Como EEUU y sus lacayos criollos no
pudieron acabar con la Revolución Bolivariana pese a todos los intentos
realizados en 16 años, incluyendo un golpe de Estado continuado y 19
procesos comiciales, el Imperio decidió intentarlo esta vez mediante
una macabra y sutil maniobra de la ONU, su brazo político, llamada a
acabar con la soberanía de los pueblos.
Ban Ki Moon, secretario general del foro mundial dijo el lunes en un grotesco e imperdonable atentado contra el inalienable y secular derecho de los pueblos del planeta, ganado a costa de lágrimas, sudor y sangre, que “la Soberanía de los Estados no puede frenar a la comunidad internacional a la hora de actuar para prevenir conflictos o proteger a la población víctima de uno.”
El máximo funcionario del foro mundial fue más allá en su desafortunada intervención al decir que “la soberanía sigue siendo parte de los cimientos del orden internacional, pero en el mundo de hoy, cuanto menos se vea la soberanía como un muro o un escudo mejores serán nuestras perspectivas de proteger a la gente.”
Ban parecía hablar en nombre del Destino manifiesto, falso mandato divino invocado por los padres fundadores de EEUU para llevar la civilización y la libertad a los pueblos que ellos llamaban bárbaros, legado que heredaron los gobernantes que le sucedieron para nuevas guerras de conquista que en vez de hacerlos libres los hizo sus esclavos y despojaron de sus ingentes recursos naturales.
Las “perspectivas” a las que el surcoreano se refiere no son mas que las nuevas las acciones desestabilizadoras, invasiones militares, golpes de Estado y demás maniobras desestabilizadoras con las que EEUU y sus aliados pretenden dar continuidad a las desatadas hasta hace poco, en el marco de su proyecto de dominación mundial entre cuyos blancos figura Venezuela.
Y es que EEUU, como cínicamente lo admitió Barack Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra, “le tuerce el brazo a aquellas naciones que se niegan a obedecerle” y Venezuela es una de ellas, con la diferencia de que no ha podido, ni podrá jamás hacerlo, ya que su Presidente, Nicolás Maduro y su pueblo recibieron de Bolívar y de Chávez, el legado de ser libres para siempre.
Y como no pudo por la vía de la violencia, pretende hacerlo ahora por el atajo de una vil maniobra disfrazada de acción humanitaria, supuestamente dirigida a evitar guerras y proteger pueblos, acción que según Ban es impedida por la soberanía de los Estados que frena la acción de la comunidad internacional, que no es tal, sino un eufemismo creado por los medios mercenarios del Imperio para hacer creer que se trata de todo el mundo.
De allí que la indecente propuesta del coreano busca abrir la brecha que permita poner fin a ese derecho y poder conquistado y ejercido por los pueblos, según lo establecido por las Cartas Magnas de los Estados del planeta incluyendo la de Venezuela, que en su Art. 1º dice:
“La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador”, mientras que en su Art. 333 señala incuestionablemente que:
“Esta Constitución no perderá su vigencia si dejara de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia.”
Fue en cumplimiento de ese mandato que el pueblo venezolano derrotó a la caterva de apátridas que con apoyo de EEUU asestaron el golpe de Estado el 11-A y cómo respondieron también a dicho llamado, repudiando derrotando en todas sus fases al fracasado golpe de Estado continuado de esos lacayos imperiales, y cómo habrán de responder hoy a la indecente propuesta de Ban Ki Moon.
Porque así como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela defiende lo establecido en esos artículos, sus hijos
Igualmente están dispuestos a defender hasta con sus vidas si fuese necesario, la soberanía que la Carta Magna establece igualmente en su Art. 5º que señala:
“La Soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el poder público.”
De allí que nada ni nadie, podrá apagar la llama libertaria y soberana de la Revolución Bolivariana, como pretende hacerlo EEUU utilizando a la ONU su brazo político, para lanzar a través de su secretario general a modo de globo de ensayo esa satánica propuesta orientada a acabar, no solo con la soberanía en Venezuela, sino con la del resto de los pueblos mundo negados a convertirse en sus vasallos.
Porque no es simple coincidencia que tan perversa y vil propuesta se haga en un momento como este, cuando, convencido del fracaso de todos los intentos realizados en su demencial afán por destruir el pacífico e inédito proceso creado por Chávez, EEUU se haya lanzado a esa nueva aventura desestabilizadora, con apoyo de la ONU, creyendo que esta vez podrá lograr su objetivo.
De allí que no sea mera coincidencia el hecho de hace una semana, Josh Earnest, vocero del Dpto. de Estado afirmara en consonancia con lo dicho por Ban, que “EEUU analiza las herramientas disponibles para conducir al gobierno de Venezuela en la dirección adecuada”, en otras palabras “torcerle el brazo” tal como lo admitiera Obama al decir que lo hace con las naciones que no le obedecen.
