sábado, 19 de junio de 2010

Cuento; "Petra y La Revolución Bolivariana" por William Castillo P.

PETRA Y LA REVOLUCION
BOLIVARIANA






EDITORIAL CAQUETIA
WILLIAM CASTILLO P.


INTRODUCCION

Este cuento pretende mostrar al lector las ventajas que puede obtener una persona quien durante la cuarta república estaba siendo excluida no solo de una acción de gobierno si no del ejercicio de sus derechos como ser viviente, situación esta que, aunque parezca increíble es una verdad absoluta; la cual venia siendo aplicada a ciudadanos comunes y normales pero que tenían la mala fortuna de pertenecer o ser de una sub clase social, que podrían ser llamados de segunda categoría, y que por esa condición tenia que ser excluidos y vivir separados de todos los derechos que un ser humano debería tener satisfechos.
Pero que en el estado de cosas predominantes en este mundo al revés como lo dice Eduardo Galeano, los derechos elementales de ciudadanos como Petra en la situación originalmente planteada en este cuento, nunca iban a ser satisfechas. Por ello pretendemos demostrar y a la vez enseñar al lector, como la acción del gobierno revolucionario puede cambiar la vida de los ciudadanos humildes del pueblo venezolano independientemente de su condición económica y social.
Aspiramos poder ayudar a la comunidad con esta serie de cuentos, - queremos hacer mas cuentos, éste es el primer cuento de la serie- que estarán orientados a ser una referencia, que permita al lector establecer una diferencia, entre los “Paradigmas” de la democracia representativa pro oligárquica y pro capitalista, y los Paradigmas de la democracia socialista participativa y protagónica. Trataremos siempre que los ejemplos utilizados en estos trabajos sean reales y verificables.
William Castillo Pérez




PETRA Y LA REVOLUCION BOLIVARIANA

Las sombras van abriendo paso a la mañanita, el sol aun esta lejos, pero sus veloces rayos ya se han colado por el techo de palma de la casa de bahareque, que Juan, el marido de Petra, le ha estado construyendo con la ayuda de los hijos de Petra y su cuñado, quien esta colaborando con Juan mientras espera la oportunidad para construir su propia casa con la ayuda solidaria y reciproca de Juan.

Ya el sexto hijo de Petra, al que llama Jacinto porque se sonríe igual que su abuelo; esta tragando desesperadamente el tetero de agua de maíz con un poquito de leche que le ha preparado Petra, mientras ella afanosamente prepara el almuerzo que Juancito su hijo mayor le llevara a su papá a la faena diaria. Petra se percata que hoy es 28 de septiembre, se dio cuenta al mirar el almanaque que le regaló el turco cuando termino de pagar las cotas de las sábanas y los coloretes que no ha podido utilizar desde el ultimo parto, y se pregunta para si, ¿Por qué será que nacen tantas mujeres en septiembre?. 30 años esta cumpliendo petra, toda una vida piensa ella, son siete muchachos uno detrás de otro como recua de mula.

¡Petra me voy!, el grito de Juan la saca de sus pensamientos, menos mal, -piensa petra- ya iba a salar esta arepa con lagrimas, como si fuera la primera; ¡petra! otra ves la voz de Juan –la emplaza- despierta a juancito pa’ que lleve la comida a tiempo, hoy el patrón lo va a revisa' pa’ ve’ si pue’ trabaja’ de aguador en la hacienda. No Juan, contesta petra sacada de sus pensamientos y vuelta a la realidad; no quiero que mi hijo trabaje en la hacienda, quiero que estudie, así sea lejos de nosotros.
Si, ta’bien pero con que plata va a estudiá, además el patrón me dijo que los pobres
cuando llegan a la escuela los convierten en comunistas, y eso es, sí no se los comen
vivos. A Juan pa’ pendejo, dice petra para si; razón tenia el abuelo Jacinto; no te vayas a vivir con ese zambo, ese tiene sembrao en el coco la semilla del jalabola, no puede ver un ladrón disfrazao de doctor, y que tenga una finca regala por los adecos; porque ahí mismito se le arrastra.

