Óptica Socialista
Opinión
Caracas, 28 Jul. AVN.- Cuando lo intangible es palpable, cuando lo inimaginable se hace real, cuando lo inusual se hace habitual, cuando lo extraordinario se hace tan cotidiano que incluso hace olvidar lo asombroso que es, se habla de un momento histórico inédito, una nueva forma de vida tan arraigada en el día a día de la población, que puede llegar, incluso, a ser desapercibida.
En este nuevo entorno de vida, ¿es posible entonces imaginar una Venezuela sin haber sido tocada por todo lo extraordinario que hizo cotidiano Hugo Chávez?.
"Antes de Chávez, dos venezolanos de cada tres no habían visto nunca a un médico ni habían sido vacunados (...) Este es el segundo pecado de Hugo Chávez: haber rechazado la dictadura de la medicina del dinero y haber demostrado sobre el terreno que la medicina del corazón puede tener éxito", relata el escritor y periodista belga Michel Collon, en su libro Los Siete Pecados de Chávez, al referirse al segundo de éstos: Todo el mundo tiene derecho a la salud.
En la medicina privada, "si no pagas por adelantado un buen montón de dinero, te dejan morir en la sala de espera". Esa es la historia de Romain, un joven francés que vive en Caracas, quien contó a Collon la historia de un amigo suyo que estuvo a punto de morir en una clínica privada.
"Gasté todos mis ahorros en los tres días que pasó (su amigo) en la clínica: 1.250 euros", le dice Romain al escritor, quien completa en su libro: "Antes de la llegada de Chávez al poder, la salud era una mercancía en vez de un derecho. Si no tenías dinero, te morías".
Collon destaca de esta forma apenas una de las hazañas alcanzadas por el máximo líder de la Revolución Bolivariana, una proeza que inició con la aprobación de la Constitución de la República, en 1999, al reconocer, en su artículo 83, a la salud como "un derecho social fundamental", que inició su propia revolución el 16 de abril de 2003 cuando arribaron a Caracas 58 médicos cubanos y, luego de un año, la cifra pasó a 18.000 para, a través de la Misión Barrio Adentro y el acuerdo de cooperación Venezuela-Cuba, penetrar hasta lo más profundo de la sociedad y hacer frente no sólo a la enfermedad, sino también a la miseria y a la exclusión dilatada, producto del abandono de gobiernos que invisibilizaban con el olvido a los más necesitados.
Otras conquistas
Pero esos logros que se convirtieron en lo cotidiano, ese poder en manos del individuo que antes era sumiso y que ahora reclama, tuvieron como precedente lo que Collon describe como el primer pecado de Hugo Chávez: "Les enseña a leer".
"He aquí, pues, el primer pecado de Hugo Chávez: le ha devuelto la sonrisa a Carmen al permitirle aprender a leer. Ha proporcionado a todo un pueblo el derecho al conocimiento. Pero ¿a quién le interesaba entonces que estas personas siguieran siendo ignorantes?", se pregunta el escritor.
Se suman entonces el "tercer pecado": "Todo el mundo puede comer hasta saciarse", y el cuarto, que puede considerarse como uno de los "peores" de Chávez: "Él cambia las reglas entre ricos y pobres" y cita una de las frases favoritas del Comandante: "Para erradicar la pobreza debemos dar el poder a los pobres".
"Cuando lo extraordinario se hace cotidiano, estamos en presencia de la revolución", como expresó el Che Guevara, demuestra que Venezuela está cambiando su realidad a pesar de los ataques continuos por parte de sectores oligárquicos que perdieron los privilegios regalados por los gobiernos de derecha.
Los logros que Chávez convirtió en rutina para el pueblo están presente en las discusiones políticas en cualquier esquina, en el autobús, en la sala de cualquier hogar, en los espacios recuperados por la Revolución a lo largo y ancho del territorio nacional.
El poder hecho pueblo se percibe también en las plazas que antes permanecían abandonadas, repletas de basura y miseria, y que hoy se convierten en lugares para la cultura y el sano esparcimiento, para ofrecer recitales, conciertos, ferias del libro, entre otras actividades.