Y es ante esa vergonzosa y cínica propuesta hecha por el secretario general de la ONU, el mundo se pregunta:
¿Por qué la ONU, no ha hecho nada en las más de 6 décadas que el Estado sionista de Israel lleva violando la soberanía y dignidad del pueblo palestino a través de un proceso de exterminio causante de la muerte de miles de hombres, niños y mujeres inocentes al bombardear Gaza, masacrar a refugiados en Sabra y Chatila, destruir miles viviendas y cultivos y el levantar un muro de vergüenza, entre otros crímenes de lesa Humanidad?
Por qué no hizo nada en el más de medio siglo que EEUU agredió a pueblos soberanos de América Latina y el Caribe como Cuba, Guatemala, Granada, Nicaragua, Hatí, Rep. Dominicana para destruir unas veces, y lograrlo otras, sus soberanías, derrocando legítimos mandatarios e imponiendo o tratar de imponer sanguinarios dictadores y serviles pseudo democracias?
¿Por qué tampoco hizo nada hace poco más de una década, cuando, con sus aliados de la OTAN, invadió Irak y Afganistán, y más recientemente al financiar, armar y entrenar miles de mercenarios y utilizar traidores para invadir Libia y Siria, donde han muerto y hoy siguen muriendo centenares de miles de inocentes, mientras millones más huyen a países vecinos para salvar sus vidas?
¿Y por qué ahora viene Ban con su indecente propuesta, a plantear una medida tan ridícula y absurda por lo ilógico y demencial de su contenido como es el de acabar con la soberanía de los pueblos?
La respuesta a esas interrogantes las conoce todo el mundo, y es que, con honrosas excepciones, la mayoría de sus secretarios generales han sido fichas del Imperio al frente de la ONU que al momento su creación hace 70 años que llenó de esperanzas de paz al mundo, sueño que se disipó ante nefasta decisión imperial de usarlos como agentes de su proyecto de dominación planetaria.
De allí que sea un deber, no solo de países dignos y soberanos, sino de todo hombre y mujer investidos o no de autoridad, tanto en Venezuela como en el resto del mundo, el defender hasta con sus vidas si fuese necesario, el legado de soberanía que le dejaron los héroes y mártires que lucharon para conquistarla, hoy amenazado por la indecente propuesta hecha por Ban por mandato del Imperio.
Ban Ki Moon, secretario general del foro mundial dijo el lunes en un grotesco e imperdonable atentado contra el inalienable y secular derecho de los pueblos del planeta, ganado a costa de lágrimas, sudor y sangre, que “la Soberanía de los Estados no puede frenar a la comunidad internacional a la hora de actuar para prevenir conflictos o proteger a la población víctima de uno.”
El máximo funcionario del foro mundial fue más allá en su desafortunada intervención al decir que “la soberanía sigue siendo parte de los cimientos del orden internacional, pero en el mundo de hoy, cuanto menos se vea la soberanía como un muro o un escudo mejores serán nuestras perspectivas de proteger a la gente.”
Ban parecía hablar en nombre del Destino manifiesto, falso mandato divino invocado por los padres fundadores de EEUU para llevar la civilización y la libertad a los pueblos que ellos llamaban bárbaros, legado que heredaron los gobernantes que le sucedieron para nuevas guerras de conquista que en vez de hacerlos libres los hizo sus esclavos y despojaron de sus ingentes recursos naturales.
Las “perspectivas” a las que el surcoreano se refiere no son mas que las nuevas las acciones desestabilizadoras, invasiones militares, golpes de Estado y demás maniobras desestabilizadoras con las que EEUU y sus aliados pretenden dar continuidad a las desatadas hasta hace poco, en el marco de su proyecto de dominación mundial entre cuyos blancos figura Venezuela.
Y es que EEUU, como cínicamente lo admitió Barack Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra, “le tuerce el brazo a aquellas naciones que se niegan a obedecerle” y Venezuela es una de ellas, con la diferencia de que no ha podido, ni podrá jamás hacerlo, ya que su Presidente, Nicolás Maduro y su pueblo recibieron de Bolívar y de Chávez, el legado de ser libres para siempre.
Y como no pudo por la vía de la violencia, pretende hacerlo ahora por el atajo de una vil maniobra disfrazada de acción humanitaria, supuestamente dirigida a evitar guerras y proteger pueblos, acción que según Ban es impedida por la soberanía de los Estados que frena la acción de la comunidad internacional, que no es tal, sino un eufemismo creado por los medios mercenarios del Imperio para hacer creer que se trata de todo el mundo.
