Óptica Socialista
Opinión
Edward L. Bernays,
sobrino de Sigmund Freud y uno de pioneros en el estudio de la psicología de
masas, escribió en su libro Propaganda (1.928), “La manipulación deliberada e
inteligente de los hábitos estructurados y de las opiniones de las masas es un
elemento importantes en las sociedades democráticas. Aquellos que manipulan
este oculto mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es
el verdadero poder dirigente de nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes
están amoldadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran
medida por hombres de los que nunca hemos oído hablar”. Asimismo,
fundamenta el sustento de todos los sistemas de gobierno en la “manipulación de
la opinión pública”, al afirmar que “ los Gobiernos, ya sean monárquicos,
constitucionales, democráticos o comunistas, dependen de la aquiescencia de la
opinión pública para llevar a buen puerto sus esfuerzos y, de hecho, el
Gobierno sólo es Gobierno en virtud de esa aquiescencia pública”.
En otro de sus libros,
“Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo
y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento.
Así, según sus palabras “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de
la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la
hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder
en quien confía. Este es uno de los principios más firmemente establecidos por
la psicología de masas”, por lo que la propaganda del establishment será
dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del
individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas
expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustentan.
Así, el estadounidense
Harold Lasswell (uno de los pioneros de la “mass comunicación research”),
estudió después de la Primera Guerra Mundial las técnicas de propaganda e
identificó una forma de manipular a las masas ( teoría de “la aguja hipodérmica
o bala mágica”), teoría plasmada en su libro “Técnicas de propaganda en la
guerra mundial (1.927) y basada en “inyectar en la población una idea concreta
con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión
pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los
individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia”, fruto
del encefalograma plano de la conciencia crítica de la sociedad actual
favorecida por una práctica periodística peligrosamente mediatizada por la
ausencia de la exégesis u objetividad en los artículos de opinión y el
finiquito del código deontológico periodístico que tendría su plasmación en la
implementación de la autocensura y en la sumisión “nolis volis” a la línea
editorial de su medio de comunicación (fruto del endemismo atávico de la
servidumbre a los poderes fácticos del status quo) y que habrían convertido al
periodista en mera correa de transmisión de los postulados del establishment o
sistema dominante.
El actual sistema
dominante o establishment de las sociedades occidentales utilizaría pues la
dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular
los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico,
miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una
sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de
manipulación de masas. Así, el sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, en
su libro “El hombre Unidimensional (1.964), explica que “la función básica de
los medios es desarrollar pseudonecesidades de bienes y servicios fabricados
por las corporaciones gigantes, atando a los individuos al carro del consumo y
la pasividad política”, sistemas políticos que serán caldo de cultivo del virus
patógeno conocido como “autos-kratos” o autocracia, forma de Gobierno ejercida
por una sola persona con un poder absoluto e ilimitado, especie de parásito
endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal),
que partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante
elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista
con claros tintes totalitarios (inflexible, centralista y autoritario), lo que
confirma el aforismo de Lord Acton “El Poder tiende a corromper y el Poder
absoluto, corrompe absolutamente”.
Sin embargo, gracias a
la interactividad que proporcionan las redes sociales de Internet (el llamado
Quinto Poder que enlaza y ayuda a la formación de las identidades modernas), se
estaría rompiendo el endémico aislamiento y pasividad del individuo sumiso y
acrítico de las sociedades consumistas occidentales (Hombre unidimensional) y
estaría ya surgiendo un nuevo individuo reafirmado en una sólida conciencia
crítica, sustentado en valores caídos en desuso pero presentes en nuestro
código atávico como la solidaridad y la indignación colectiva ante la
corrupción e injusticia imperantes y dispuesto a quebrantar las normas y las
leyes impuestas por el sistema dominante, Individuo Multidimensional generador
de un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de
valores e instaurador del caos constructivo que terminará por diluir el opiáceo
inhibidor de la conciencia crítica (consumismo compulsivo).
Por Germán Garraiz Lópes
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