Óptica
Socialista
Opinión
A su clásico Los jacobinos
negros: Toussaint Louverture y la revolución de Haití(1938), el historiador
trinitario C.L.R. James añadió, después del triunfo de la Revolución Cubana, el
capítulo “De Toussaint Louverture a Fidel Castro”. Allí afirma que Cuba
es el país “más caribeño del Caribe”. Caribeño para él es universal.
Podría añadirse que la revolución
liderada por Fidel ha hecho cuanto ha estado a su alcance por la cooperación
solidaria con los pueblos y Estados del Caribe, especialmente con los pequeños
Estados insulares y con Haití, precursor de la independencia de América Latina
con su revolución antiesclavista.
Cuba abrazó la propuesta del
CARICOM(Comunidad del Caribe) de constituir la Asociación de Estados del
Caribe(AEC), cuya primera cumbre se celebró en Puerto España, Trinidad y
Tobago, en 1995. La AEC incluye a 25 países independientes como Estados
miembros. A los 14 integrantes del CARICOM suma a Cuba, R. Dominicana, México,
los Estados centroamericanos, Colombia y Venezuela; y como miembros asociados,
a varios territorios bajo dominio europeo como Guadalupe, Martinica, Aruba,
Curazao y Sint Maarten e Islas Turcas y Caicos; a todo ese conjunto se le
denomina Gran Caribe. Francia y los Países Bajos también tienen la condición de
miembros asociados en representación de territorios bajo su jurisdicción.
La AEC acaba de celebrar su VII Cumbre
en La Habana, donde ha mostrado realizaciones concretas y una proyección clara
de trabajo a futuro. Existen ya un Consejo de Ministros, que presidirá Cuba
durante 2016, así como Comités Especiales sobre una serie de temas como el
turismo, el transporte aéreo y marítimo, el comercio, el enfrentamiento al
cambio climático y a los desastres -con especial atención a los pequeños
Estados insulares, la educación y la cultura, así como el Fondo Especial y la
gestión de donaciones.
Sobre varios de ellos existen
diagnósticos y, en todos, programas de trabajo con evaluaciones periódicas e
informes a los miembros por la secretaría general. Este órgano ha adquirido una
gran importancia y a su trabajo le dio un gran impulso en su mandato el
diplomático e historiador colombiano Alfonso Múnera Cavadía, sucedido en la VII
Cumbre por June Sooner, experimentada diplomática de Santa Lucía.
Es imposible pensar en términos de
unidad e integración de América Latina y el Caribe sin tomar en cuenta esta
subregión y comunidad humana y geopolítica en gestación, a la que la unen, a lo
largo de los siglos, la historia, la cultura y comunes opresores y
explotadores.
No es fortuito que el CARICOM reclame
una compensación a las potencias involucradas por los daños que ocasionó a sus
pueblos la abominable trata negrera y la esclavitud, una de las fuentes
principales de la acumulación originaria capitalista. Vale la pena consultar la
información sobre el saldo y proyección de la AEC, incluyendo el medular
discurso inaugural del presidente Raúl Castro en la Cumbre(http://www.cubadebate.cu/etiqueta/asociacion-de-estados-del-caribe/).
Raúl subrayó los propósitos que
animaron al organismo desde su fundación: “unirnos en defensa de nuestra
identidad, acervo cultural e intereses comunes, fortalecer la concertación
política y la cooperación, e impulsar el desarrollo sostenible y la integración
de nuestros pueblos”. Alertó sobre la contraofensiva imperialista y oligárquica
contra los gobiernos populares y progresistas latino-caribeños que amenaza la
paz, la estabilidad y la unidad en nuestra América y persigue acabar los
avances sociales que beneficiaron a millones y reiteró la “firme e
incondicional” solidaridad con el presidente Nicolás Maduro y la Revolución
Bolivariana y con la presidenta Dilma Rousseff en su lucha contra el golpismo.
Condenó el intento “inaceptable” del secretario general de la OEA de aplicar a
Caracas la Carta Democrática Interamericana y reiteró enfáticamente que Cuba
“jamás” volvería a ese organismo, instrumento de dominación imperialista.
Hizo un llamado al diálogo y la
concertación en la aplicación de la Proclama de América Latina y el Caribe como
Zona de Paz, firmada en la Cumbre de CELAC en La Habana por todos los
presidentes de la región.
La cumbre respaldó el diálogo entre
gobierno y oposición en Venezuela para favorecer la estabilidad política y la
recuperación económica y revalidó el apoyo a la mencionada proclama, cuya
observancia, creo, sería el vehículo idóneo para desactivar el golpismo, si
Estados Unidos y compañía cesaran sus dañinas intromisiones.
Twitter: @aguerraguerra
Tomado de TELESUR/09/06/16
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