Que va, piensa Petra con mucha decisión, mi primer muchacho va a estudiar porque ese me va ayudar a sacar mis otros hijos de esta miseria. Ah malhaya, que yo tuviera aquí a mi abuelo, con sus libro de hojas amarillas de lo viejo que eran, él me daba mucha fuerza, cuando me decía: “Hija, sí las cosa fueran como dice en mis libros de socialismo, tu hubieras estudiado y habrías aprendido lo que tu quisieras pa', trabaja', y producir junto con las otras muchachas y otros muchachos para mantenerse y vivir tranquilos y felices, y todo eso sin necesidad de separarse de este sitio donde has nacido”.

Lo que pasa – seguía rememorando al abuelo- es que esta tierra donde has nacido, se la han cogido los terrateniente oligarcas, y todo lo que se produce en estos terrenales, solo es aprovechado por un pequeño grupo de personas, y no solo se han cogido la tierra y su producción si no que también se han apropiado de las personas que viven en ella, y los han convertido en sus esclavos; eso es lo que somos nosotros.

Y así añorando al abuelo, Petra siguió pegada al fogón, terminando de preparar la comida, que el zambo Juancito se llevaría para el corte de caña.
Continuaba Petra afanada en sus labores diarias y cotidianas, ya se preparaba para lavar los peroles de la cocina en la tabla que Juan había clavado en el palo de rabo e’raton, y que le servia de lavaplatos y también en su oportunidad le servia de mesa para colocar la batea de madera que usa para lavar la ropa. Petra continuaba con esas ganas de llorar que no se le quitaban desde que amaneció ese día, y volvían los recuerdos del abuelo, él siempre le decía a Petra, que ella era una niña especial porque era la única que se revelaba, con ese melancólico y triste silencio, de la vida que rodeaba sus días; y era especial- decía el abuelo- porque los niños pobres nacían con la resignación de su situación de menesterosos, aceptaban su triste destino que lo único que les deparaba era la pobreza y el servilismo como salvoconducto para poder sobrevivir y en consecuencia justificar su presencia en este mundo. Pero su nieta no era así, ella desde muy adentro y talvez sin saber porque, no aceptaba aquello que llamaban vida, ella seguramente sabia que se merecía un destino mejor no solo ella si no todos su familiares y paisanos.
Y, se quedo mirando como corría el agua sucia que bajaba de la tabla de hacer oficios, que ya había hecho un cauce negro en la tierra, como si ese diminuto riachuelo fuera su única vía de escape a la tristeza.

Han pasado seis meses desde que el primogénito de Petra esta trabajando en los sembradíos ya sea como aguador, o cargando sacos de semillas o frutos del campo, mientras tanto petra sigue soñando con el día en que podrá salir de esa tierra hostil y sin futuro para sus hijos. Hace un mes que pudo hablar con su tía Rosa quien le va dar un lado en su rancho en el barrio donde vive en la ciudad, las noticias son buenas sus oraciones las esta oyendo dios.
La tía Rosa es un ejemplo de optimismo ya son mas de veinte años de su partida del campo a la ciudad en busca de mejorar su forma de vida, sabe que no ha progresado,
pero siempre mantiene las esperanzas de conseguir la prosperidad, porque aunque es difícil ella piensa que tiene mas oportunidades o mas alternativas, aunque la opresión del pobre por el rico y poderoso es igual a la que se vive en el campo.

Diez años muy laboriosos, han transcurrido, desde aquel día cuando, Petra llego del campo con sus muchachos a cuestas, la tía le había advertido en esa oportunidad que la cosa no era fácil que por el contrario fuera dura, pero ella quería que sus hijos estudiaran. Petra respondió, en ese entonces, con la simple filosofía que le daba esa profética forma de ver la vida en el campo, “no importa que sea dura, lo único que he aprendido es a vivir una vida dura”.

