Óptica Socialista
Opinión
Fue aprobada por la OEA, el 11/09/2001
en Lima, Perú, con el objetivo principal del fortalecimiento y preservación de
la democracia representativa, “al establecer que la ruptura del orden
democrático o su alteración, constituye un obstáculo insuperable, para la participación del gobierno en las diversas
instancias de la OEA”. 34 presidentes firmaron la Carta Democrática
Interamericana. Hasta hoy es un documento inoperante, tanto por su compromiso
democrático como por su grado de politización e incumplimiento.
Este consenso democrático está siendo
incumplido, por las nuevas amenazas como el autoritarismo y los golpes de
Estado propiciados por el gobierno estadounidense, en la América Latina y el
Caribe. Es la versión clásica de la
democracia representativa y ha entrado en contradicción con las nuevas
“democracias participativas y
protagónicas”. En el momento de su firma, en 2001, “considencialmente” el
Presidente Hugo Chávez era presidente y George W. Bush era el presidente gringo
y Brasil estaba gobernado por Fernando Henrique Cardoso un lacayo de EE.UU.
La Carta contiene una lista concreta
de los elementos esenciales que componen la democracia, tales como el respeto
de los dd.hh y las libertades fundamentales, el régimen plural de partidos y la
separación de los poderes públicos. El consenso democrático fue logrado por las
dos potencias regionales, Brasilia y Washington. Hoy, 15 años después, sería
poco probable que los 34 países, divididos en términos ideológicos y
geográficos, llegaran a firmar un documento similar. No es una casualidad que
sólo los Cancilleres de algunos Estados acudieran al décimo aniversario de la
Carta. Cuba es el único país que no participa de este acuerdo.
La OEA ha tenido tres oportunidades
para actuar a favor de la democracia, donde las dictaduras, siguen amenazando
la región por la injerencia de los EE.UU. Tal como ocurrió, con el Presidente
Hugo Chávez en Venezuela, el golpe de Estado en Honduras y la sublevación de la
policía en Ecuador. Las respuestas de la OEA no han sido firmes, son condena
muy tímida y condicionada por sus intereses. Ejemplo, la exclusión temporal de
Honduras. La Carta refleja una clara politización, debido a la división
ideológica entre los partidos de
izquierda y derecha de los partidos Latinoamericanos y del
Caribe.
El golpe en Venezuela el 11/04/2002,
dividió nuevamente la política entre América Latina y EE UU, debido a que el
Presidente George W. Bush emitió una declaración a favor del gobierno golpista
que se había instaurado después del golpe mediático contra Hugo Chávez. En su
resolución del 13 de abril de 2002, la OEA condenó la alteración del orden
constitucional en Venezuela e instó a restablecer una democracia plena. En
2009, la OEA se enfrentó a otro golpe de Estado, esta vez en Honduras. Aludiendo
a los artículos 19 y 21 de la Carta y presionada por un grupo de países
liderados por Brasil y Venezuela, la OEA adoptó, en julio de 2009, la decisión
de excluirla temporalmente. Celebradas las elecciones ese mismo año, EE UU
terminó por aceptar y reconocer el nuevo Gobierno del presidente Porfirio Lobo.
Brasil y un grupo de países sudamericanos insistieron en mantener la sanción
hasta que, finalmente, en junio de 2011 fue levantada.
Venezuela ha sido el único país en
donde se ha aplicado esta Carta, en su primera fase, y fue solicitada por el gobierno legítimo de
Hugo Chávez. Actualmente, Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia están siendo
desestabilizados por EE.UU, y sus partidos
de derechas. Todos sus gobiernos y pueblos están preparados para defenderse y
continuar siendo soberanos. América Latina debe evitar por todos los medios,
que los EE.UU nos aplique otra vez, la operación Cordón, donde instauró
regímenes dictatoriales en Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y
de forma encubierta en Colombia,
Venezuela y Ecuador entre las décadas de 1970 y 1980, con las consecuencias
funestas por todos conocidas.
Nuestra Canciller Delcy Rodríguez
viene denunciando que “los principios de la Carta Democrática están siendo
violados por la acción irresponsable del Secretario General de la OEA, Luis
Almagro. Los pueblos tienen derecho a darse el sistema político, social y
económico que establezcan sus Constituciones”. ¡Alerta pueblo! porque camina la
espada de Bolívar por América Latina.
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con espacios.
Germán Saltrón Negretti
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