Washington, 2 ago (PL) El exsubdirector de la Oficina para el Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos, William Hoover, renunció hoy a su cargo en medio del escándalo por la fallida operación Rápido y Furioso.
Hoover fue el segundo funcionario más importante de la ATF, instancia adjunta al departamento de Justicia, de 2009 a 2011.
En octubre del año pasado fue reasignado a otro puesto durante una reestructuración de personal de la ATF, provocada justamente por las dudas aparejadas a Rápido y Furioso, reportó el diario The Daily Caller.
El martes, y tras 18 meses de investigación, los legisladores republicanos Darrell Issa, de California, y Charles E. Grassley, de Iowa y presidente del Comité Judicial del Senado, revelaron un informe relacionado con el escándalo que implicó el tráfico de armas que llegaron hasta narcotraficantes mexicanos.
Cinco oficiales de alto rango de la ATF, entre los cuales figura Hoover, fueron acusados de negligencia.
El informe presentado el martes en el Congreso fue el primero de una serie de tres previstos donde se cuestiona el papel desarrollado por la administración del presidente Barack Obama respecto a Rápido y Furioso.
Un segundo informe debe ver la luz pronto y devendrá, a juicio de los legisladores, una crónica del devastador fracaso de la supervisión y liderazgo que debieron afrontar los funcionarios del departamento de Justicia, comentó el rotativo.
El tercero, sin fecha aún, se ocupará de la obstrucción de la investigación tras destaparse el escándalo, algo sin precedentes por los más altos niveles del departamento, incluido el propio Fiscal General Eric Holder.
La Cámara de Representantes aprobó recientemente una moción de desacato contra Holder por presuntamente negarse a entregar documentación relacionada con la fracasada operación.
Rápido y Furioso surgió durante la administración del presidente republicano George W. Bush (2001-2009), cuando agentes de inmigración emplearon la arriesgada táctica de permitir que armamento federal llegara a las redes de tráfico y armerías.
El objetivo era seguir las armas hasta los traficantes y grandes carteles de la droga, con el fin atrapar a capos que había eludido durante largo tiempo causas judiciales, recordó la publicación.
Sin embargo, unas dos mil armas de fuego abandonaron Estados Unidos y algunas de ellas se detectaron en la escena del crimen de un agente federal estadounidense, en México, hecho que destapó el escándalo.
Todavía unos mil 400 artefactos de fuego siguen sin aparecer.
Fuente: Prensa latinals/lr02/08/2012
Compilador. William Castillo Pérez
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