Y esa trascendencia del chavismo, de su cercanía con la gente, de hacer que la mayoría del pueblo venezolano se sienta orgulloso de ser venezolano, se evidencia también con la producción de más de 100 largometrajes por la Fundación Villa del Cine, creada en 2006 por iniciativa de Chávez, y en la actualidad la productora cinematográfica número uno de Venezuela, que ha servido además para proyectar en el exterior el talento dramático, sin distinción política.
Los logros en lo tecnológico son también parte de la nueva realidad en Venezuela y ello se constata, entre otros aspectos, con los satélites Miranda y Bolívar, ambos puestos en órbita gracias a convenios con China, y con los cuales se ha democratizado el acceso a las comunicaciones en el país, se ha llevado conocimientos a lugares recónditos, e incluso ha permitido colaborar en ese ámbito con otras naciones.
Estos hechos insólitos incluyen igualmente los casi 4 millones de computadores Canaima entregados de forma gratuita a niños de educación primaria y secundaria, con el propósito de contribuir a mejorar su educación y brindarles mayor calidad a sus procesos de aprendizaje.
En infraestructura, el Gobierno Revolucionario tiene en su haber el segundo puente sobre el río Orinoco, además de la construcción del tercero, los estadios construidos para la primera Copa América de fútbol organizada por Venezuela, en 2007; la expansión del sistema de transporte Metro de Caracas hacia modalidades no conocidas en el país como el Metrocable, el Cabletrén, el sistema ferroviario de los Valles del Tuy, en el centro del país; los sistemas masivos de transporte urbano en regiones como Caracas (BusCaracas y Metro Bus), Mérida (Trolebús), Carabobo (Metro de Valencia), Lara (Transbarca), Zulia (Metro de Maracaibo), Miranda (Metro Los Teques), por mencionar algunos de los de mayor envergadura.
Esa nueva vida de los venezolanos en Revolución también se aprecia en los continuos logros deportivos de los atletas criollos, esos a los que Chávez calificó como la Generación de Oro, que casi a diario generan importantes victorias para el deporte nacional y marcan sus huellas en la historia de la práctica deportiva de alto nivel en el mundo.
La Venezuela que Chávez soñó
Ese poder de Chávez también está en las plazas Bolívar y sus personajes, como aquel señor que canta por horas con su guitarra en mano, acompañado por sus mejores amigos: los perros. Ese Chávez hecho pueblo es también el niño y la niña que baja del edificio de la Gran Misión Vivienda Venezuela a jugar en los espacios abiertos con otros pequeños vecinos de estos nuevos urbanismos, que han hecho propietarios de sus hogares a más de 600.000 familias, con la meta de que para 2019 sean al menos 3 millones.
La Venezuela que Chávez soñó y que ya es real, la patria libre, soberana, independiente, socialista, solidaria y sobre todo humanista, se fundamenta en valores irrevocables como la honestidad, la responsabilidad, el desprendimiento, el respeto por el otro, la autocrítica, la formación ideológica y cultural, para, así como enseñó el líder, poder construir, libertar, hermanar y unificar.
Así como lo quiso Bolívar con la unión de las repúblicas en la Gran Colombia, Chávez luchó por la integración de la Patria Grande y vio la integración con Ecuador, con el liderazgo de Rafael Correa; Bolivia, con la lucha del hermano aymara Evo Morales; Argentina, con Néstor Kirchner y ahora con Cristina Fernández de Kirchner; Uruguay, con la inagotable experiencia de José "Pepe" Mujica; Nicaragua, con Daniel Ortega, y en La Habana, Cuba, cuna de la Revolución latinoamericana, liderada por Fidel Castro Ruz, como la forma para alcanzar la independencia definitiva.
La madurez política adquirida durante el mandato de Hugo Chávez asegurará que los asombrosos logros obtenidos en estos primeros 15 años de Revolución Bolivariana en Venezuela se sigan cosechando, sobre todo para consolidarlos en la conciencia colectiva, así como fuera expresado por el comandante Chávez en el cierre de su campaña presidencial en 2012:
"¡Chávez ya no soy yo!, ¡Chávez es un pueblo! Chávez somos millones, tú también eres Chávez, mujer venezolana; tú también eres Chávez, joven venezolano; tú también eres Chávez, niño venezolano; tú también eres Chávez, soldado venezolano; tú también eres Chávez, pescador, agricultor, campesino, comerciante, porque Chávez no soy yo, Chávez es un pueblo".