Juan se quedo en el campo con la promesa de cuidar el rancho y mandarle plata a Petra para el mantenimiento de los muchachos, eso no sucedió, el rancho no estuvo mucho tiempo sin ama Juan sustituyó a Petra y ya no pudo enviar platica para los muchachos. Dura fue la brega, menos mal que hubo bastante ropa sucia para lavar y bastante piso para limpiar en las casas de ricos. Petra se cuido de poner sus muchachos a estudiar, contrario a sus planes Juancito tuvo que trabajar y estudiar de noche con muchas dificultades, confrontó muchos problemas de adaptación al medio, corría mucho riesgo en las calles al ir a clases, gracias a dios el tenia el espíritu de esperanza de su mama y sabía y estaba seguro del objetivo que tenia que lograr.

Petra pudo comprobar en el barrio lo que siempre le dijo el abuelo Jacinto “en la ciudad encontraras muchas oportunidades para ti y tus hijos, lo que no te garantiza el sistema capitalista, es que vas a tener las mejores condiciones para poder acceder a las oportunidades”, lo mas seguro es que nunca vas a estar en condiciones optimas.
Pero Petra estaba predestinada a vivir en la época de la revolución socialista, su abuelo tenia razón en todo, lo que no sabía el abuelo es que la llegada de un gobierno progresista, que impulsaría un sistema socialista estaba prácticamente a la vuelta de la esquina, en los hombros, la conciencia y el corazón de un joven militar que llego al poder por la vía electoral cuando el abuelo hacia 3 años, que había muerto y Petra tenia 2 años viviendo en la ciudad.

Hoy diez años después del triunfo del presidente Chávez. Petra, sostiene cuando conversa con sus camaradas de la junta comunal, que ha vivido una maravillosa experiencia, durante esto 12 años en la capital, confiesa que ha sufrido y padecido mucho mas de lo que hubiera soportado de haberse quedado en el campo, y de no haber arribado el presidente Chávez al poder. Petra sabe que en el campo la vida hubiera seguido sin esperanza, pero con la tranquilidad que da la esclavitud y la resignación a ejercer la posición social que le marcaba su condición de pobre; mano de obra, y sin esperanza.

Recuerda cuando llego, toda desorientada y confundida, pero no tardo mucho en adaptarse, ella sabia trabajar y sufrir, los pobres somos iguales – reflexionaba Petra- en todas partes. Somos solidarios, somos amigos y amamos al prójimo, y aunque los oligarcas nos calumnien, nos ofendan, somos nosotras las mujeres pobres las que cuidamos a su niños y limpiamos sus casa, lavamos sus ropas, y lo hacemos con cariño y dedicación, mientras tanto ¿quién cuida nuestros hijos, o atiende nuestras casas?, me pregunto –insistía petra- acaso eso no es solidaridad y amor del bueno, en cambio para ellos somos sucios, hediondos, viciosos, y no merecemos acceder a una de las mejores premisas y deseos de nuestro Libertador, “darle al pueblo la mejor suma de bienestar”.
Los oligarcas siempre nos acusan de flojos –afirmaba Petra- insisten en que ellos poseen la riqueza porque han trabajado muy duro, para obtener sus cosas; lo que ellos ocultan es el hecho real que para ellos poder amasar sus fortunas, nosotros los pobres hemos realizado el trabajo mientras, ellos lo único que han hecho es sacar cuentas y hacer negocios, y el gran beneficio se lo han quedado ellos,” asi cualquiera se hace rico”.

Rememora con alegría aquel dia que la tía Rosa la llevo a una reunión del MVR 200, fue la primera vez que oía hablar de política, de las penurias que ella muy bien conocía porque las vivió siempre, pero esta vez sentía esas circunstancia de una manera distinta, antes era como algo normal, ahora le explicaban que no debía ser normal; que ella y sus hijos tienen derechos igual que los oligarcas y burgueses y los pudientes, que la pobreza no es una forma de ser, si no, una situación mas bien impuesta por los que detentan, las riquezas. Desde ese dia la vida de Petra cambio diametralmente.

