Producción de biodiesel factor clave de la crisis mundial alimentaria 2011
Caracas, 20 Abr. AVN .- Durante siete meses consecutivos el costo de los alimentos en el mundo se ha incrementado de forma alarmante, hasta el punto de batir récord con un incremento de 25% entre 2010 y 2011, lo cual contrasta con el crecimiento de la producción alimenticia del sector público de Venezuela y la mayor estabilidad de sus precios.
Las cifras contenidas en el más reciente informe del Índice de Precios de los Alimentos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dan cuenta de una octava subida mensual consecutiva a nivel mundial.
En el caso de Venezuela, las políticas públicas de entrega de tierras y créditos, de formación de cooperativas, de mejoramiento social en educación y salud, para el desarrollo integral del sector agropecuario y de la población rural o urbana cercana a áreas de producción agrícola o pecuaria han creado condiciones favorables a una mayor producción y una estabilidad de los precios.
En Estados Unidos durante el 2009 se cosecharon 416 millones de toneladas de cereales, sin embargo no todo ese alimento fue a saciar el hambre de los más de 43.6 millones de pobres que viven en esa nación, según datos oficiales de la Oficina del Censo de EEUU.
Un total de 119 millones de toneladas de cereales fueron destiladas en etanol destinado a la producción de combustible para automóviles en Estados Unidos.
Esa cantidad es suficiente para alimentar a 350 millones de personas durante un año, detalló Lester Brown en un artículo publicado en Foreign Policy, titulado “Crisis alimentaria 2011”.
Las naciones que dedican grandes extensiones de sus territorios al cultivo de materia prima para la producción de biodiesel, ven encarecer el costo de sus alimentos, motivado al incremento de la demanda extranjera hacia esos productos bases del combustible.
Algunos analistas endosaron el motivo de las revueltas de Túnez, Egipto, Argelia, Jordania, Libia y otras naciones de África y Medio Oriente, a este súbito incremento en el precio de los alimentos.
En esas naciones sus habitantes salieron a las calles para reclamar el alto costo de la vida, entre otros asuntos.
Así lo afirmó Enrique Javier Díaz Gutiérrez en su artículo titulado: “Crisis alimentaria: especulando con el hambre”, publicado por el sitio digital rebelion.org.
Mientras tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) se limitó a afirmar de manera superficial e irresponsable que “el elevado costo de la comida llegó para quedarse. El mundo quizá deba acostumbrarse a alimentos caros”, citó el mismo articulista.
El Parlamento Europeo reconoció que el incremento en el costo de los alimentos empujará en las fauces de la hambruna a millones de personas.
Lorenzo Ramos, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) y vicepresidente del COPA, comité que aglutina a las organizaciones agrarias de la Unión Europea (UE) dijo que el verdadero problema de los agricultores y ganaderos europeos es “el aumento desmesurado de los costes de producción y la falta de precios percibidos por los productores”.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) aseveró que en el 2011 la cantidad de hambrientos alcanzaría los 1.000 millones por el efecto del aumento de los precios
Factor Biodiésel
Las cifras de instituciones internacionales que auguran y estiman incrementos en el costo de los alimentos y la posterior suma de millones de famélicos a las estadísticas mundiales, no muestran que la producción de biodiésel es un factor determinante en ese incremento, según comentó Gutiérrez en su artículo.
El incremento anual en el consumo de cereales, registró entre 1990-2005 un total de 21 millones de toneladas por año, en tanto entre 2005- 2010 fueron 41 millones de toneladas por año.
Estas cifras hacen prever que la competencia mundial en el mercado de los cereales, impuesta por EEUU, estará signada entre los automóviles y el hambre de las personas.
Una gran cantidad de automóviles en Europa funcionan con combustible diesel, hecho que sustenta una demanda de mayores volúmenes de aceita de palma y de colza para estos fines.
Esta producción reduce considerablemente la capacidad de terrenos cultivables para producir alimentos en lugar de combustible.
En Latinoamérica la principal nación que se dedica el cultivo para la producción de etanol es Brasil, que junto a la potencia de Estados Unidos suman la mitad de la producción mundial.
Sobre este hecho el líder de la revolución cubana Fidel Castro comentó en una de sus periódicas reflexiones que “si los millones de toneladas de soya y maíz que se invertirán en biocombustibles se destinan a la producción de alimentos, la elevación inusitada de los precios se pararía, y los científicos del mundo podrían proponer fórmulas que de alguna forma puedan detener e incluso, revertir la situación”.
Fidel consideró que “se ha perdido demasiado tiempo” y “es hora ya de hacer algo”.
Fuente:AVN
compil. william castillo p.
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