Óptica Socialista
Opinión
Desde hace bastante tiempo hemos estado alertando contra la guerra económica y todos los ingredientes o aspectos que la componen, pero siempre la reacción del pueblo el gobierno y el partido ha sido ignorar esos llamados o darle la menor importancia, probablemente porque nuestros alertas en forma de artículos y comentarios por la radio comunitaria y las redes han caído en oídos sordos. Hoy cuando ya el gobierno, el partido y una importante parte del pueblo chavista y revolucionario reconoce la guerra económica y sus consecuencias en la mente del pueblo en general, la cual afecta la relación de un vasto sector del pueblo con el gobierno revolucionario, éste ha llegado a tildar de culpable de la escasez y las colas, al Presidente Maduro, por la tardanza en aplicar correctivos suficientes.
Ese sector de la población descontenta, que contiene en su seno una amplia representación de la población pobre y anteriormente excluida, pero con mente muy débil ante los cantos de sirena de la oposición y sus campañas mediáticas, ya presenta un daño muy grande en su percepción del gobierno revolucionario del Presidente Nicolás Maduro. Este daño es tan peligroso, que le impulsa a votar por la oposición, ello pone en alto riesgo el logro de una mayoría absoluta en las próximas elecciones a la A.N.
Creemos que todo eso ocurre, porque en épocas recientes pasadas, no se reaccionó con diligencia y rapidez a este ataque que fue bien detectado y alertado por el Comandante Chávez y, frente al cual planteó suficientes acciones para contrarrestarlos y, se dejó de lado el aspecto comunicacional y propagandístico acerca de la acción del gobierno y las bondades de la revolución. Tampoco se le hizo un eficiente seguimiento al empoderamiento del pueblo mediante la aplicación y desarrollo efectivo de los Consejos Comunales, las Comunas y otras herramientas creadas por la revolución bajo la genialidad del comandante Chávez. Programas y planes, los cuales no fueron diligenciados desde el alto gobierno y se dejaron a la ejecución en solitario y al garete del pueblo a quien no se le entrenó para empoderarse, perdiéndose por ello la oportunidad de crear una actitud de pertenencia con la patria y un conocimiento de la potencialidad del poder popular en las manos de los ciudadanos. Uno de los objetivos de la oposición, sí obtuviese una negada victoria en las próximas elecciones, sería derogar las leyes de las Comunas, El Poder Popular, los Consejos Comunales y todas las relacionadas con el empoderamiento del pueblo.
Estamos Fallando en enseñarle a la población que la revolución le está otorgando el Poder, para que lo ejerza, no para que se reparta el producto de las empresas nacionalizadas, operándolas con un criterio capitalista y, por otro lado optase por esperar que todo le lloviera del cielo contando con; Papá estado, la inversión extranjera y de los empresarios parasitarios nacionales, cuyo único interés, era y es depredar de la renta nacional venga de donde venga.
Es bien cierto que el pueblo venezolano requería de un acto de justicia social cuando llegó la revolución al poder en el 1998 de la mano del Comandante Chávez, pero también es verdad, que esa justicia se la tenía que dar el propio pueblo, transitando políticamente en un ambiente socialista totalmente diferenciado del sistema político, económico y social existente en ese momento, el cual era un remedo del sistema capitalista y su nefasto hijo menor el neoliberalismo, características éstas que representaban el secular abuso, esclavitud, humillación y exclusión del pobre pueblo, sentenciado a ser solo mano de obra barata y consumidor cautivo y necesario. Pero cometimos el error de no informar a plenitud y contundentemente los propósitos y el alcance de nuestra revolución, es por ello que hoy nuestro pueblo sucumbe ante la canalla guerra económica y esto es un hecho que no podemos soslayar, porque la colas y el descontento avanzan como un cáncer en el ánimo de una población que sigue ignorando el avance de la acción de gobierno en la creación de una portentosa infraestructura, política y social la cual podemos perder si no logramos un completa mayoría en la Asamblea Nacional.
Tampoco hemos sabido aprovechar las enseñanzas que nos ha dado la evidente actitud nefasta agresora, delictual e irrespetuosa de las leyes y el pueblo venezolano, por parte de la derecha fascista, hechos que ha estado mostrando con desparpajo preñado de agresiones, descalificaciones daños a la vida y el patrimonio del pueblo, no exento de una cuantiosa violación de los derechos humanos de todo tipo.
