¿Por qué, duerme la estirpe del guerrero? Tras, el penacho invisible y carnavalesco de la civilización.
O, mejor dicho, esconde la desnudes indómita, detrás de vestimenta civilizada: Franela, pantalón corto, que no es pantalón, sólo es corto.
Es uniforme de indigencia, no de indígena. Dijo el conquistador español: “El habito no hace al monje”
Dice el indio indómito: creo mejor yo, “estoy casi desnudo, sin habito, y no necesito ser monje”.
¡Vete de aquí! conquiasesino. ¡Fuera usurpador, vampiro, ladrón! Sabes que mi cuerpo es mi tierra; por eso me matas, tu daño: te daña.
La tierra que te alimenta, soy yo; y te sentencia. Todo lo que ostentas –soy yo- es mío, la tierra que ahora detentas; sus animales, sus cultivos, sus minerales, sus aguas, hasta tus templos transoceánicos -soy yo-, son míos.
Viniste, me mataste, no me venciste, voy de transito, de tu bolsillo, a tu conciencia, voy de transito, de tu estómago a tu conciencia.
Tú paz, será efímera, -estas maldito- eterno conquistador, porque tú estirpe, no tendrá el perdón del olvido.
Como siempre, te creerás superior: siempre serás odiado eternamente.
Ahora, ¡tiembla, eterno bárbaro conquistador! tú, junto con tus descendientes: ¡He regresado!, soy millones, como está sentenciado ¡Tomare mis tierras; con sus templos, sus tótem, sus valores!
Regaré a mis hijos por mi tierra y adoptaré los tuyos Y, les daré, PATRIA SOCIALISMO Y VIDA.
william castillo p.
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