miércoles, 13 de septiembre de 2017

Artículo de opinión. Injerencia tradicional de EEUU. Por William castillo Pérez la

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Óptica Socialista
Opinión
Hace algún tiempo, un señor que trabaja como gerente, en un supermercado de una cadena de estos establecimientos, propiedad de una empresa conformada por ciudadanos de origen portugués. Me preguntó: ¿Qué le hicieron los gringos a Chávez? Para que Chávez les tenga tanta rabia.

Cuando éste ciudadano venezolano, probablemente un descendiente de quinta generación, o sea un venezolano por los cuatro costados, y que evidentemente no es analfabeta. Me hace esta pregunta con una actitud realmente inocente, algo así como una búsqueda de información, ante algo que ciertamente ignora. No supe en el momento, sí molestarme o sentir lastima, verdaderamente, fue deprimente. Porque este señor no me preguntó para saber, sino para molestar, o sea daba a entender que Chávez o cualquier venezolano, no tenía ningún motivo para molestarse con los gringos.

Ahora, sin entrar a analizar a éste señor, para saber, por qué ignora hechos y situaciones históricas relacionadas con nuestro país, y por otro lado tampoco caer en la critica burlona y descalificadora ante su ignorancia, de hechos que debía conocer. Me quiero detener en el hecho difícil de tragar, y es, el que, una persona, aparte de ser ignorante de lo mas evidente. También acepta con los pies juntos toda la matriz de opinión negativa y subversiva que Globovision y adláteres, pone a viajar a través de el espectro radioeléctrico, propiedad de todos los venezolanos. Agregando a esto lo mas triste y es que esas matrices son reforzadas por unos patronos, que se abrogan con una actitud mesiánica, que son generosos y desprendidos, ya que ellos se presentan ante sus empleados y/o obreros como unos señores todo llenos de bondad, de amor y sobre todo muy sabios, que le hacen el inmenso favor de darles empleo.

Sé, que alguno me dirán que soy chauvinista y sectario, o algo parecido. Pero yo les diré, que, hasta cuando la gran mayoría de las personas emigrados a esta tierra sobre todo desde Europa, me demuestren con hechos: El respeto que se le debe a un anfitrión generoso, tendré que hablar en forma general de estos tópicos donde se haga referencia a estos extranjeros.

Ahora bien, yo quise responderle a este señor con una palabra, que demostrara una contundente razón para justificar la supuesta rabia que sugería el señor que preguntó. Pero sus jefes presente en el momento de la pregunta, prácticamente me sacaron del establecimiento, y a la vez, amenazaron al trabajador, y le hicieron la sugerencia de pedirme trabajo a mí, una forma directa de chantajear al ignorante preguntador.

Como no le pude responder a este señor, por esta vía le envió a él y los lectores, este ejemplo de injerencia, realizado por los Estados Unidos en el año 1961, contra el pueblo cubano. Hoy igual y peor lo hacen con Venezuela, con Bolivia, con Nicaragua, con Ecuador, por citar algunos países, que no aceptan sus imposiciones.

Ahí les va el cuento de un hecho verdadero, sucedió así en Cuba a principio de la década de los años 60.

“Cuando el detenido Reynold Gonzales confesó, ante la televisión cubana, cómo un grupo había recibido instrucciones y explosivos de la CIA para quemar quince grandes tiendas y otros inmuebles en la capital, revelo también que se preparaba un plan de atentados contra dirigentes de la Revolución y una nueva invasión a Cuba.

La prensa cubana publicó las sensacionales declaraciones el 7 de noviembre, pero solo muchos años más tarde, especialmente a partir de 1975, se conocieron detalles en fuentes estadounidenses sobre aquellos planes. Así, se supo que dos días después, el 9 de noviembre, el periodista Tad Szulc, del New York Times, se reunió con el Presidente de Estados Unidos, junto con Richard Goodwin, uno de los ayudantes de Kennedy, para hablar sobre Cuba. Szulc estuvo reportando para la NYT los acontecimientos en la isla e incluso había hablado con Fidel.

