domingo, 4 de agosto de 2013

Especial del sistema de revistas del MPPPlaCultura: Antecedentes de la emancipación venezolana. Por revista Memorias de Venezuela.

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Óptica Socialista
Opinión
En la República que se construía sobre la sociedad Colonial, la separación tajante entre unas “calidades” superiores y otras inferiores fue el primer parámetro de una serie de exclusiones que terminó cristalizando un despotismo criollo. Pero en esta sociedad que, a su vez, está luchando por excluir a los pardos del sacerdocio, los estudios universitarios, la carrera militar y los cargos de la burocracia local, son también excluidos los españoles de segunda en la Metrópoli, a los cuales se les impide ejercer los altos cargos de la burocracia imperial en América. Ambos sectores sociales están entrampados en una maraña ideológica que justifica la desigualdad.
Sin embargo, muestran indicios del surgimiento de una soberanía mental al reconocerse como capaces, aptos e iguales para desempeñar oficios que les estaban vedados, o para ejercer directamente el gobierno, como es el caso de la élite mantuana, que se reconoce como clase dirigente y rompe el velo ideológico y el nexo político de la dependencia y la colonialidad. Podríamos decir que cada sector de esa sociedad excluyente se encuentra en un proceso de descolonización y de lucha por la soberanía mental. Posiblemente, es un comienzo tímido si lo comparamos con la insurgencia de José Leonardo Chirino, cuando los negros de la serranía de Coro, reconociéndose capaces, se rebelan contra todo el sistema de dominación, desde la esclavitud hasta la Monarquía.

LA SOCIEDAD VENEZOLANA EN VÍSPERAS DE LA INDEPENDENCIA
Una sociedad desigual
El venezolano de fines del siglo XVIII se fue conformando durante 300 años. La sociedad venezolana es producto de la mezcla étnica, la cual se fue fraguando a partir de la invasión de españoles y la posterior inmigración forzada de africanos sometidos a condiciones de esclavitud.
No obstante, es mestizaje que, para cierta  historiografía complaciente con los poderes imperiales, expresa un relacionamiento sexual exento de prejuicios raciales, es sobre todo expresión de las relaciones de dominación y subordinación tanto de raza como de género.
Es en gran medida el resultado del dominio de blancos peninsulares y criollos sobre indias y africanas sometidas a servidumbre y esclavitud.
De allí la existencia de altos índices de relaciones informales y de ilegitimidad en la población mestiza, aspectos que constituyen evidencia del carácter opresivo de las relaciones interétnicas, tanto más cuando la ilegitimidad de nacimiento constituía una tacha social que subordinaba más a los ya subordinados por su origen étnico, su condición social y de género.

La sociedad colonial vista por Alejandro de Humboldt
“En las colonias la verdadera señal exterior de esa nobleza es el color de la piel. En México como en el Perú, en Caracas como en la isla de Cuba, se oye decir diariamente a alguno que anda descalzo: Ese blanco tan rico, ¿creerá que es más blanco que yo? Muy considerable  como es la población que la Europa puede derramar en la América, se comprende que el axioma: todo blanco es caballero, contaría singularmente las pretensiones de la familias europeas cuyo lustre data de bien atrás. Hay más todavía: la verdad de ese axioma ha sido desde largo tiempo  reconocida en España, en un pueblo justamente célebre por su lealtad, su industria y su espíritu nacional. Todo vizcaíno dice que es noble: y como existen más vizcaínos en América y en las Filipinas que en la península. Los blancos de esta raza han contribuido no poco a propagar en las colonias el sistema de igualdad de todos los hombres cuya sangre no sea mezclado con la sangre africana”
Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. Caracas. Ediciones del ministerio de Educación, 1.956, t.II ,p. 264.
Los grupos sociales 
Los blancos    
Constituían aproximadamente 20 % de la población total. La condición de blanco representaba el  estatus superior respecto a los demás grupos sociales. La dominación colonial española                    suponía una superioridad moral de los blancos frente a los otros estamentos, los cuales eran  considerados de “baja calidad”.

Los indígenas
Eran los habitantes originarios del territorio sometido por la invasión europea. Habían logrado preservar en buena medida su cultura y su vida comunitaria, a pesar de las presiones de la sociedad colonial para lograr su disolución. Resistían para preservar su identidad y su vida en comunidad.
Los negros
Sometidos en su mayoría a la esclavitud, llevaban sobre sus hombros las condiciones más denigrantes de trabajo. Laboraban de manera intensiva en las plantaciones de cacao, azúcar, café y otros cultivos destinados a la exportación. Pese a ser identificados socialmente con la esclavitud, su descendencia había conformado los pardos y demás castas consideradas “libres”.
Los pardos
Conformaban la mayoría de la población venezolana y constituían el grueso de la mano de obra.
Realizaban los más diversos oficios, desde las ocupaciones artesanales hasta los trabajos más duros en las haciendas y plantaciones. Su labor resultaba indispensable en la vida diaria de la sociedad.
UNA SOCIEDAD “MISCEGENADA”
La sociedad colonial consideraba “mestizos” a los hijos e hijas de blancos  e indios. Estos eran menos despreciados que los “pardos”, fruto de las mezclas que incluían  sangre africana, directa o indirectamente. Por ser descendientes de esclavos en algún grado, los pardos eran segregados como portadores de la “mancha de la esclavitud”. Para diferenciarlas de la mezcla que los españoles llamaban “mestiza”, aquellas que incluían el componente africano son llamadas hoy día “miscegenadas”, del verbo latino miscere (mezclar). 
Continuará, con La insurrección de José Leonardo Chirino
Revista “Memorias de Venezuela”





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