Bruzzona, profesora de historia y especialista en
geopolítica.
Mauricio Macri, presidente de
Argentina desde diciembre de 2015, abrió las puertas a la militarización del
país y anunció que EE.UU. instalará dos bases militares en zonas estratégicas e
importantes de Argentina: una en el norte del país, en Triple Frontera, y la
otra, en la provincia sureña de Tierra del Fuego.
En una política totalmente opuesta, la
expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner impidió en 2012 la
instalación de una base del Comando Sur de los Estados Unidos en la provincia
del Chaco, en el norte del país.
Estados Unidos retiró en 2009 su base
militar en Manta (norte de Ecuador) -por indicación del Gobierno
ecuatoriano- después de 10 años de operaciones, supuestamente “contra el
narcotráfico”. El convenio, firmado en 1998 por el entonces presidente Jamil
Mahuad, autoriza a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos utilizar esta base
para operaciones relacionadas con la lucha contra el narcotráfico. Un año
después se registró el golpe de Estado.
Fuente: TELESUR/10/06/16
Compilador. William Castillo Pérez
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