En este nuevo entorno de vida, ¿es posible entonces imaginar una Venezuela sin haber sido tocada por todo lo extraordinario que hizo cotidiano Hugo Chávez?.
"Antes de Chávez, dos venezolanos de cada tres no habían visto nunca a un médico ni habían sido vacunados (...) Este es el segundo pecado de Hugo Chávez: haber rechazado la dictadura de la medicina del dinero y haber demostrado sobre el terreno que la medicina del corazón puede tener éxito", relata el escritor y periodista belga Michel Collon, en su libro Los Siete Pecados de Chávez, al referirse al segundo de éstos: Todo el mundo tiene derecho a la salud.
En la medicina privada, "si no pagas por adelantado un buen montón de dinero, te dejan morir en la sala de espera". Esa es la historia de Romain, un joven francés que vive en Caracas, quien contó a Collon la historia de un amigo suyo que estuvo a punto de morir en una clínica privada.
"Gasté todos mis ahorros en los tres días que pasó (su amigo) en la clínica: 1.250 euros", le dice Romain al escritor, quien completa en su libro: "Antes de la llegada de Chávez al poder, la salud era una mercancía en vez de un derecho. Si no tenías dinero, te morías".
Collon destaca de esta forma apenas una de las hazañas alcanzadas por el máximo líder de la Revolución Bolivariana, una proeza que inició con la aprobación de la Constitución de la República, en 1999, al reconocer, en su artículo 83, a la salud como "un derecho social fundamental", que inició su propia revolución el 16 de abril de 2003 cuando arribaron a Caracas 58 médicos cubanos y, luego de un año, la cifra pasó a 18.000 para, a través de la Misión Barrio Adentro y el acuerdo de cooperación Venezuela-Cuba, penetrar hasta lo más profundo de la sociedad y hacer frente no sólo a la enfermedad, sino también a la miseria y a la exclusión dilatada, producto del abandono de gobiernos que invisibilizaban con el olvido a los más necesitados.
Otras conquistas
Pero esos logros que se convirtieron en lo cotidiano, ese poder en manos del individuo que antes era sumiso y que ahora reclama, tuvieron como precedente lo que Collon describe como el primer pecado de Hugo Chávez: "Les enseña a leer".
"He aquí, pues, el primer pecado de Hugo Chávez: le ha devuelto la sonrisa a Carmen al permitirle aprender a leer. Ha proporcionado a todo un pueblo el derecho al conocimiento. Pero ¿a quién le interesaba entonces que estas personas siguieran siendo ignorantes?", se pregunta el escritor.
Se suman entonces el "tercer pecado": "Todo el mundo puede comer hasta saciarse", y el cuarto, que puede considerarse como uno de los "peores" de Chávez: "Él cambia las reglas entre ricos y pobres" y cita una de las frases favoritas del Comandante: "Para erradicar la pobreza debemos dar el poder a los pobres".
"Cuando lo extraordinario se hace cotidiano, estamos en presencia de la revolución", como expresó el Che Guevara, demuestra que Venezuela está cambiando su realidad a pesar de los ataques continuos por parte de sectores oligárquicos que perdieron los privilegios regalados por los gobiernos de derecha.
Los logros que Chávez convirtió en rutina para el pueblo están presente en las discusiones políticas en cualquier esquina, en el autobús, en la sala de cualquier hogar, en los espacios recuperados por la Revolución a lo largo y ancho del territorio nacional.
El poder hecho pueblo se percibe también en las plazas que antes permanecían abandonadas, repletas de basura y miseria, y que hoy se convierten en lugares para la cultura y el sano esparcimiento, para ofrecer recitales, conciertos, ferias del libro, entre otras actividades.
Y esa trascendencia del chavismo, de su cercanía con la gente, de hacer que la mayoría del pueblo venezolano se sienta orgulloso de ser venezolano, se evidencia también con la producción de más de 100 largometrajes por la Fundación Villa del Cine, creada en 2006 por iniciativa de Chávez, y en la actualidad la productora cinematográfica número uno de Venezuela, que ha servido además para proyectar en el exterior el talento dramático, sin distinción política.