Luego vino el trabajo duro como voluntaria en el partido, haciendo lo que sabia hacer actividades y labores humildes, pero realizadas con amor y dedicación, porque ese líder que le decía tantas verdades con esa forma de hablar tan parecida a la forma de hablar del abuelo, que cuando hablaba parecía que estaba diciendo una oración para que todo te resultara favorable. El abuelo sabía, que ella, tenía madera para entender de igualdad, y de justicia; lastima que el abuelo no estuvo con ella mucho tiempo, cuánto hubiera aprendido, pero el abuelo estuvo mucho tiempo huyendo de los gobiernos de la cuarta Republica, y al final de hospital en hospital, y cuando pudo regresar sus días estaban contados.

Pero hoy cuando mira hacia atrás, con alegría; reconoce, que bien valió la pena ir a las marchas, a defender el gobierno de Chávez, por ejemplo, ir con el pueblo acompañada con la tía Rosa y su hijo mayor a rescatar al presidente luego del golpe de estado del dia 11 de abril, y soportar estoicamente el paro criminal perpetrado por Fedecamaras la CTV y los meritócratas de PDVSA.

Uno de sus mejores recuerdos lo representa su encuentro con las misiones de Chávez especialmente la misión Róbinson, porque marca su salida de las tinieblas aunque la misión que le satisfizo, personalmente, fue la misión Casa de Alimentación, porque le permitió disfrutar y demostrar su instinto maternal, bondad y amor por el prójimo, en fin esa misión le permitió representar en su máxima expresión los paradigmas de la revolución.

Hoy Petra que no había podido ni siquiera asistir a la escuela; que las únicas letras que sabía, las había aprendido del abuelo, hoy esta a punto de culminar su bachillerato, y es integrante de una cooperativa, que pronto será convertida en una empresa socialista de corte y costura, oficio que aprendió en la misión vuelvan caras. Ha sido protagonista o una de las trabajadoras mas importantes en su comunidad, ha participado en todas las actividades de su barrio para conseguir mejoras en los servicio públicos, como consecuencia del trabajo en equipo con los diferentes entes del estado a través de las mesas técnicas de agua, de seguridad, de electricidad, y otros. Porque ahora en este gobierno que aplica una democracia participativa, todos los entes del gobierno, llegan a los barrios, a diagnosticar y aplicar soluciones definitivas a los problemas de la población directamente, con la participación activa del pueblo.

Sus hijos estudian en la escuela bolivariana de su barrio, donde participan de todos los servicios aparte de los educacionales tales como: comedor, infocentro biblioteca y asistencia social especializada.
Petra y sus hijos viven en una casa dignificada; son tres habitaciones dos baños, sala y cocina bien equipada con lo esencial y suficiente, nada parecido al rancho del campo, ni al rancho donde vivió con la tía Rosa, cuando llego del campo, claro son ocho personas, pero cuando le cambiaron el rancho por la casa le dejaron la construcción con lo necesario para ampliarla sin el menor inconveniente y la promesa que el gobierno, le hará la construcción pertinente.

Todos en su casa están consustanciados con el sistema socialista por el cual están luchando junto con el presidente Chávez, y no están dispuestos a perder todos los logros de la revolución, ellos saben que de volver la oligarquía al gobierno ya no tendrían acceso a asistencia medica gratuita y eficiente, saben que lo primero que eliminaría la oposición seria los módulos de barrio adentro, los CDI, los SRI, los TAC, y seguro que eliminarían la asistencia medica publica privatizarían toda la atención medica, y la educación. por eso ellos están dispuestos a todo con tal de defender los logros de la revolución.

