Óptica Socialista
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anuncio-batacazo llegó: las elecciones presidenciales serán antes del 30 de abril y el candidato será Nicolás Maduro. Era una hipótesis que se barajaba, incierta como toda hipótesis en este conflicto. Ya es un hecho y la jugada puso a una oposición en crisis a redoblar su debilidad. Los primeros ataques ya fueron dados desde el frente exterior, Estados Unidos y sus gobiernos subordinados en el continente dicen que no aprueban la convocatoria, que es ilegal y el largo etc. que ya conocemos y que es insostenible: si no hay elecciones el chavismo es antidemocrático, y si las hay también lo es. Resulta difícil saber qué hará la derecha -también subordinada-, aunque no podemos descartar ninguna posibilidad: tienen una particular habilidad para dispararse a los pies y desencadenar escenarios de sangre. Parece seguro que harán todo para condicionar los votos, lo que se traducirá en un recrudecimiento de la presión económica, entre otras formas de presión. La pelota está en movimiento, veremos en las próximas horas/días cómo se acomodan. Del lado del chavismo intuyo que se cerrará filas alrededor de la candidatura de Maduro, en esa dirección apuntaremos mucho/as. Se trata de mantener el poder político en un escenario de inmensa adversidad, donde peleamos contra el imperio, sus aliados, y contra nuestras propias contradicciones que a veces parecen comernos hasta los huesos. Esas contradicciones se podrán resolver si mantenemos el gobierno, y si tenemos una estrategia para hacerlo. Van a ser unos meses de furia. Así que como dicen acá: a ponerse alpargatas que lo que viene es joropo.
Marco Teruggi
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