Los logros en lo tecnológico son también parte de la nueva realidad en Venezuela y ello se constata, entre otros aspectos, con los satélites Miranda y Bolívar, ambos puestos en órbita gracias a convenios con China, y con los cuales se ha democratizado el acceso a las comunicaciones en el país, se ha llevado conocimientos a lugares recónditos, e incluso ha permitido colaborar en ese ámbito con otras naciones.
Estos hechos insólitos incluyen igualmente los casi 4 millones de computadores Canaima entregados de forma gratuita a niños de educación primaria y secundaria, con el propósito de contribuir a mejorar su educación y brindarles mayor calidad a sus procesos de aprendizaje.
En infraestructura, el Gobierno Revolucionario tiene en su haber el segundo puente sobre el río Orinoco, además de la construcción del tercero, los estadios construidos para la primera Copa América de fútbol organizada por Venezuela, en 2007; la expansión del sistema de transporte Metro de Caracas hacia modalidades no conocidas en el país como el Metrocable, el Cabletrén, el sistema ferroviario de los Valles del Tuy, en el centro del país; los sistemas masivos de transporte urbano en regiones como Caracas (BusCaracas y Metro Bus), Mérida (Trolebús), Carabobo (Metro de Valencia), Lara (Transbarca), Zulia (Metro de Maracaibo), Miranda (Metro Los Teques), por mencionar algunos de los de mayor envergadura.
Esa nueva vida de los venezolanos en Revolución también se aprecia en los continuos logros deportivos de los atletas criollos, esos a los que Chávez calificó como la Generación de Oro, que casi a diario generan importantes victorias para el deporte nacional y marcan sus huellas en la historia de la práctica deportiva de alto nivel en el mundo.
La Venezuela que Chávez soñó
Ese poder de Chávez también está en las plazas Bolívar y sus personajes, como aquel señor que canta por horas con su guitarra en mano, acompañado por sus mejores amigos: los perros. Ese Chávez hecho pueblo es también el niño y la niña que baja del edificio de la Gran Misión Vivienda Venezuela a jugar en los espacios abiertos con otros pequeños vecinos de estos nuevos urbanismos, que han hecho propietarios de sus hogares a más de 600.000 familias, con la meta de que para 2019 sean al menos 3 millones.
La Venezuela que Chávez soñó y que ya es real, la patria libre, soberana, independiente, socialista, solidaria y sobre todo humanista, se fundamenta en valores irrevocables como la honestidad, la responsabilidad, el desprendimiento, el respeto por el otro, la autocrítica, la formación ideológica y cultural, para, así como enseñó el líder, poder construir, libertar, hermanar y unificar.
Así como lo quiso Bolívar con la unión de las repúblicas en la Gran Colombia, Chávez luchó por la integración de la Patria Grande y vio la integración con Ecuador, con el liderazgo de Rafael Correa; Bolivia, con la lucha del hermano aymara Evo Morales; Argentina, con Néstor Kirchner y ahora con Cristina Fernández de Kirchner; Uruguay, con la inagotable experiencia de José "Pepe" Mujica; Nicaragua, con Daniel Ortega, y en La Habana, Cuba, cuna de la Revolución latinoamericana, liderada por Fidel Castro Ruz, como la forma para alcanzar la independencia definitiva.
La madurez política adquirida durante el mandato de Hugo Chávez asegurará que los asombrosos logros obtenidos en estos primeros 15 años de Revolución Bolivariana en Venezuela se sigan cosechando, sobre todo para consolidarlos en la conciencia colectiva, así como fuera expresado por el comandante Chávez en el cierre de su campaña presidencial en 2012:
"¡Chávez ya no soy yo!, ¡Chávez es un pueblo! Chávez somos millones, tú también eres Chávez, mujer venezolana; tú también eres Chávez, joven venezolano; tú también eres Chávez, niño venezolano; tú también eres Chávez, soldado venezolano; tú también eres Chávez, pescador, agricultor, campesino, comerciante, porque Chávez no soy yo, Chávez es un pueblo".
Orlando Rangel Yustiz AVN 28/07/2014 01:19
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