Kennedy interrogó al periodista sobre lo que había hablado con el líder de la revolución cubana y le preguntó su opinión sobre si debía mantener la política hacia cuba “bien de manera hostil o estableciendo algún tipo de dialogo”.

Según Szulc, Kennedy le confió que estaba siendo presionado para aprobar planes de asesinato contra Fidel.

Efectivamente, un mes antes, el 5 de octubre, el memorándum No. 100 de acción de seguridad Nacional ( NSAM) 100 ), titulado plan de emergencia para Cuba, consideró las consecuencias de la “ deposición de Castro del poder” por esos medios y la perspectiva de una intervención militar estado unidense.

Los cables ya habían transmitido la noticia del intento de asesinato frustrado, desde el balcón de un apartamento aledaño al Palacio presidencial.

Antes, el 24 de septiembre, es conocido otro atentado frustrado desde un garaje al fondo de la Ciudad Deportiva, en la Avenida Rancho Boyeros, por el que fueron apresados Luis Torrecela y Alfredo Izaguirre Rivas, ambos agentes de la CIA. El primero se comunicaba con Wahington a travez del centro CIA en Ecuador, donde operaba Philip Agee.

De hecho, desde principios del año, la CIA había encargado a William King Harvey "la responsabilidad de establecer una capacidad general dentro de la CIA para incapacitar a lideres extranjeros, incluyendo el asesinato como un recurso”.

Esa “capacidad” se llamo primero Acción Ejecutiva y después se le dio el nombre cifrado de ZR/RIFLE. Harvey había sido agente del FBI hasta 1947, en que Hooewer - su director – lo despidió por su afición a la bebida. Entonces ingreso en la CIA y estuvo envuelto en la operación túnel de Berlín, realizado por la Argentina para expiar a la república alemana, según recientes datos aportados en la obra Robert Kennedy y su tiempo.

El 15 de noviembre, el subdirector de la CIA para planes secretos, Richard Bissel, encargo a Harvey la dirección de la conjura de la CIA con la mafia, para atentar también contra los dirigentes cubanos. La primera fase de este complot se había visto frustrada en los días de la invasión de Girón.

Mientras estos hechos ocurrían en Washington y La habana, en Quito la situación del presidente Velazco Ibarra se volvía desesperada por la presión de la CIA para provocar un rompimiento con Cuba.

Probablemente Velazco ignoraba que detrás de la brutal arremetida del partido Conservador del movimiento socialcristiano y de los militares, se hallaba el activo centro CIA de Quito. Para tratar de salvar la situación fue haciendo concesiones. El 5 de noviembre declaró persona non grata al encargado de negocios de Cuba, aunque se aclaro por el ministerio de relaciones exteriores de Ecuador que se mantenían las relaciones.. Al día siguiente se expulso al corresponsal de Prensa Latina. La izquierda venía ya retirando su apoyo al presidente, y el enfrentamiento entre este y el Vicepresidente Arosemena concluyó con el encarcelamiento del último. Al amanecer del 7 de noviembre Velazco fue depuesto y la Junta Militar puso en su lugar al presidente de la Corte Suprema de Justicia. Arosemena reclamo el cumplimiento de la Constitución y tras un breve enfrentamiento armado entre la aviación –que apoyó a Arosemena- y el ejército, la movilización popular obligó a cumplir lo establecido en la ley.

La conjura estaba establecida en todo el continente. En Guatemala, Ydígoras había hecho otra concentración de mercenarios en entrenamiento y ya se pintaban nuevamente los aviones con insignias cubanas. Colombia pedía una reunión de la OEA para discutir el caso Cuba.

Otro eslabón importante de la cadena se forjaba en Caracas. Ya los estudiantes realizaban, ese mismo día 7, manifestaciones en protesta contra un esperado rompimiento de relaciones con Cuba por parte del gobierno de Rómulo Betancourt. La tensión había subido desde la semana anterior, cuando bandas de contrarrevolucionarios cubanos atacaron a tiros a grupos de venezolanos simpatizantes de la Revolución Cubana, resultando muerta la joven estudiante Livia Gouveneur. La Federación estudiantil reclamo el cadáver y fue tendido en la Universidad Nacional.

