El Caracazo, además de ser la más sangrienta crónica de violación de derechos humanos en Venezuela, inició una nueva etapa política y social para el pueblo que a partir de ese momento vio nacer la  Revolución Bolivariana, sus reivindicaciones y el liderazgo del Comandante Hugo Chávez
Caracas, 27 de febrero de 2018.- La historia más cruenta de violación de Derechos Humanos (DD.HH) en Venezuela fue escrita desde el 27 de febrero hasta el  seis de marzo de 1889 en un evento sin precedentes conocido como El Caracazo.
Una época en la que los venezolanos y venezolanas vivieron la sistemática represión del gobierno del expresidente Carlos Andrés Pérez (CAP). Una jornada en la que el pueblo se agolpó espontáneamente a las calles producto de las medidas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y acogidas por el Gobierno de Acción Democrática (AD). Un pueblo en protesta que se encontró con un ejército y una fuerza policial a la que se le había ordenado la utilización de armas letales. Estadísticas sostienen que más de cuatro millones de balas se usaron para reprimir esa revuelta popular.
Fue un 16 de febrero, que CAP anunció el paquete de medidas pactado con el FMI: devaluación del bolívar (liberación del control de cambio), reducción del déficit fiscal, que implicaba aumento de las tarifas de los servicios públicos (agua, luz, teléfono y transporte), duplicación del precio de la gasolina, liberación de precios (a excepción de 18 rubros de la cesta básica), congelamiento de los cargos en la administración pública y liberación de las tasas de interés.
Esta agitación popular en contra del capitalismo significó el fin del bipartidismo, una contundente fractura en las Fuerzas Armadas  Nacionales y la génesis de la transición  hacia el socialismo en Venezuela. “El Caracazo fue la chispa que encendió el motor de la Revolución Bolivariana”, aseguró en 2010, el Comandante Supremo, Hugo Chávez.
Las señales de una nueva visión social y de defensa de los derechos fundamentales catapultó el liderazgo del Comandante Hugo Chávez Frías como defensor de los derechos sociales del pueblo, quien salió a la palestra pública mediante el rebelión militar del 04 de febrero de 1992.
“Hace 29 años se vivió un estallido social espontáneo y sin precedentes tras una serie de medidas económicas neoliberales aplicadas en ese momento. Gracias a Dios eso es historia, porque gracias a la Revolución Bolivariana brindamos protección al Pueblo con beneficios sociales”, escribió este martes el presidente de la República, Nicolás Maduro a través de la red social twitter @NicolasMaduro.
Desde El Caracazo, en Venezuela se incrementaron las luchas obreras y populares. Durante ese período, se hicieron cotidianas las huelgas de trabajadores y estudiantes, ambos sectores reprimidos constantemente como política de Estado, lo que dejó un saldo de 25 asesinatos solo durante 1991.
A partir de ese conflicto social, se produce la caída de la burocracia sindicalista de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) y el Puntofijismo. Tres años más tarde, se gestan  las rebeliones militares del 04 de febrero y 27 de noviembre de 1992; eventos que conducen al país a un evento político inédito como fue el enjuiciamiento, destitución y encarcelamiento del exmandatario CAP.
La historia política venezolana comenzó un cambio trascendental. Se abre una nueva visión, nació el chavismo como una ideología social, lo que marca un hito en el mundo, un mensaje de reivindicaciones sociales expresado y hecho realidad  por el para entonces Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, quien  se convertiría posteriormente en el Presidente Constitucional de la República de Venezuela y máximo líder de la Revolución Bolivariana.
Rebelión popular contra el Capitalismo
El Comandante Supremo de la Revolución, Hugo Chávez, denunció en diversas oportunidades que la oligarquía venezolana siempre trata de desfigurar el verdadero origen del 27 de febrero de 1989, mostrándolo como un día de violentos saqueos generados por los más pobres del país. “No, eso no fue un día de saqueo eso fue un día de Rebelión Popular”, aseveró el líder revolucionario.
Un reportaje de la cadena internacional Telesur,  reseña que tal fecha “quedó en la historia de Venezuela, como el día en que el pueblo de uno de los países más ricos del mundo, la quinta reserva mundial de petróleo, se levantó contra un sistema que lo había sumido en la pobreza y la desesperanza”.
El gobierno de Carlos Andrés Pérez activó el llamado Plan Ávila el 28 de febrero, mediante el cual ordenó a la Guardia Nacional y al Ejército acabar con las protestas y usar sus armas de fuego.
Pérez decretó estado de Emergencia, previsto en el artículo 240 de la Constitución de 1961,  y posteriormente se suspendieron las garantías constitucionales, por lo cual, el derecho a la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad del hogar doméstico, el libre tránsito, la libertad de expresión, las reuniones en público y manifestar pacíficamente fueron suprimidos durante 10 días siguientes.
La orden “disparen primero y averiguen después” de los gobiernos de la IV República, conllevó a un descenlace fatal en esos dos días, cuya cifra de fallecidos a manos de las fuerzas de represión del Estado, no se conoció sino hasta 2013, al contabilizarse al menos 276 muertos y cerca de 2 mil desaparecidos, luego que la Revolución Bolivariana reivindicara a las víctimas y familiares con exhaustivas investigaciones del caso.
Las huellas de esta masacre del capitalismo contra el pueblo venezolano, quisieron ocultarse en un sector llamado La Peste en el Cementerio General del Sur en Caracas, donde fueron sepultados en fosas comunes sin las pesquisas necesarias, numerosos cuerpos de venezolanos asesinados en las barriadas caraqueñas.
Sobre las acciones legales para sancionar esta flagrante violación de los DD.HH, la Corte Interamericana de  Derechos Humanos, pasados 10 años de la masacre, ordenó al Estado venezolano indemnizar solamente a los familiares de 45 personas asesinadas durante la revuelta social.
Sin embargo, el Comandante Hugo Chávez en el año 2006 a través del Ministerio del Poder Popular para Interior y Justicia, anunció mecanismos para indemnizar a las víctimas que no tuvieron acceso a esa Corte Internacional de Justicia.
El 27 de febrero de 2013, la Asamblea Nacional (AN) juramentó una comisión para investigar la actuación de policías y militares en 1989,  mientras la Fiscalía General de la República de Venezuela responsabilizó a Virgilio Ávila Vivas, quien para la fecha de El Caracazo, se desempeñó como gobernador del extinto Distrito Federal.
Rechazo a las políticas neoliberales
Para algunos analistas de este suceso social El Caracazo, “no fue propiamente una insurrección, al carecer de objetivos de poder y dirección”, es considerado una rebelión popular y la “más contundente expresión contra las políticas neoliberales que  se dieron desde finales de los 80 en América Latina y que contaban con la complicidad del bipartidismo venezolano. /CC
Fuente: VTV/27/02/18
Compila. William Castillo Pérez