Óptica Socialista
Opinión
A pesar de la dictadura financiera
mundial y de haber logrado imponer por
todo el globo patrones de ser y deseos estándar de tener, las grandes
corporaciones base del imperio anglosajón
no han podido evitar el surgimiento de poderosos
rivales, ni la resistencia popular contra su proyecto de tutelaje mundial.
Percibido como enemigo por
países y pueblos a todo lo ancho del globo, el imperio ha optado por socializar la violencia y la muerte para
mantener su poderío y exterminar maltusianamente a sectores de la población
considerados sobrantes.
Apoyado por la
institucionalidad internacional,
cómplices europeos, el gobierno sionista de Israel y demás autoridades títeres locales, el imperio esparce su poderío militar
alrededor del mundo. Fomenta conflictos y fanatismos; invade, saquea y balcanizan países; crea ejércitos de
terroristas mercenarios; arrasa aldeas y exterminan poblaciones. Destruye
economías locales, envenena químicamente regiones enteras, propaga plagas y
enfermedades, etc. Al igual que el caballo de Atila, acaba con el pasto por
donde pasa.
Muestras lejanas: la disolución
de la antigua Yugoeslavia, las invasiones y destrucción de Irak,
Afganistán, Libia, Yemen y Siria, las
guerras intestinas provocadas en África, la división de Sudan, el exterminio planificado de palestinos, los ataques contra los kurdos, el
maltrato y rechazo de quienes huyen de
la miseria sembrada en sus países, etc.
Muestras más cercanas: el
bloqueo de Cuba, la incorporación desigual de México al Tratado de Libre
Comercio de América y la siembra de la violencia y el narcotráfico en el país
de Juárez, Villa y Zapata. El fomento
de las maras y el paramilitarismo en Centro y Sur América. La colonización de Colombia. El plan
desestabilizador multifacético orquestado contra Venezuela y los demás países
integrantes de ALBA, etc.
De allí la valía de la Operación para la Liberación y
Protección del Pueblo (OLP) como iniciativa para detener la implantación en
nuestro territorio de esquemas de guerra y de explotación comercial, ajenos a
la venezolanidad.
De allí la necesidad de convertir
el operativo en un mecanismo permanente de defensa de nuestro proceso
revolucionario.
De allí la conveniencia de
socializar esta tecnología de contención del crimen a otros
países de la región que enfrentan el mismo enemigo.
Mariadela Villanueva
mariadelav@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario