Óptica Socialista
Opinión
Comandante, te saludo y te
transmito mi respeto y mi consideración,
a ti como camarada, como hermano, como líder y, a la inmensa entrega que le has prodigado a tu
pueblo venezolano, al ofrendarle todo tu esfuerzo y lucha para darle a tu
patria querida, la tan ansiada libertad. Sabemos que, aun cuando no eres
larense de nacimiento, has hecho de este lar, el receptor privilegiado de tus
esfuerzos patrióticos, pero tu estatura de ciudadano ejemplar, te hace hijo
ilustre de toda Venezuela, la patria es una sola y amar al larense es igual a
amar al llanero, al andino, al oriental, al occidental, etc. El pueblo larense,
que votó por ti, lo hizo convencido,
comprometido, e incondicional con quien siempre ha sido leal, responsable,
solidario, a la revolución y al pueblo venezolano.
Hoy, estoy escribiendo estas
líneas, que no apuntan a la intencionalidad adulatoria, estas palabras
pretenden hacerte justicia, camarada. Porque eres un baluarte de la revolución
y, de la entrega incondicional a una causa humana para proveer de independencia
y soberanía al pueblo sin el interés de esperar un premio o recompensa por tus desinteresados
servicios. Particularmente, comandante, te expreso en nombre de muchos venezolanos,
que estamos claros y contestes, que, está destinada tu acción política y
revolucionaria a darle al pueblo esa
mayor suma de felicidad, que el Libertador ha estado preconizando durante todo
el tiempo transcurrido desde el inicio de sus luchas por la patria hasta hoy…
Estoy aquí, tratando de hacer
justicia a ti comandante amigo, solidario, leal y comprometido más allá de tus
fuerzas con el amor y bienestar del pueblo larense, que adoptaste y que te ha
sido ingrato en la hora propia de las decisiones, que deben marcar de grandeza, a los pueblos. Ello sucederá más
temprano que tarde, las noches de tortura son largas, pero la luz de Libertad
está encendida y pronto nos iluminará.
-Comandante y camarada. No has
sido derrotado, -es solo que el pueblo, que no te eligió, no fue capaz de
interpretar, que mas allá de las dádivas, el circo romano y el chisme
descalificador, está el valor de la especie humana, sujeto y motivación del
socialismo que fundamenta la revolución, de la cual tu eres padre creador.
Esta carta, es en desagravio a ti
comandante Reyes Reyes, pero se hace necesario hacer un breve comentario
relacionado con el pueblo y el gobernador elegido, y es que ello –la elección del traidor a la
revolución-, se puede calificar como un suicidio del pueblo, que llega al
extremo de elegir a un traidor confeso y comprobado, estatus demostrado con
actitudes deplorables marcadas por un característico irrespeto al pueblo
revolucionario que otrora lo eligió, por razones que hoy, ni siquiera
analizaré. Porque el elector irresponsable ante sus hijos y conciudadanos,
conoce las causas que motivaron su
traición, pero tengo que hacer referencia a este relamido traidor vende patria
y adulador de la oligarquía, porque mi gallo en esa contienda electoral, no
sola ha sido traicionado por un elector cómodo que no fue a votar.
Es, porque ante la pérdida de la
plaza larense, con todas sus implicaciones negativas, para el ciudadano, solo
se arguye injustamente e ingratamente, que el candidato de la revolución, no
sirvió. Este argumento solo se puede
calificar de cobardía, porque cuando se sustituye un líder autentico y
comprobado como bueno, por un traidor conocido y reconocido. Ello aparte de ser
un suicidio político, es una falta de responsabilidad social con su pueblo, sus
hijos, sus familiares y las generaciones
futuras. Sencillamente el pueblo decidió mal, despreció la alternativa lógica
de acompañar al comandante Reyes-Reyes, al comandante Chávez, la revolución y
al pueblo que fue a votar por la revolución. Y, para cambiar su favor electoral,
fue a regalar el estado a la canalla opositora que lleva 14 años boicoteando la
acción de la revolución, solo, cumplir la orden imperial de odiar por encargo,
a Hugo Chávez y a la revolución venezolana.
Recibe comandante amigo, mi apoyo
en tu lucha patria, solidaria leal y amorosa hacia tu pueblo. Sé, que tu
grandeza humana, no solo te permite
perdonar tanto agravio, sé también, que tienes la paciencia necesaria para ver el
triunfo de la justicia, ya has pasado por esa experiencia.
Estás acerado en la fragua de
las dificultades y, no cesarás en tu
empeño para reivindicar a ese pueblo que tanto amas. ¡Adelante comandante!, yo
estaré a tu lado en la primera trinchera, si así lo pidieres, cuenta conmigo.
¡Palante comandante Reyes Reyes! Eres de la estirpe de los libertadores, la
miel que queremos libar viene del panal
de la justicia, de la lucha socialista y humanista. No viene de los frutos
amargos de la corrupción capitalista y neoliberal.
¡INDEPENDENCIA Y
PATRIA SOCIALISTA Y SOBERANA!
¡VIVIREMOS Y
VENCEREMOS!
William Castillo Pérez
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