Hemos permitido, que ante cada agresión de ésta traidora derecha fascista, la misma tenga otra oportunidad de atacarnos y, alcanzar –extrañamente- una potenciación de sus seguidores, hecho demostrado en las últimas tres elecciones, donde, aún con esas señales de maldad altamente evidentes, han logrado ganar elecciones en gobernaciones y alcaldías, en las cuales, durante sus ejercicio, se han perpetrados delitos de lesa humanidad y, aún siguen captando apoyo de esas poblaciones.
Así que, mientras el gobierno revolucionario hace maravillas, para mantener la inversión social constante e invariable durante estos 16 años de gobierno socialista, con un ingreso petrolero mermado, gracias a la manipulación que hace el imperio del mercado petrolero, aprovechando la explotación de petróleo de esquisto y la consecuente depredación y robo de los recursos energéticos de Irak, Libia, Siria Yemen, y otros, so pretexto de una manida libertad, que esos pueblos no solicitaron en ningún momento. Las comunas y otras herramientas diseñadas para empoderar al pueblo solo engrosan las estadísticas en los registros, pero no terminan de empoderarse para asumir la producción de los bienes y servicios que le son tan necesarios para el vivir bien, lo cual está previsto en las leyes respectivas creadas por la revolución. Ello lo podemos comprobar cuando vemos las largas colas que han llegado al extremo de hacerse desde las noches anteriores, pernoctando junto a sus hijos durmiendo en improvisados colchones.
De modo que, sí, el estamento empresarial privado, que controla precios –de elementos de la guerra económica- mediante la importación, la producción, el transporte y la distribución de los artículos de primera necesidad, no depone su accionar delictual contra el pueblo venezolano para derrocar la revolución. Entonces, debe ser el pueblo en ejercicio del poder que le otorga la Constitución Nacional de La República Bolivariana de Venezuela, quien tiene que tomar el control de la defensa de su dignidad y proceder a BOICOTEAR a los especuladores negándose a comprar esos productos y organizarse para resistir con todos los recursos que la naturaleza, la Constitución y las leyes y nuestro intelecto nos otorga. Porque, no es posible, que tengamos que acceder, que un sector de la población venezolana en contubernio con el poder hegemónico imperial, nos trastoque la Patria en una entelequia, comparada solo con un rollo de papel higiénico. Si las estadísticas nos indican que la gran mayoría de las personas que asisten a las colas son bachaqueros, entonces dejemos las colas a estos desvezolanizados para que sean capturados y castigados ejemplarmente.
Hoy, cuando el Presidente Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia en varios sitios del estado Táchira, por 72 horas para facilitar la captura de los irregulares que emboscaron a efectivos de las FANB, y dar un escarmiento a los delincuentes que trafican con el contrabando de extracción de alimentos al hermano país, la “colaboración” de muchos venezolanos es acudir en masa a los supermercados a realizar compras nerviosas y de todo tipo, atendiendo sumisamente al llamado de la derecha para hacer colas innecesarias.
No estamos exagerando ni proponiendo levantamientos y hechos delictuales, solo debemos ejercer una resistencia a la agresión de la derecha opositora, de manera pacífica pero contundente, recordemos que la historia reciente nos muestra la victoria del pueblo Indio, que logro liberarse del oprobioso yugo del imperio británico, dirigido con la resistencia pacífica de su líder Mahatma Gandhi. Existen muchas maneras de organizarse para contrarrestar esta horrenda agresión fascista sin tener que perder la dignidad. El triunfo de ésta estrategia de la oposición fascista, es en detrimento de la moral y la dignidad del pueblo más libertario que ha existido en la faz de la tierra. Si hemos sido capaces de dar libertad a otros pueblos hermanos a costa de nuestro esfuerzo y nuestra sangre sin pedir nada a cambio, tengamos entonces dignidad y demostremos que somos hijos de libertadores de la talla de Bolívar, Miranda, Sucre, y Chávez entre otros muchos. Una forma efectiva para desbaratar esa guerra económica, es hacer caso omiso a su descarada especulación.
Recordemos que los Socialistas, Revolucionarios, Chavistas, Antimperialistas Y anticolonialistas; somos mayoría, tenemos la Razón y detentamos y ejercemos el Poder en Venezuela. Además, en nuestra patria venezolana no existe, ningún grupo comercial y/o financiero que tenga más capacidad de recursos económicos y de todo tipo que el Pueblo venezolano, y no será un grupo de delincuentes de cuello blanco amparados en la mentirosa figura de empresarios proveedores de empleo, depredadores y parasitarios del erario público, quienes vengan a despojarnos de los haberes que la Pachamanca generosamente nos ha dotado.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!
¡CHÁVEZ VIVE!
¡LA PATRIA SIGUE!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
William Castillo Pérez (el indio)
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