Petra, no puede creer,( dice llena de emoción) que el trabajo pudiera ser tan estimulante y tan productivo en un sistema socialista, no es lo mismo, que ella sentía cuando tuvo la oportunidad de laborar de aseadora en un Centro Comercial muy famoso, donde cada cierto tiempo los reunían, y les invitaban a trabajar con mucho ahínco, mística y entrega a la empresa, sobre todo les insistían que debían sentir la empresa como parte suya y entender que esa empresa era una gran familia de la cual ella formaba parte importante, y los propietarios de la empresa eran como sus propios padres protectores, quienes habían tenido ese gesto hermoso y bendecido de haberle dado empleo para que pudieran subsistir, o sea eran los grandes benefactores, pronto entendió que esas eran grandes mentiras; cuando se entero que esa “gran familia” no era tal cuando esa empresa se entrego a una lucha diabólica contra el único gobierno – durante el golpe el paro y todas las guarimbas- que había tenido la voluntad de enfrentársele solo por defender a ese pueblo del cual Petra formaba parte.

Mientras que por el contrario en la cooperativa ha aprendido que la solidaridad es lo mas estimulante que puede haber experimentado en el trabajo social, además que en el trabajo socialista el sentido de pertenencia a todo lo que realizas en el trabajo es pura felicidad, lo que algunos llamarían sacrificio no es sacrificio, es simplemente un gran esfuerzo para lograr un fin justo para el pueblo, así que todo en el trabajo socialista es alegría; alegría al aprender; alegría al colaborar; alegría por participar en el bienestar de la comunidad con el fruto de tu trabajo, saber que parte de tu producción va a resolver cualquier situación desfavorable para los y las camaradas de tu comunidad.

Petra, se recuesta en su mecedera, cierra los ojos, -y recuerda- una sonrisa preciosa se dibuja en sus labios – petra esta recordando-. Quién lo pensaría –dice para sí Petra- ¡las cosas que yo he llegado a conocer con la revolución bolivariana! Ahora sé que existe un organismo internacional, la ONU, que se supone tiene que velar por la buena convivencia entre los países del mundo, pero también sé, que esta muy lejos la ONU de cumplir con ese objetivo, también sé que Venezuela forma parte de un organismo que aglutina a los países americanos y aunque tampoco este organismo cumple a cabalidad las funciones inherentes a su cometido, es buenos saber que existe. Así sabremos que cosas podemos corregir en otros organismos de las mismas características, que esta promoviendo el presidente Chávez par sustituir o complementar a la OEA, tales como la UNASUR por ejemplo.

Tantas cosas que yo no sabía y que ahora, yo sé, gracias a la revolución. Por ejemplo ya se como manejar un crédito, eso lo aprendí en el banco de la mujer una entidad que nunca existió en la cuarta república. Y, eso sin contar todo lo que he aprendido en los pedagógicos discursos de mi presidente, y ese estilo literario emotivo y ameno con que explica la historia, la geografía y hasta la política, una cosa que es tan seria, la hace muy agradable y divertida.

¡Cómo me ha cambiado la vida¡ - dice, Petra- Quién me hubiera visto, hablando de las metas del milenio, notable es que; en esto de las metas del milenio yo tengo una participación muy importante, ya que he estado trabajando en la misión casas de alimentación donde hemos contribuido a disminuir la pobreza extrema, la cual bajamos un 50% en menos de 10 años. También me hubieran oído hablando del producto interno bruto, de la especulación como ingrediente importante en el alza del índice de precios a consumidor (ipc) mejor conocido como inflación, de empresas socialistas, de núcleos de desarrollo endógeno, de asistencia medica integral y masiva, de expropiación por interés colectivo, de propiedad colectiva, de propiedad privada y sus limitaciones, de referendos, revocatorio; abrogatorio; consultivo, de derechos humanos, derechos civiles, manejo de recursos nacionales, etc.
En fin tantas cosas y tantos términos que con otro sistema de gobierno yo jamás habría podido usarlos con tanta familiaridad, y esto no es cuento es total realidad.

El sueño va venciendo a Petra en este sábado por la tarde, ya deja de pensar en los cambios que ha tenido su vida, ahora poco a poco se va durmiendo y seguirá soñando, ya no con utopías, si con realidades, y más bondades para lograr en el futuro una vida socialista que definitivamente será mejor.


Este cuento continuara; hasta un final muy feliz, gracias a Dios y la Revolución Bolivariana y socialista.


William Castillo Pérez
Barquisimeto 30/ 08/ 009

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