De allí que la indecente propuesta del coreano busca abrir la brecha que permita poner fin a ese derecho y poder conquistado y ejercido por los pueblos, según lo establecido por las Cartas Magnas de los Estados del planeta incluyendo la de Venezuela, que en su Art. 1º dice:
“La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador”, mientras que en su Art. 333 señala incuestionablemente que:
“Esta Constitución no perderá su vigencia si dejara de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia.”
Fue en cumplimiento de ese mandato que el pueblo venezolano derrotó a la caterva de apátridas que con apoyo de EEUU asestaron el golpe de Estado el 11-A y cómo respondieron también a dicho llamado, repudiando derrotando en todas sus fases al fracasado golpe de Estado continuado de esos lacayos imperiales, y cómo habrán de responder hoy a la indecente propuesta de Ban Ki Moon.
Porque así como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela defiende lo establecido en esos artículos, sus hijos
Igualmente están dispuestos a defender hasta con sus vidas si fuese necesario, la soberanía que la Carta Magna establece igualmente en su Art. 5º que señala:
“La Soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el poder público.”
De allí que nada ni nadie, podrá apagar la llama libertaria y soberana de la Revolución Bolivariana, como pretende hacerlo EEUU utilizando a la ONU su brazo político, para lanzar a través de su secretario general a modo de globo de ensayo esa satánica propuesta orientada a acabar, no solo con la soberanía en Venezuela, sino con la del resto de los pueblos mundo negados a convertirse en sus vasallos.
Porque no es simple coincidencia que tan perversa y vil propuesta se haga en un momento como este, cuando, convencido del fracaso de todos los intentos realizados en su demencial afán por destruir el pacífico e inédito proceso creado por Chávez, EEUU se haya lanzado a esa nueva aventura desestabilizadora, con apoyo de la ONU, creyendo que esta vez podrá lograr su objetivo.
De allí que no sea mera coincidencia el hecho de hace una semana, Josh Earnest, vocero del Dpto. de Estado afirmara en consonancia con lo dicho por Ban, que “EEUU analiza las herramientas disponibles para conducir al gobierno de Venezuela en la dirección adecuada”, en otras palabras “torcerle el brazo” tal como lo admitiera Obama al decir que lo hace con las naciones que no le obedecen.
Y es ante esa vergonzosa y cínica propuesta hecha por el secretario general de la ONU, el mundo se pregunta:
¿Por qué la ONU, no ha hecho nada en las más de 6 décadas que el Estado sionista de Israel lleva violando la soberanía y dignidad del pueblo palestino a través de un proceso de exterminio causante de la muerte de miles de hombres, niños y mujeres inocentes al bombardear Gaza, masacrar a refugiados en Sabra y Chatila, destruir miles viviendas y cultivos y el levantar un muro de vergüenza, entre otros crímenes de lesa Humanidad?
Por qué no hizo nada en el más de medio siglo que EEUU agredió a pueblos soberanos de América Latina y el Caribe como Cuba, Guatemala, Granada, Nicaragua, Hatí, Rep. Dominicana para destruir unas veces, y lograrlo otras, sus soberanías, derrocando legítimos mandatarios e imponiendo o tratar de imponer sanguinarios dictadores y serviles pseudo democracias?
¿Por qué tampoco hizo nada hace poco más de una década, cuando, con sus aliados de la OTAN, invadió Irak y Afganistán, y más recientemente al financiar, armar y entrenar miles de mercenarios y utilizar traidores para invadir Libia y Siria, donde han muerto y hoy siguen muriendo centenares de miles de inocentes, mientras millones más huyen a países vecinos para salvar sus vidas?
¿Y por qué ahora viene Ban con su indecente propuesta, a plantear una medida tan ridícula y absurda por lo ilógico y demencial de su contenido como es el de acabar con la soberanía de los pueblos?
La respuesta a esas interrogantes las conoce todo el mundo, y es que, con honrosas excepciones, la mayoría de sus secretarios generales han sido fichas del Imperio al frente de la ONU que al momento su creación hace 70 años que llenó de esperanzas de paz al mundo, sueño que se disipó ante nefasta decisión imperial de usarlos como agentes de su proyecto de dominación planetaria.
De allí que sea un deber, no solo de países dignos y soberanos, sino de todo hombre y mujer investidos o no de autoridad, tanto en Venezuela como en el resto del mundo, el defender hasta con sus vidas si fuese necesario, el legado de soberanía que le dejaron los héroes y mártires que lucharon para conquistarla, hoy amenazado por la indecente propuesta hecha por Ban por mandato del Imperio.
Hernán Mena Cifuentes
27/02/2015 11:46
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