El día 12, después de cerrar los centros estudiantil implantar la censura de prensa y ordenar un fuerte patrullaje por las calles, se anunció el rompimiento.

De inmediato miles de venezolanos se lanzaron se lanzaron a las calles a protesta. Durante varios días, los enfrentamientos entre las fuerzas populares y los cuerpos represivos se sucedieron a todo lo largo del país. El 16, en Barquisimeto, la policía dispersó a tiros una manifestación con saldo de cuatro muertos y cuarenta y seis heridos. Omnibuses y autos fueron incendiados, varias universidades fueron tomadas, la embajada gringa atacada, así como dos radioemisoras. El pueblo hacía pagar caro la traición hacia los hermanos caribeños.

El aspecto diplomático del plan consistía en lograr un rompimiento colectivo de relaciones que viabilizase políticamente la agresión. El 18, Dean Ruck convoco a una conferencia de prensa y se refirió a la reunión de la OEA, propuesta por el gobierno de Lleras Camargo en Colombia para enjuiciar Cuba, siete mees después de la invasión de Girón. “Los estados Unidos esperan que la organización de estados americanos preste atención seria y responsable a las propuestas”, dijo Rusk en tono amenazador. En esos días fue montado un operativo, por contrarrevolucionarios armados, desde la embajada de Uruguay en la Habana, también con el propósito de provocar un rompimiento a raíz del “incidente”. Los sindicatos uruguayos amenazaron con realizar paros y esto sirvió a José Víctor Haedo para declarar que no rompería a con Cuba.

Fallidos en sus principales objetivos los golpes de estado en Brasil y Ecuador, al imponer el pueblo a Goulart Arosemena respectivamente, quienes se apresuraron a respaldar a Cuba, entro en crisis la maniobra. El consejo dela OEA decidió aplazar para diciembre la convocatoria librada por Estados Unidos, a travez del gobierno de Colombia.

El mes de noviembre terminaba con sucesos que escapaban a la sagacidad de los reporteros de todo el mundo. La casa blanca envió un memorándum secreto al departamento de estado que dio lugar a la creación de la operación Mangosta.

Los planes contra Cuba, organizados en Washington, continuaba cobrando vidas de revolucionarios. El mismo día que Harvey se hizo cargo de la operación mafiosa de la CIA en Washington, en la Habana un grupo de contrarrevolucionarios tiroteó una posta de milicias en la refinería Ñico López, Guanabacoa, provocando la muerte de un obrero miliciano y dos heridos. Pedro Arias Hernández, de 31 años, de Amargura sin número, Guanabacoa, Chapista, dejó al morir tres niñas huérfanas de padre.

Los milicianos heridos fueron Julio Castellanos y José Gómez. Ellos, al repeler la agresión, dieron muerte al terrorista José Gonzales Barroso.

Y en la propia fecha del memorándum, sobre la creación de la operación mangosta, se efectuaba el sepelio del alfabetizador Manuel Ascunce, de 16 años, y del campesino Pedro Lantigua, salvajemente asesinados el 26 de noviembre por bandas contrarrevolucionarias en trinidad.

Las bandas del Escambray se reagruparon y reorganizaron después de una reunión convocada en Julio de ese año, en la zona del Cicatero, cerca de Tope de Collantes. Ellas actuaban siguiendo instrucciones de la CIA.

En la imponente manifestación popular que acudió al sepelio de Ascunce por toda la calle 23, ardía la indignación por tan horrendo crimen.

Y en la indignación se traducía en decisión de hacer justicia. La ley 988, decretada el 29 de noviembre, estableció la pena de muerte, mientras durase la amenaza de agresión por el imperialismo norteamericano, a los responsables, por motivos contrarrevolucionarios, de asesinato, incendios, infiltración en grupos armados y otros delitos. Se dispuso en la ley la confiscación de los bienes a quienes amparasen a las bandas contrarrevolucionarias”.


Extracto del libro “Diario de Girón” de Gabriel Molina.

(Intrigas diplomáticas y planes de atentados)
 ¡Independencia y Patria Socialista y soberana!
¡Chávez vive!
¡La Patria sigue!
¡Viviremos y venceremos!

William Castillo Pérez (el indio)

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